El padre Lückert i otros santos escuálidos

Por ejemplo, algo que una vez más me llama la atención respecto a un sacerdote que fue mi amigo –puede que lo siga siendo de su parte porque no lee Aporrea, donde tantas veces lo he criticado− i la última vez que me encontré con él en el Aeropuerto de Maracaibo Caujarito (he rechazado siempre el ridículo nombre de La Chinita porque hasta disparate es) me saludó con la simpatía de siempre. Se trata de mi tocayo (como nos saludábamos) Monseñor Roberto Lückert  León, a quien conocí iniciándose en el sacerdocio, cuando atendía con especial cariño a mi madre, en los tiempos finales de su vida. Era el sacerdote sencillo, humilde, de sanos sentimientos i sincero en su relación con Cristo i la religión cristina; mi madre le quería i como buena cristiana católica, creía con fe ciega en sus palabras de consuelo. Con el tiempo, el tocayo buscaba  “ascender” en jerarquía hasta que ya grueso por la buena mesa aderezada no solamente con vino de consagrar sino con güisqui (recuerdo que la primera vez que lo vi eufórico o “carbureado” en San José de la Matilla −sería algo lago decir de esta iglesita casi colonial− con un vasote de buen escocés que obsequiaba Di Loretto el dueño de aquel sitio, i le digo: ¡tocayo, que buen trago se está echando con un güisqui del bueno! Me replicó: ¡Uno no, van a ser muchos! Además, desde que pasó por varias iglesias como párroco, entre ellas la Basílica de la Virgen Guajira en tal caso, no China, la gente comentaba de cómo le gustaban los reales. Sin embargo, Lückert Léon con su simpatía aparecía en todas partes. Participaba en tertulia de amigos, i lo tengo en una foto con unos excelentes compañeros escritores, creo que encasa de Manuel Martínez, en presencia de su sobrino historiador Vinicio Romero Martínez i otros, con cara de alegría profana mirando la botella Dimple tres filos, que fue un güisqui de moda i por el que el joven Lückert casi se le salían los ojos. A él le pegan también el chiste del que bebía mucho i el obispo lo puso a decir misa de cuatro de la mañana, i entonces consagraba en vez de una ostia, con un Alka-Setzer. Además decía no creer mucho en ciertos disparates anticientíficos de la iglesia, algunos lo veíamos como un curita de avanzada. En una ocasión estuvimos en la Universidad  “Rafael Urdaneta”, cuando Eloy Párraga era Rector i estaba la sede en las afueras, por los lados de nuevo Country Club, en una semana de celebraciones donde participé con Pedro Vargas, Ildebrando Rossi i muchos otros pintores en un festival  escultura i pintura al aire libre; me tocó en lo académico un Foro Sobre el Aborto Terapéutico o Inducido, Eutanasia, etc., i como los otros participantes se corrieron porque temían enfrentarme, solamente quedamos del panel, el padre Lückert i yo. Se comentaba con cierta picardía que habría un gran enfrentamiento entre el sacerdote (la posición de la iglesia) i la de este ateo auto-excomulgado que soi. Llegó el momento del evento, inicié con mis argumentos más que madurados, comprobados, razonados, etc., en mi cátedra de Ética Médica i se esperaba luego la confrontación i la batalla de ideas.  El padre  catador, que siempre ha sido hábil para decir medias verdades (recordemos lo que decía Antonio Machado al respecto), torear ideas i usar solamente las pequeñas mentiras de la iglesia (las grandes quitarían o harían notar los engaños; recordemos a Pepe Rodríguez el español) prácticamente estuvo de acuerdo con mis ideas. Ni la menor confrontación o discrepancia i el Foro (¡de dos!) fue sereno i feliz. Así hemos tenido muchos otros momentos de compartir; pero al menos creo debo recordar que, Lückert en principio estuvo con la revolución o lo aparentaba, pues cuando en una ocasión, Arias Cárdenas era Gobernador i se mudó de la Residencia Oficial a un apartamento porque haría campaña para la reelección, el padre Lückert estaba en el apartamento,  nos reunimos para la campaña i cuando queríamos disuadir a Arias, de no ir a París a hacer de mediador con las Farc; naturalmente que alegre, jocoso i con su qüisqui de consagrar, sigo, de conversar o nutrir las neuronas.

 Entonces, con el pasar de los años, el tocayo no solamente fue redondeando su figura, sino que aparecieron las canas, los párpados gruesos i caídos (tengo de ese tiempo una caricatura grande de tamaño, que le hice) i el lenguaje agresivo, i su aspiración de ascender en jerarquía, en sueldos i otros ingresos, también, para bienestar divino de la Santa Madre Iglesia. Se hizo Monseñor, Obispo i creo que Arzobispo. Estuvo en Cabimas, donde le sacaron aquel chiste del bautizo i confirmación de una perrita de padres adoptivos pudientes i ya en Coro, se puso a la altura dictatorial de Ofidio Pérez Morales i en cuanto a las mentiras, conspiraciones i agresiones, parece que hizo un post grado con Baltasar Porras, el adeco de sotana. Llegó finalmente al partido político divino i humildísimo de la CEV i de sus más recientes palabras pastorales, bendiciones al rebaño i calumnias e insultos comedidos contra la Revolución i el Presidente Chávez, el pueblo tiene suficientes informaciones. Entre ellas que, cuando ya había movido influencias, para que en Coro un tribunal, decretara desalojo de una vivienda en Caracas propiedad de la Diócesis de la capital falconiana, habitada por una familia durante unos 17 años, con una anciana de más de 90 años i habiendo sido fieles cumplidores los responsable  de los alquileres. Lückert decepciona a la gente, exigiendo un desalojo, mostrándose moralmente como un avaro, usurero, pues necesitaba el local para unos seminaristas (desde hace unos onces años que, como dice Nolia, ya deben esta graduados i con lagunas jerarquías encima); ahora además de querer imponer el inhumano desalojo, alega que lo quiere vender i viola la lei no dándole oportunidad a la familia que vive el apartamento, otorgándole el derecho de la primera opción para la compra. Realmente es un curita sin alma,  i cuando veo las más recientes fotos o videos, encuentro un pobre hombre hasta medio acabado físicamente, con las canas de la dignidad testigo de los años vividos, indignas de su cabeza poco cristiana. Ya debe estar organizando protestas contra el TSJ, porque ha otorgado prohibición de desalojo por un tiempo prudencial, buscando la manera de hacer justicia. ¡Hasta dónde llega la avaricia i la deshumanización de este soldado del Imperio Vaticano! Ahora tiene más motivos para atacar al gobierno, i al tribunal que no lo dejó vejar a una familia, con toda santidad. I si me lee ¿Me excomulgará oficialmente?


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Roberto Jiménez Maggiolo


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