¿Será verdad que Chávez los tiene locos?

De eso no hay dudas si es que locura es la perdida de la capacidad de discernir con los pies sobre la tierra. En Venezuela mucha gente dejó de hacerlo y sufren de Disociación-Escuálida Crónica. La cosa es grave.

¿De qué otra manera se puede diagnosticar a “intelectuales” que tildan de corrupto, egoísta, asesino, cínico y antidemocrático a cualquier ciudadano que no simpatiza con la oposición?

Dicho de manera menos “intelectual”: la gente de la oposición son gente decente; los chavistas son gente baja.

Esta premisa los lleva irremediablemente al dilema político del siglo XXI:

¿Chavismo sin Chávez o, ni Chávez ni chavismo?

La solución es sencilla proponen algunos:

“De poco vale anular a Hugo Chávez y seguir conviviendo con sus excrecencias.”

Pat Robertson dijo más o menos lo mismo. Pero se refirió solo a Hugo Chávez. Nunca menciono “anular” a “sus excrecencias”. Además, él es estadounidense, no venezolano.

“De poco vale anular,...”, lo dijo un venezolano profesor de sociología. ¡No! No de bachillerato. ¡El tipo da clase en una universidad!

Y los quijotes democráticos no se quedan atrás. Entre ataques de histeria se oye:

“No se trata de tener elecciones para salir de Chávez. Se trata de salir de Chávez para tener elecciones”.

¿Y eso no fue lo que trató Pedro Carmona un día de Abril del año 2002? ¡Se les olvidó!

También se les olvidó el eslogan implícito en el paro “cívico”:

“Se trata de destruir el país para salvarlo”.

Lo oigo y no lo creo.

La gente decente y de FE se fue a misa antes del referendo. Le pidieron al Señor por la paz. Después no podían ocultar la arrechera por el resultado. ¡Vaya gente de poca FE!

Es fácil reconocer al que sufre de Disociación-Escuálida. Lamentablemente, ayudarlo no es igual de sencillo.

El disociado quiere elecciones “limpias” pero que gane la oposición.

Anda buscando un “líder” que haga lo que se le diga.

Cree en desobediencias “legítimas”.

Critica al gobierno por la corrupción pero recibe con brazos abiertos a todo “impuro” que sale del gobierno.

Cualquiera con opinión favorable al gobierno es un “tarifado”. Excepto los que prometen re-potenciar las misiones si llegaran a ser presidente.

El disociado “ama” a Venezuela. Por eso le pide a Dios que vengan los marines y acaben con la pesadilla. Como en Irak...

El disociado cree en oportunidades iguales para todos los venezolanos pero mas para aquellos que se la “merecen”. Ese es el principio básico de meritocracia, uno de los emblemas de la oposición.

El disociado está convencido que Hugo Chávez es el que ha sembrado el odio entre los venezolanos porque antes de 1998 él nunca tuvo problemas con la chusma.

El disociado de identifica con los que tienen problemas con la justicia. Todos han sido Capriles Radonsky, Patricia Poleo, Juan Fernandez, Nixon Moreno, Carlos Ortega.

Hay dos clases de disociados. La “clase” se manifiesta cuando son enjuiciados. Hay unos que “trotan” al Palacio de Justicia. Hay otros que “vuelan” al estado de la Florida.

El disociado no se contamina leyendo artículos de chavistas. ¡No mi amor! Él prefiere mantener sus objetivos “claros” oyendo religiosamente a Miguel Ángel Rodríguez y a Marta Colomina.

¡Ha! Y le encanta los foros de Internet. Foro: “¿Es Chávez homosexual?”. Con seis seudónimos diferentes responde que si, “para que la verdad se sepa”.

El enfermo revolotea alrededor de tres “realidades”:

1. Chávez roba más que todos los gobiernos anteriores juntos.
2. Chávez es un asesino, mayor que todos los demás.
3. Chávez es un vende patria, usurpador, traidor y corrupto.

También está convencido que tres candidatos con 15, 10 y 2 por ciento de apoyo respectivamente, súmate, ¡unidos serán más del 50%!

¡Definitivamente! ¡Chávez los tiene locos!

¿Todavía se preguntan por qué en Venezuela solo hay una opción de gobierno?

elio@vheadline.com


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Elio Cequea


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