En la asamblea es la vaina, ojo pelao…

Millones de dólares de los contribuyentes norteamericanos no han sido suficiente para que el oposicionismo Venezolano pueda cumplir a su amo  lo prometido; derrocar al comandante Hugo Chávez, situación que día a día, se aleja más de los  cálculos hecho por ellos, los sicofantes puntofijistas.

Si ejercitamos nuestra memoria, retrotraemos los acontecimientos que tienen relación con la historia política   acontecida en territorio venezolano a partir del 2 de febrero de 1999. Sin duda estamos ante una paroxismo  oposicionista, donde muchos opinan que lo propio será hasta el 2021 otros se atreven  a prolongarlo más allá de la fecha mencionada.

“La mayoría”;  de la minoría que es la oposición, anhelan un curul en la asamblea nacional, juran no volver a cometer el error que lo alejo de la tribuna dónde lo más seguro, estuvieran contrariando todo lo que ha significado, dignificar al pueblo a través de leyes que aun timoratamente dicha asamblea, ha conferido.

Anuncian una unidad que se les escurre como agua entre los dedos, sufren con el mínimo soplo de resistencia  levantado en contra de su triste pasado y su gris presente; hablan de democracia  y presenta a través de los medios de comunicación, a los estropajos firmantes del decreto  Carmona; aun en conocimiento de sus limitaciones saben que en la asamblea es la vaina, dónde pueden generar una bulla  que haga eco en sus disociados y distraídos, para ello cuenta con un arsenal y francotiradores comunicacionales pagados por la CIA, y hacer de Venezuela un campo de batalla virtual que los acerque a los extrañados privilegios.

Todos saben, el candidato a derrotar es el Comandante Chávez, escenario donde ha de darse la batalla, asamblea nacional; la calle no la tienen y al ritmo marcado difícilmente la tendrán, menos aun si sus voceros y convocantes a sus rebeliones fantasmagóricas son, Henri Ramos Allup, Ismael García, Gonzalo Pérez Hernández o Pablo Montoya, quienes resultaron más desdichados, que los desdichados  esperanzados en una oposición remozada y coherente.

Venezuela no se merece que estos guiñapos la tenga por patria, menos cuando permanecen sumergiéndola en una crisis que solo aparece en sus “mentes”; el fantasma del 26 de septiembre no los deja dormir, aspiran suceda un milagro, para ello tienen a toda la conferencia episcopal rezando por una mayoría de diputados en una asamblea que le ha resultado un escenario onírico, nada halagador y difícilmente con los rezos vayan a trastocar el escenario; al momento de sufragar, el pueblo pondrá en una balanza los desmanes de esa oposición golpista y los aciertos del gobierno de Chávez, inclinándose por los aciertos.

Sin embargo el oposicionismo quiere volver a lengüetear el tarro de miel que significó su estadía en Miraflores, le sugerimos despertarse, el pueblo ya hizo conciencia; parafraseando a Pedro Calderón de la Barca,

¿Qué es la vida? Un frenesí.

¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño;
que toda la vida es sueño,

y los sueños, sueños son.


jessnavarro0@gmail.com


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