La Casa de Dios y Mazuco

¿Cuántas veces hemos oído a un vocero de la oposición expresar que Chávez dividió al país y rompió esa “perfecta y hermosa armonía de hermandad” que había en Venezuela antes de 1999? ¿Cuántas quejas, artículos, horas en programas de opiniones han utilizados los voceros de la oposición para reclamar por la inseguridad, que ciertamente es un situación grave en el país? Sin lugar a dudas, las diferentes vocerías de la oposición han hecho su trabajo echándole mano a estos temas, pero aun así; los temas sirven para comprender que siempre actúan bajo un interés político-partidista y de clase. Siempre en esas labores discursivas, brota el doble discurso está ahí.

Por supuesto, no hay artículos, no hay declaraciones de prensa y no existen programas de opiniones grabados en los cuales las diferentes vocerías de la oposición hayan elevado su voz por cada uno de las personas que esperan por un juicio y que están siendo acusados por un crimen. Una persona, cualquiera sea su condición social, si está acusada de un asesinato, lo menos que otra persona pude esperar es que se procese de acuerdo con lo previsto en la ley y que finalmente, se conozca si efectivamente la persona fue responsable de ese asesinato. Si aboga por uno en particular, por qué no se pide libertad para los otros acusados que están en la misma condición. Mazuco es especial, no es un oligarca pero es distinto a los otros procesados porque fue (y es) personal de confianza de Manuel Rosales. Si es personal de Confianza de Manuel Rosales, Omar Barboza, Julio Borges, Mezerhane, Guillermo Zuloaga, Teodoro y está involucrado en presunto delito, por esa condición de ser personal de confianza de estos señores, deja de ser presunto y debe dársele plena libertad.

En el caso de Mazuco, la oposición juega a lo que realmente es. Estando siendo procesado por un crimen; la oposición lo colocó en un lista de diputados para sacarlo de la cárcel. A la oposición no le interesó ni le importó para nada, si este señor es o no responsable de la muerte de un funcionario del CICPC. Es funcionario de confianza de Manuel Rosales y eso es suficiente para presumir su inocencia, independientemente de si fue responsable del asesinato. Un presunto asesino es un presunto asesino sin importar su filiación política. Pero la oposición que aboga por el cese a la violencia, pide y es casi una obligación, que la administración de justicia le conceda plena libertad y su causa pase a un borrón y cuenta nueva.

Mazuco es un presunto asesino con una condición especial que no tienen los otros miles de procesados que están en la misma condición. No es extraño esto y no debe verse como extraño; simplemente es su visión de las cosas y de la aplicación de las leyes. Si estuvieran ahora mismo más poder del que tienen; Mazuco estaría ahorita disfrutando de plena libertad y los banqueros que estafaron a los ahorristas fueran unos honorables ciudadanos. Así es su naturaleza. Cualquier delito en el cual haya un socio de ellos involucrado, deja de ser delito. Ante un delito, su discurso y práctica es clasista y partidista.

¿Cuántas veces hemos oído en una iglesia la sugerencia de amar el prójimo? ¿Cuántas veces hemos oído a un sacerdote pedir que no demos el abrazo de la paz? ¿Qué es el abrazo de la paz? ¿Este abrazo no es un símbolo de la solidaridad y la hermandad? ¿No este abrazo un gesto que nos permite ver y comprender al otro? ¿Cuántas veces hemos oído decir que la iglesia es la casa de Dios? ¿El abrazo de la paz no es una manera de sentir al otro sin ninguna condición y restricción?


La declaración emitida recientemente por ese "ser" tan lejos de Cristo, que tiene por nombre, Cardenal Urosa Savino, cambia o coloca en el plano real la doctrina de la iglesia. La casa de Dios no es la casa de Dios y no siendo casa de Dios; los espacios de esas casas sólo podrán utilizarse (muy eventualmente) si una persona está a punto de morir, porque el contenido de esa declaración deja el termino emergencia y gravedad para esos casos. Entendía el amar al prójimo, como el lazo de afecto para mantener siempre un gesto de solidaridad y hermandad en los buenos y malos ratos de otras personas, independientemente de su condición social. Una persona con un rasguño que necesita apoyo, suponía que la "casa de Dios" era un lugar ideal y propicio para darle cura a sus heridas fisicas y del alma. Una persona que haya quedado sin nada es un caso grave y la “casa de Dios” debería estar abierta sin condición porque es una persona humana que necesita un abrazo de paz para tratar sus heridas que le dejó un mal momento. Amar al prójimo lo entendía así, pero leída la declaración de este señor, no sé que es y este no saber, no debería sorprenderme porque la iglesia utiliza a los pobres para sus discursos, pero su práctica tiene otros horizontes sociales.

evaristomarcano@cantv.net



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Evaristo Marcano Marin


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