La profesora Gloria Cuenca, cursi, ignorante y malévola como todos los furibundos escuálidos

El show mayor es ver a esta anciana renegando de su posición comunista en su juventud, diciendo que ella sabe cómo estos “bárbaros” lava cerebros, como estrujan la mente y como pulen las dendritas esos bichos rojos perversos y diabólicos. Con evidentes rasgos negroides e indígenas, la Cuenca reniega también de su condición de ex esclava y de manumitida. Miente como una bellaca para complacer al Matacuras. Todo lo que le dice el Matacuras le parece maravilloso. Ella, la sirvienta suprema de cualquiera que la invite o la contrate para maldecir a este país donde gobierna el Presidente Chávez.

Soberbia, procuraba erguirse cuanto le permita su lomo ya vencido y abultado, tratando de burlarse de Mauricio Rodríguez, viceministro de Gestión Comunicacional del Ministerio de Comunicación e Información (Minci), cuando dijo: "Yo te garantizo que Globovisión y otros medios se comportan así en otros países... Como dijo (Noam) Chomsky en alguna entrevista que le hicieron: en Estados Unidos, por ejemplo, le hubiesen dado pena de muerte a los dueños de los medios de comunicación, si hubiesen participado en un golpe de Estado". La anciana malévola de Gloria Cuenca, apoyada por otra escuálida enferma que estaba en Aló Ciudadano, repetía: “Dígame, Chomsky…”, como diciendo que el viceministro inventaba y abusaba de lo que estaba expresando. Oronda y petulante, esta ridícula catedrática a todo lo que comentaba el Matacuras, sin ningún tipo de análisis, le decía amén. Y así y todo dice saber de comunicación, es toda una investigadora en comunicación al nivel de ese otro jumento llamo Antonio Pascuali. En realidad que faltándoles la condición humana de la sensatez, del equilibrio, del conocimiento crítico, jamás pudieron aprender algo en sus vidas. Inmundos farsantes. Despreciables manipuladores.

Pero así son todos los furibundos escuálidos: malasangre, enemigos a ultranza de Venezuela, que odian a Chávez no porque estén recibiendo menos en lo social, en lo económico y en lo humano (si no todo lo contrario, como nunca en sus vidas están pletóricos de servicios y apoyos desde el Estado y flotando en dinero); lo que le escama a esta gente, digo, es que Chávez le esté dando a los pobres como aquí nunca lo hizo ningún gobierno. Eso los enloquece, los hace vivir echando espuma por la boca, los hace sufrir indeciblemente.

En una palabra son irremediablemente enfermizos racistas, desbocados enemigos de lo propio, de nuestra cultura.

Ahora bien lo que desquició al Matacuras fue el hecho de poner otra vez sobre el tapete el tema del golpe de Estado del 11-A en los términos en que los colocaba el viceministro: un crimen insólito que todavía está totalmente impune. Inmediatamente comenzó a delirar, a mirar de reojo, a pedir que le repitieran el video, a ir cambiando progresivamente el sentido de lo que había dicho el joven Mauricio, para luego en Usted lo Vio hacer el montaje que les vino en gana. Pero la anciana Cuenca que nunca ha tenido cabeza para entender estos mensajes ni le interesa, apoyaba en todos los gestos, la paranoia y el desmadre al Matacuras. Qué le importa que la usen, que le expriman el burdo título universitario que lleva en el lomo, todos cortados con el mismo molde. Qué vaina, qué gentuza.

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José Sant Roz

Director de Ensartaos.com.ve. Profesor de matemáticas en la Universidad de Los Andes (ULA). autor de más de veinte libros sobre política e historia.

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