La CEV reza a gritos y Dios calla

Santa María que no es con el Mazo dando por nosotros los venezolanos que como pecadores aislados: nadie nos hace caso, ni nadie nos quiere que hasta Bachelet vino y hizo de las suyas y después nos crucificó con su informe sublime, que quedamos en penas en el mundo con los derechos humanos dando lástima y, gracias a Dios que tenemos a la CEV que clama, ruega, se impaciente y se entretiene con nuestros males y, le ruega a Dios que no nos considere y nos mande al infierno que allá estaremos mejores y, hasta es lo mejor para salir de este gobierno que a ellos como políticos demagogos: no les satisface, ahora y en la hora de su piedad y, por lo que Venezuela debe clamar a gritos por el reino de los Estados Unidos y, salve María, siempre llena de gracia y bendito sea el fruto por los siglos con las manos de los corruptos chavistas fuera de Venezuela.

Y la CEV clama en esta hora de discordia y, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra discordia. Amén. Y, alguien tiene que salvar a Venezuela. ¡Ay Venezuela! Mi Patria querida. ¿Qué es de Venezuela? ¿Infames, qué han hecho de Venezuela? Según el santo Apogeo de la iglesia nos olvidó y, la CEV clama, clama de dolor, clama de rabia, clama de ansias de sufrimiento, con rabia sudorosa de dolor comprimido: clama por una oposición unida, fortalecida como está en Colombia y como está en el Norte que, con ellos como la voz de su conciencia esparcirán con su cooperación la ayuda humanitaria que vendrá del cielo, y la CEV colaborará en su reparto.

Moraleja: El pueblo sufre y hace sufrir a la CEV que bañada de presagios clama por nuestro dolor y halla soluciones. Ellos sufren sin el pan de cada día como el pan nuestro que su iglesia sale a darle a los pobres para que maten su hambre mientras, ellos matan el hambre de su justicia que no los desampara y se preocupan por su pueblo y enhorabuena sudan por nuestro sudor y bienestar. Dios es grande y la CEV también es grande y su pedestal está en el cielo de su cielo. Venezuela sin la CEV seguirá en el infierno de todos los días.

La CEV pide a gritos desgarrados de dolor y de opulencia milagrosa lo que nadie hasta el presente haya pedido para Venezuela, ellos en ufandad de su dolor todo misericordioso que los entierra en el presente de su paupérrimo dolor de espiripitiflautico de sus almas han descendido a este infierno de miserias jamás visto en país alguno: claman sin misterio y con mucha pausa de dolientes consumados en este agite de trompetas que detienen el tiempo y sin ver atrás echan a rodar con todo el poder moral de su santa imaginación que: "Venezuela clama a gritos un cambio de rumbo (se dificulta debatir tan preciado deseo, que sale de la brusquedad de un silencio nunca oído en esta falsa democracia sin puntos de evangelización que marcan una realidad que se hace desesperante y, ellos la perciben), un nuevo Consejo Electoral (electrizante terquedad desliza un egoísmo que no hay diatriba que se asemeje a tan pura petición), la actualización del registro electoral (jamás en el país cuestión tan oportuna como sangrante de derecho canónico se había hecho y ellos traspasaron la raya de fecundidad progresista sin lestes de contacto se hacen de una realidad), el voto de los venezolanos en el exterior (un anhelo atrincherado que deja razones, si hoy en día la oposición está en el exterior, mientras que el puñado de chavistas que todavía están -vivos muertos de hambre- son la sombra de Venezuela) y la supervisión de organismos internacionales como la ONU, OEA, la Unión Europea, entre otros" (Aquí se pasaron de listos, porque nunca a este país habían venido personalidades de instituciones ta famosas a supervisar, nuestras pobres elecciones y que se sepa todavía no hay elecciones programadas que deban cumplirse a no ser que los señores obispos y jerarquías dentro de la CEV tengan otro calendario que escapa de la realidad política del país y ellos estén por sobre de él en base a su cercanía a Dios y, se hagan los locos para engañar al mismo Dios que, hasta mejor hubiera sido que se propongan ellos mismo como supervisores en vez de escoger a esos organismos tan desprestigiados en el mundo como entes de los Estados Unidos con alguna excepción al pataleo institucional), quizás mejor le hubiera quedado al rancio arzobispo de Cumaná, Jesús González de Zárate, (un cumanés de p a q comedor de gofio que sabe que santo viejo no hace milagros), debió decir: y nuestro próximo presidente, ateniéndonos a los deseos del imperio: debería ser con todos los arreglos protocolares modernos pre y pos Trump un "autoproclamado" lleno de heroísmo sin tantos periguetos y, seremos felices, pero eso sí, lo precisa la CEV con la majestuosidad y sindéresis que le otorga la precisa devoción de velar por la armonía de una Venezuela al alcance de los gringos, tiene que ser de "oposición" a calzón quita'o y, así constará en la CXII Asamblea Plenaria Ordinaria de la CEV.



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Esteban Rojas


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