Henri Falcón; o de cómo se pretende matar al cartero cuando nos trae malas noticias

“La libertad política implica la libertad de expresar la opinión política que uno tenga, oralmente o por escrito, y un respeto tolerante hacia cualquier otra opinión individual.”

Albert Einstein.


A propósito de la reciente renuncia de Henry Falcón, Gobernador del Estado Lara, a las filas del PSUV y de los señalamientos que en carta pública éste le hiciera al Presidente Chávez, respecto a la dinámica interna de esta organización y de otros temas de actualidad nacional y regional, consideramos importante analizar algunos aspectos que develan la existencia de una creciente inconformidad en las filas revolucionarias, que sin duda alguna merece ser atendida, ya no solo por el Presidente, sino también por todos aquellos que si no militamos en algún partido político, si acompañamos el denominado proceso de cambios.

Comienza el Gobernador de Lara, quejándose con amargura, de haber estado esperando la posibilidad de conversar con el Comandante Chávez, respecto a temas que él considera importantes, de manera franca y sin intermediarios. (Subrayado nuestro) Y en este punto creo que radica la motivación principal del reclamo del Camarada Henry Falcón, porque en este país para nadie resulta ya un secreto, que alrededor del ciudadano Presidente al igual que en torno a sus Ministros y más cercanos colaboradores, se ha tejido una impenetrable telaraña de adulantes, coadjutores, asistentes y demás yerbas, que hacen prácticamente imposible que un Gobernador – ¡imagínese usted!, ¿qué quedará para unos pendejos como nosotros, simples mortales, por ejemplo? – acceda al Palacio de Miraflores o a cualquier otro espacio, para plantear asuntos que considera deben estar en conocimiento del Jefe del Estado, sea para que se atiendan desde el nivel central unilateralmente o de manera concurrente, con el gobierno regional o municipal, según sea el caso. Continúa el reclamo del Gobernador de Lara, señalando su preocupación “…por la ausencia de un espacio adecuado para que quienes cumplimos con una responsabilidad como la que implica ocupar la Gobernación de un Estado podamos abordar junto a usted, en su condición de Presidente de la República, los asuntos que se derivan de nuestras competencias.”, para agregar más adelante que “…la relación entre un Jefe de Estado y los gobernadores y alcaldes no puede limitarse a la emisión de instrucciones u órdenes sin la misma oportunidad de que podamos confrontar puntos de vista, analizar los pros y los contra de determinadas iniciativas y revisar o revocar decisiones que, luego de su ejecución, resultan dañinas o inconvenientes al interés de la región o del país. “ y en ello no deja de tener razón el mandatario regional, en virtud de que si bien es cierto que muchos de nuestros gobernadores y alcaldes le deben su cargo al sempiterno y poderoso levantamiento de mano de Chávez, no deja de ser cierto también, que en el caso de Henry Falcón, estamos en presencia de un liderazgo fraguado al calor de dos gestiones exitosas que tuvo al frente de la Alcaldía de la ciudad de Barquisimeto, que le canjearon - no con mucha ayuda de Chávez por cierto - principalmente por méritos propios, el favor del voto popular de sus coterráneos. En consecuencia, las relaciones entre los Gobernadores de Estado y el Presidente, no pueden ni deben ser relaciones de subordinación y mandato, verticales o signadas por la jerarquía – que dicho sea de paso, en el caso que nos ocupa no existe – sino más bien de concurrencia y respeto mutuo y sobre todo de colaboración entre si, con miras a la consecución de los fines del Estado, tal y como lo establece el artículo 136 constitucional.

Mientras tanto los voceros del PSUV, en boca de Cilia Flores, como siempre, tomaron el camino de la descalificación, señalando a Henry Falcón, como un traidor y un salta talanquera, obviando claro está y alimentando la cizaña, que hace poco el Presidente en el marco de una visita que hiciera a esa Entidad Federal calificó de revolucionario a ese mismo hombre a quien hoy no escatiman en enlodar, a la vez que le conminaba a resolver sus diferencias político – partidistas con la actual Alcaldesa de Barquisimeto. Por supuesto por los predios del Partido que parte a quien no lo alaba, no se dieron por enterados y trataron de involucrar a Falcón con intereses referidos a la Polar y otras minucias contrarrevolucionarias, congelando además las relaciones con el PPT, quienes como en el caso entre nuestro gobierno y el de Colombia, a propósito del ingreso de Falcón a sus filas, deberían ofrecerle en venta un poco de energía al PSUV, a objeto de que puedan encender un bombillo, que les permita con su luz, por lo menos mirar al otro, constatar que existimos revolucionarios más allá de sus filas, que por discrepar y señalar errores en la conducción del Estado, del país y de las propias organizaciones adeptas al proceso liderado por Chávez, no somos menos revolucionarios, ni menos comprometidos que ellos.

Respecto al señalamiento del mandatario regional de Lara, referente a que “…en una democracia participativa, es virtualmente imposible, sacar adelante con éxito una gestión de transformación en el país si los hombres y mujeres que tenemos altas responsabilidades de liderazgo local, regional y nacional estamos privados de la posibilidad de ser escuchados…” solo podemos agregar, en descargo de lo hasta aquí dicho por él, que todo parece indicar que en las más altas esferas del gobierno nacional, hace ya bastante tiempo, comenzando por el propio Chávez y de allí hasta el más raso de los rasos militantes del PSUV, se entiende que la democracia participativa, no es el sano y necesario ejercicio de discusiones, de debate y construcción de decisiones colectivas, sino que es la participación que Chávez, sus Ministros y los infaltables lisonjeros de siempre, nos hacen a nosotros, de cosas que teniendo que haberse resuelto de manera compartida, ellos decidieron solos y a espaldas de la mayoría expectante, que cada vez con menor frecuencia y mayor hastío oye y mira ese interminable soliloquio presidencial de cada domingo llamado Aló Presidente.


rubenvillafa@hotmail.es


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Rubén Villafañe


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