Contra el poder

El verdadero negocio de algunos medios

En el negocio de los medios de comunicación, el periodista es el más explotado. Ni siquiera la existencia de un sindicato garantiza sus derechos laborales, pues los sindicatos se han deformado y los comunicadores no creen en ellos. Por eso no se preocupan en conformar sindicatos. Por otro lado está el dueño del medio, quien tiene una fórmula muy efectiva, convertir el medio en el departamento de relaciones públicas de otros negocios apoyándose en una mano de obra barata, los periodistas, estudiantes de comunicación y quienes ejercen el periodismo por formación empírica. Existen cientos de comunicadores desempleados dispuestos a trabajar por cualquier sueldo, miles de estudiantes de comunicación social dispuestos a trabajar gratis. Ante esta realidad, el dueño de un medio sonríe cuando un periodista exige que se le pague un sueldo digno. Funcionan como las “maquilas” mexicanas, empresas transnacionales que explotan la mano de obra mexicana en pueblos desolados por la miseria. Sin embargo, allí no radica el negocio de los medios, ni siquiera en las telenovelas. ¿Se ha dado cuenta el lector, que en los culebrones se repiten viejas historias para no contratar guionistas profesionales, o se contratan actores inexpertos por atributos físicos y se les paga una miseria?. Además de ello, se llena la torta de la programación con enlatados extranjeros para no invertir en producción nacional. Actores, periodistas, dramaturgos, camarógrafos, editores, sonidistas, etc. Son vulgarmente explotados y no todos corren con la suerte de hacerse una carrera rentable como independientes o conseguir un trabajo digno en otro país. Lo triste de esta realidad es la cantidad de profesionales que por miedo se adaptan a este sistema excluyente y explotador, e incluso lo defienden en detrimento del colectivo, mientras les garanticen su pan. Se crea una miserable cultura de valores en la que importa solo el dinero y no la solidaridad del gremio. Por supuesto, este es un factor que reporta ganancias al dueño del medio. Y todos somos responsables, incluso las escuelas de comunicación social, las cuales se siguen abriendo con un criterio mercantilista, deformando la enseñanza del periodismo, por ejemplo.

El dueño del medio, siempre es dueño de otro tipo de empresas como constructoras, bienes raíces, cervezas, etc. Y el medio es utilizado para conseguir contratos, financiamiento y otra gama de beneficios para esas empresas. En pocas palabras, a través del medio se logran otros negocios muy lejanos al servicio de informar o entretener. Algunos dueños de medios son vendedores profesionales y ofrecen los espacios de su medio como una limosna extra para el cliente, otros no tan profesionales acuden descaradamente al chantaje a través el medio. He aquí el verdadero negocio de algunos medios en Venezuela. Todo el mundo lo sabe, pero ¿qué medio estaría interesado en debatir el tema públicamente?, lo cual se traduce en un monumento a la hipocresía cuando se habla de libertad de expresión. Es tan obvio el negocio, que locutores, columnistas y otros profesionales que comprenden y son expertos en la prostitución del mensaje, se dedican a la extorsión, difamación, confusión como mercenarios de la comunicación al servicio del mejor postor. Lo importante es destapar la alcantarilla, limpiar las cañerías y deshacernos de esta pesadilla antes de que lo consuma todo y podamos rescatar el valor de tener palabra, credibilidad, una esperanza a los futuros comunicadores a una realidad más honesta y justa que ésta, hoy más que nunca, al alcance de nuestra voluntad.

davidjavier18@gmail.com


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David Javier Medina


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