¿Cuál injerencia?

Hasta hace apenas unos días, el presidente brasileño, Luis Ignacio “Lula” Da Silva era una maravilla para los sectores oposicionistas de nuestro país. Escuchábamos a los sesudos y verborreicos analistas internacionales de la oposición decir que el primer mandatario carioca era el ejemplo que debía seguir Chávez, porque él sí es un estadista que no busca “problemas innecesarios” con los Estados Unidos, que Itamaratí sí es una cancillería de verdad y que la diplomacia venezolana debería aprender de ellos. Insistían en que Lula se estaba distanciando de Chávez y que el presidente venezolano se estaba aislando en el continente, sólo al lado de Fidel Castro, al que han declarado muerto casi todos los días desde hace tres meses.

EL EFECTO ROSENDO… PERO AL REVÉS

Pero resulta que el Presidente Lula Da Silva ahora es el blanco de cuanto insulto e improperio sale de la boca de los que supuestamente pretenden decirle a los otros cómo ser “diplomáticos”. De repente, el presidente que era ejemplo en América Latina, es acusado de intervenir en nuestros asuntos internos, y se le irrespeta y se le ofende a todo pulmón.

La razón de este cambio tan abrupto y repentino no es otra sino el hecho de que, muy a desdén de lo que tanto cacareaban los oposicionistas, Lula se mostró completamente a favor de la reelección de Chávez en el discurso que ofreció con motivo de la inauguración de Orinoquia, el Segundo Puente sobre el Río Orinoco. Además de unas declaraciones en las que demostraba un claro apoyo a su homólogo venezolano, también Lula daba una señal contundente de respaldo, convirtiendo a Venezuela en el primer país que visitó después de su reelección, cosa que los oposicionistas habían predicho erróneamente que no iba a pasar.

El asunto es que a Lula le ha ocurrido lo que al Gral. Rosendo, pero al revés. Porque cuando éste era Jefe del Cufan y apoyaba a Chávez, los opositores lo apodaban “tapón de tanque”, pero no hubo mejor liposucción que el salto mortal que dio el mencionado general, quien en cuestión de apenas dos días, pasó de eso, a convertirse en un “gordito lindo”, tan sólo porque había traicionado al Presidente el 11 de abril.

Al pobre Lula le ha pasado al revés: cuando ellos suponían que se estaba distanciando de Chávez era digno de admiración y ejemplo a ser emulado, ahora, es poco menos que un imperialista que se entromete en asuntos internos. ¡Con qué rapidez cambian de opinión, los que no tienen principios!

¿INJERENCIA O LIBERTAD DE EXPRESIÓN?

Ahora bien, si el empeño es descalificar las palabras del Presidente Lula Da Silva porque las mismas no se corresponden con los intereses de ciertos grupos opositores, muy bien, entonces cualquier improperio es bueno. Pero si el asunto es hablar seriamente sobre injerencia, entonces vale la pena aclarar ciertos conceptos, no para los declaradores de oficio de la oposición, expertos en manipulación y descalificaciones, sino para que cada venezolano reflexione personalmente sobre este tema.

El Presidente Lula lo que dijo es que la gente que votó por él en Brasil, votaría por Chávez aquí en Venezuela. Esto no es nada del otro mundo, esto es algo que todos sabemos, porque desde hace tiempo es harto conocida la comunión ideológica que existe entre los dos mandatarios, además de la amistad personal que los une. Esto es una verdad tan grande como un templo, del mismo modo que los que hemos votado por Chávez aquí en Venezuela nunca hubiéramos votado por Alckmin en Brasil, sino que lo haríamos sin duda por Lula. Además, Lula invitó a Chávez a que en su segundo período, ambos debían hacerlo mejor, lo cual es un deseo que deberían tener hasta los opositores más enconados, porque nadie desea que el país fracase.

Entonces: ¿cuál es el problema?. ¿Se puede calificar de injerencista el hecho de que Lula reconozca que existe una comunión entre el proyecto que él está adelantado en Brasil y el que Chávez desarrolla en Venezuela?. ¿Es injerencia en asuntos internos venezolanos el que Lula manifieste su deseo de que tanto él como Chávez sean mejores gobernantes en un segundo período?. ¿No tiene derecho Lula o cualquier otra persona, venezolana o extrajera, a considerar que quien ganará las próximas elecciones será Chávez, cuando todas las encuestas, inclusive las que ha presentado la propia oposición, dan a Chávez ganador?

Aunque parece una verdad obvia, existe una amplia diferencia entre expresiones y actuaciones. El presidente brasileño tiene derecho, como cualquier persona, a la libertad de expresión, a opinar lo que él quiera, inclusive sobre Venezuela. Alguien puede o no estar de acuerdo con sus opiniones, pero lo que no se puede decir, a menos que se quiera tener un comportamiento fascista, es que es un delito opinar.

SI DE INJERENCIA SE TRATA….

Para hablar realmente de injerencia, los venezolanos tenemos demasiados ejemplos de cuándo, verdaderamente, ha habido gobiernos que se han inmiscuido en nuestros asuntos. Recordemos algunos, aunque sea para aquellos que sufren de amnesia.

Injerencia es planificar y ejecutar, con la complicidad de algunos nacionales, un golpe de Estado. Injerencia es contratar a unos francotiradores, para que asesinen a sangre fría al pueblo mientras participa en una manifestación, a fin de que cada bando crea que los otros fueron los que dispararon primero. Injerencia es tener militares extranjeros en Fuerte Tiuna sirviendo de asesores de aquellos que sin orden judicial, sin antejuicio de mérito y sin la presencia de un fiscal, ponían preso al Presidente Constitucional de la República y, entre gallos y media noche, decidían que otra persona que no había sido electa por nadie, asumiría entonces dicha investidura. Injerencia es financiar a un partido político que se disfraza de ONG, para no cumplir con una ley que viene desde tiempos de Leoni y que regula las actuaciones de todos los partidos, la cual prohíbe expresamente que las organizaciones políticas reciban financiamiento del exterior. Injerencia es que el presidente un país reciba en visita oficial y pública a la presidenta de este partido que viola las leyes venezolanas, cuando nunca ha sido capaz de sostener una reunión de ningún carácter con las autoridades electas democráticamente por nuestro pueblo. Injerencia es utilizar los privilegios diplomáticos de una franquicia, para introducir material militar en nuestro país, con fines que todos podemos imaginar. Injerencia es utilizar el poder de una nación para impedirle a otros países que puedan realizar actividades comerciales con nosotros, para evitar a toda costa que podamos comprar aviones y fusiles que sirven para luchar contra el narcotráfico, la delincuencia organizada y los grupos irregulares que se cuelan por nuestras fronteras.

En otras palabras, la injerencia no es opinar, es hacer y, por cierto, hacer mucho daño.

¿POR QUÉ NO CRITICAN A SHANNON?

Pero esos que han criticado tanto a Lula, no han dicho ni una palabrita del Asistente del Subsecretario de Estado para Asuntos Hemisféricos de los Estados Unidos, Thomas Shannon, quien a una pregunta periodística sobre las relaciones entre Venezuela y ese país, afirmó que él espera que después de la reelección, Chávez esté dispuesto a conseguir una manera de mejorar las relaciones entre las dos naciones. Se le chispoteó, como diría el Chavo del 8.

mphelnacional@yahoo.com



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Mary Pili Hernández

Ex-ministra de la Juventud, ex-viceministra de Relaciones Exteriores para América del Norte, y ex-concejal por el Municipio Libertador. Cristiana, Periodista, Socialista, Bolivariana, Antiimperialista y Chavista.

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