La oposición ya no puede calarse otros 6 años por fuera de las decisiones políticas y económicas, la regulación del dólar los está matando lentamente, busca vínculos necesarios para dialogar pensando que este último resultado obtenido la da derecho a exigir los temas a tratar.
Capriles sabe que perdió con algo más de 250.000 votos con alguien a quien menospreciaba, terminaron con más o menos 7.200.000 votos, votación que no la esperaban ni en sueños, resultado interpretado por la oposición como un derecho a exigir dialogo para resolver el conflicto político.
Este dialogo que reclama la oposición no tiene peso legal ni moral porque ni siquiera dispone de pruebas para sostener el supuesto fraude por el que movilizaron dementes a la calle para asesinar, incendiar, destruir vidas, propiedad privada y gubernamental, situación que merece un expediente de la fiscalía.
Por otro lado, Capriles decide seguir la hoja de ruta establecida para el reclamo al Consejo Nacional Electoral 2 días después del vandalismo desatado por sus seguidores tras falsas declaraciones de un supuesto fraude a los medios de comunicación, declaraciones que enloquecieron a sus hordas que salieron a las calles de Venezuela a cometer delitos contra la vida y contra la propiedad. Recién el martes en la noche el ex candidato llama a retroceder a sus dementes para que no participen en la marcha al centro de Caracas, al CNE.
El jueves a eso de las 22 horas el CNE anuncia la auditoria del 46% de votos que faltan, se aceptó el pedido de la oposición, sin que esto haya afectado la posesión de Maduro como Presidente de la República Bolivariana por la Asamblea Nacional y reconocido por la FAN como su comandante en jefe, esta situación de la auditoria tampoco puede retrasar la investigación de la fiscalía a los culpables de 12 asesinatos y actos terroristas.
Capriles busca una solución política para resolver el conflicto político equivocando su accionar, el piensa que la oposición tiene el derecho de diagnosticar la fuente de esas dificultades que se traducen en un intento de golpe de estado para colocar a la oposición como viva políticamente hablando, sin embargo, la violencia desatada por grupos de enajenados mentales a la orden de Capriles, ya no es cuestión de un Alto y un Después, personalmente no estoy de acuerdo en dialogar con esta gente ¿dialogar de que, para que, con quién?
Venezuela es una República Bolivariana libre, soberana y chavista porque impone en las urnas la ruta de la democracia, es además una sociedad históricamente revolucionaria, ha enfrentado con éxito la colonización, el entreguismo, caudillismo, dictaduras, ahora, esta revolución creo una constitución vinculante y promulgada por un órgano legítimo y competente, normas que prevalecen absolutamente sobre el resto de los ordenamientos legales de la nación y lo determinan, definen la forma de Estado y de gobierno para las diferentes tareas, deberes y responsabilidades de la organización política que expresan y reconocen los derechos y garantías de los ciudadanos y personas jurídicas y las formas de vinculación de todos con el poder que estructuran y regulan las funciones del Estado, que asignan facultades, limites, responsabilidades y mecanismos de relación.
Es el concepto general de nuestra constitución aceptada por todos, y si esto es así entonces ¿para que lo reconocido por los acompañantes de UNASUR sobre la transparencia de nuestras elecciones? ¿Para que la proclama a Maduro como presidente en el CNE? ¿Para que el pronunciamiento del Tribunal Supremo de Justicia sobre la invalidez del conteo manual de los votos? ¿Dónde queda la autonomía de los diferentes poderes cobijados por la Constitución?
Maduro es el presidente y punto. No tenemos que estar demostrando honestidad y transparencia a la oposición, al Dpto. de estado, a la OEA, es indigno para el pueblo chavista y revolucionario esta situación, lo peor de todo es, que es una pésima estrategia política la auditoria de las maquinas pedidas por la oposición porque al final seguirán con su cantaleta, nunca reconocerán la perdida.
Esta auditoría al CNE no arroja ninguna luz para Maduro, ni para nosotros ni para la revolución porque la actitud de la oposición no es popular y de su última agonía aceptamos su protagonismo, eso no es una madura reflexión política aunque muchos piensen que sirve para apaciguar las cosas no es así, a la oposición no le interesa ni la paz ni la unión social, lo han demostrado docenas de veces con Chávez.
Inflan su actitud como lo demostró Capriles, después que Lucena anuncio realizar la auditoria. Esta gente no aprendió a pensar en función de unión, paz, solidaridad, respeto, motivo por el cual su reflexión siempre estará proyectada hacia la desestabilización.
La violencia desatada por la oposición mata 8 personas, destruye propiedad privada y pública para presionarnos y nosotros cedemos; nadie tiene que influir en los asuntos soberanos de Venezuela, no tenemos que demostrar nuestra transparencia electoral a nadie. La Fundación u organización Carter, manifestó que el sistema electoral venezolano es uno de los mejores del mundo, repetimos esto hasta la saciedad, entonces ¿de qué sirve rodearnos de tanta gente para que garanticen las elecciones?
Si no podemos lidiar con una leve presión de grupos contrarrevolucionarios fascistas Nicolás, ¿Cómo va a enfrentar la continua conspiración que se nos viene encima cada vez que este asqueroso de Capriles respaldado por Washington, se le ocurra que no le gusta esta ley o la otra?
El sentido trágico de esta situación para la revolución es, seguir concibiendo como un concepto estrecho de significado el cambio radical que debe existir en nuestras decisiones, al decir concepto estrecho de significado me refiero a que constantemente revivimos a una moribunda oposición. Permitirles auditar los resultados electorales, para mí, constituye el sentido trágico para la revolución.
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