Aló presidente dejó de ser una CAPEP

Como he leìdo en APORREA algunas opiniones acerca del cambio del horario y del formato del programa “Alò Presidente”, que, como todos sabemos se había convertido en una trinchera comunicacional enorme para la lucha por el proceso revolucionario venezolano, yo también quiero hacer la siguiente precisión. Mucha gente que se me acercaba pidiendo mi opinión, tanto en la universidad donde doy clases (la UCLA, de Barquisimeto) como en las comunidades donde frecuentemente realizo conversatorios, charlas o encuentros vecinales, se extrañaban cuando yo les respondía diciendo que ese programa dominical se había hecho a la usanza del Presidente Hugo Chávez, es decir, auténtico, sincero, humorístico, cáustico, apasionado, emotivo, rabioso, improvisado, desprotocolizado, es decir, todo en un mismo momento y como es Chávez. Pero, aparte de todo ello, también expresaba yo que Aló Presidente era una CAPEP. ¿Cómo es la vaina?, inquirìan. ¿Qué significa eso, que suena como a OPEP?.

Yo les respondìa que CAPEP significa CAtedra Permanente de Educación Popular. Eso era Aló Presidente, una càtedra donde se compartìan y esparcían conocimientos de diversa índole y cuyos destinatarios eran mas que los sectores académicos, los sectores populares que aprendían, a través del televisor, o de la radio las cosas que coloquialmente conversaba el Presidente todos los domingos y que se había convertido para algunos millones en un culto dominical cuyo centro era el lugar donde se transmitía el programa.

Desde los llanos, el oriente, el occidente, el norte, el sur, el centro o la capital del país y a veces fuera de Venezuela, Chávez hablaba de economía, de los problemas sociales, ecológicos, políticos, internacionales, geográficos, institucionales, jurídicos. Mostraba mapas para ubicar el contexto geográfico, usaba gráficos para demostrar estadísticas y elementos cuantitativos, recomendaba libros viejos o nuevos que al día siguiente se agotaban en las librerías o bibliotecas. Chávez cantaba, bailaba, reía, lloraba, pero también interpelaba ministros o funcionarios de alto rango que a veces quedaban mal ante las incesantes preguntas que se les hacían en público, en vivo y en directo. Fustigaba los errores y las desviaciones del proceso y pedía perdón por ello. Siempre asumiendo su responsabilidad por las fallas de sus funcionarios, pero también achacándosela a quien le correspondía.

“Aló Presidente”, durante los momentos críticos de la Revolución, sobre todo cuando el sabotaje petrolero siempre estuvo allí, en la batalla, optimista, estimulando al pueblo para mantenerse sin dejarse derrotar ni por la oligarquía, ni los meritócratas petroleros, ni por grupos disociados al extremo que siguen en el país.

Por todo ello, “Aló Presidente” era una CAPEP.

Suena a pasado verdad?. Es que ahora siento a Chávez como prisionero, no es el mismo, ha perdido lozanía, empuje, dinamismo. Pareciera que la clase huracanada y abierta se terminó y ahora tenemos una clase magistral aburrida, protocolar, estática, encerrada entre cuatro paredes. Chávez no debe permitir que el nuevo formato lo arrope, lo minimice, lo anule y que pierda gran parte de lo que es. La revolución no es un programa de televisión, pero hay que ver como le ayudaba. Hay que volver a hacer de “Aló Presidente” una CAPEP.


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Cécil Gerardo Pérez


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