Guaidó fuera con un dilema por delante

El autoproclamado presidente de la AN como presidente imaginario de Venezuela, le está llegando su fin al no tener para dónde coger con sus dos cargos que sustenta a la vez que, ni de uno ni del otro se quiere desprender, apoyado como se siente por los Estados Unidos y, aunque ha declarado las elecciones que se están realizando este seis de diciembre como fraudulentas sin poder meter sus manos en ellas, por las que cree que tiene el derecho de continuar con sus funciones de parlamentario como si nada que salga del resultado de estas habrá de suceder que acabe con sus ambiciones de poder.

Pero cuando se tengan los resultados de las elecciones legislativas del país y aceptado su procedimiento y resultado por el CNE que dejen en el cargo a los nuevos asambleístas, brinque, llore, grite, diga lo que diga el departamento de estado y sus aliados: Guaidó quedará saltando la cuerda floja de sus ambiciones y lo más seguro que desde el siete de diciembre del año que corre, tendrá en mente el supuesto dilema vivencial y, no le queda otro a no ser que el gobierno de Maduro muerda el contagio de la paz de caridad y lo deje libre a su proceder de seguir haciendo lo que le venga en ganas, pero lo más posible es que se irá del país o, se meterá a la embajada que haya seleccionado a lo Leopoldo López, hasta que finalmente se escape del país pasada su angustia de no ser nadie y olvidado por quienes lo llevaron y lo mantuvieron en su particular exaltación política anticonstitucional por salir del gobierno de Maduro al que alegremente tapiaron de dictador.

Seguro es que, Guaidó quedé fuera del nuevo parlamento además, de no ser candidato, desconoce la acción electoral de la AN del CNE sin siquiera haberse realizado y como un jueguito político inoportuno, pero oportuno para él y sus compinches se ha entusiasmado en llamarlas fraudulentas a lo Trump, sin demostrar el por qué que, no es más de generalizar un proceso imaginado a su manera de pensar y de buscar y conseguir auxilio publicitario que lo mantenga en la palestra pública con sus frases refritas de fastidio y hasta de necio reaccionario dentro del panorama de su persona que, recibe órdenes de fuera y a ellas se acoge y mantiene dentro del fracaso de sus oportunidades.

Entonces, no más Guaidó, llega su fin y su reacomodo político es incierto, no más presidente de la AN, por más que respire profundo y le pida a sus dios con diligencia profana y a quienes lo han apoyado ciegamente que se mantendrá en el cargo, lo deja fuera de toda lógica de poder, a no ser que otro gallo cante en este mes de diciembre y Maduro deje el poder que pareciera más bien canto de sirenas que los sonroje de emoción de distracción freudiana y, lo empatuque de más de lo mismo para seguir cogiéndose y administrando lo que ha sido su timo oportuno de los bienes de Venezuela en el exterior.

¡Guaidó fuera! Y lo que sigue es historia de un mal momento. Paz a sus restos políticos de siembra sin cosecha.

¡Guaidó fuera y Trump fuera! Qué buen momento para disfrutarlo después del 20 de enero.

Y bienvenida la nueva AN.

¿Guaidó? ¿Hasta cuándo Guaidó? Sí Trump se va.



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Esteban Rojas


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