El fake news en contra de mí que inventó el periodista prepago Alberto Federico Ravell

Esto va también para los infiltrados, para esos empleados o ex empleados, funcionarios o ex funcionarios de bajo y alto rango, que se visten de rojos, pero que en realidad son enemigos de la revolución y, como la basura que son, se le vierten a ese periodismo de cañería para despotricar de los chavistas de verdad, los que realmente llevamos al Comandante Eterno en la sangre, tal cual hizo conmigo La Patilla, pasquín del periodista tarifado Alberto Federico Ravell.

Ravell inventó una noticia falsa en mi contra en esa letrina que llaman La Patilla, que leí el 30 de julio, según el cual, agredí a venezolanos que manifestaron su apoyo al facineroso Juanito Alimaña Guaidó, en la sede del Consulado General de Venezuela en Milán que, de una vez advierto, me honra y complace asistir como un verdadero servidor público de la revolución, cumpliendo órdenes estrictas del presidente de la paz, Nicolás Maduro Moros, a través de nuestro canciller, Jorge Arreaza, actualmente líder de la diplomacia bolivariana en el mundo, una diplomacia cuyo principal protagonista es el pueblo, una diplomacia no injerencistas, inclusiva, de bienestar, de justicia social. Y eso les duele a los infiltrados, a los opositores, principalmente a los serviles de los gringos.

Imagino que la reacción de este reconocido palangrista se debe a que en una oportunidad lo califiqué de sicario de la información, de manipulador de noticias, de delincuente mediático, pero confieso de corazón, aquí persignándome y arrodillado haciendo una cruz con los dedos en mis labios, que nunca nunca pensé que eso lo iba a molestar, ¡sí!, jamás pensé que Ravell fuera un forajido que lo indigna la verdad, tomando en cuenta, además, que así es como se le conoce en Venezuela. Y él lo sabe muy bien.

Yo sobre este bandido no he dicho nada nuevo ni voy a decir que no se sepa. Tampoco puedo creer que, a estas alturas de la vida, Ravell ignora que se le conoce como el más grande hampón de los medios de comunicación social de la Patria de Bolívar. La deshonra del buen periodismo, del periodismo ético, veraz, informativo, comunicativo, educativo. Que pesca en el lodazal putrefacto a enemigos e infiltrados rojitos, muchos de los cuales conspiran y tienen el tupé de creerse intocables en las instituciones del Gobierno del presidente Maduro.

Alberto Ravell finge, se hace el que no sabe, porque quién no sabe en mi país que este periodista prepago es un bandolero que se aprovecha de su condición de comunicador, para extorsionar y chantajear. Ahora es jefe de medios del ladrón mayor de la oposición venezolana, el terrorista Juanito Alimaña Guaidó, que se robó la plata de los solados que desertaron en Venezuela y lo siguieron a Cúcuta, Colombia; el dinero del llamado fraude humanitario; se roba los dólares de Monomeros, de Citgo, filial de Pdvsa con que se le pagaba el trasplante de médula ósea a los niños recluidos en centros asistenciales de Italia y otros países.

Algunos infantes murieron por esa causa, por el robo de ese criminal arrastrado al imperio yanqui, que quiere ser presidente a punta de terrorismo, apoyando las sanciones y el bloqueo financiero de los gringos, que dejan al pueblo sin comida, sin medicinas, sin gasolina, que ejecutan reiteradamente ataques al Sistema Eléctrico Nacional, que nos mantiene en una brutal calamidad.

Ravell desde hace muchos años venía cometiendo fechorías y obteniendo dinero mediante marramuncias mediáticas. Y cuando le cortaron la cuerda que traía desde la IV República, se metió a conspirador con Globovisión, desde donde le quiso meter el diente primero, al Gigante Hugo Rafael Chávez Frías, segundo, al presidente Nicolás Maduro y, como era de esperarse, se le cayó la dentadura, incluso, por ahí lo puso en salsa nuestro presidente de la ANC, Diosdado Cabello, por esos infames fake news, por sus calumnias, un experto en enlodar la imagen de los demás en función de sus intereses, cometiendo así un delito, un delito penado por la ley venezolana.

Pero bueno, amigo lector, amiga lectora, no les voy a contar un cuento sobre las andanzas mediáticas delictivas del malandro Alberto Federico Ravell, que de él sé que ustedes conocen largas historias. Voy a la nota que su pasquín, La Patilla, publicó sobre mí.

Dice el fake news: "De acuerdo a Lorena Di Giacomo, venezolana de origen italiano, Di Martino habrá intentado golpear a varios de los manifestantes que se apostaron el pasado 23 de julio frente a la sede del Consulado en Milán, para manifestar su apoyo a la jornada de calle convocada por el presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó".

"Di Giacomo lo responsabiliza de lo que le pueda ocurrir a los venezolanos residentes en Italia durante las manifestaciones, y asegura que el Cónsul cuenta con el amparo del Gobierno italiano, que distinto a otros países del continente, ha asumido una oposición complaciente y omisiva en favor de Maduro".

"El gobierno italiano ha sido incapaz de asumir una oposición oficial frente a la situación de Venezuela. Sigue sin reconocer a Guaidó como presidente y mantiene como legítima la representación de la dictadura usurpadora en Italia, dándole carácter de diplomáticos cuando son ilegítimos".

"Añadió, además: el gobierno italiano se hace de la vista gorda con los horrores que viven incluso algunos italianos en Venezuela. Exigimos que esta agresión no quede impune o esperen que cause daños a alguien para actuar".

Ante esta situación, debo aclarar que ni siquiera hubo tal manifestación, en Milán los venezolanos no somos seguidores de ladrones, menos de quien les roba el dinero del tratamiento a los niños compatriotas enfermos en Italia; segundo, en esta misión diplomática que represento, hay actividades muy importantes en favor de los usuarios, para atender cuestiones relacionados a los arrastrados a los gringos, como ese servil que se autoproclamó Presidente en una plaza Pública de Caracas…Ah y tampoco tienen chance los infiltrados, desde aquí, mientas yo sea Cónsul General, nadie conspira contra Maduro. Que lo hagan cuando ya no pertenezcan a esta misión diplomática, como han hechos algunos que, sin embargo, desde afuera se siguen haciendo pasar por chavistas, pero dentro de la misión no hacían más que conspirar. Y no podían seguir en la institución.

Tercero, esa mentira se cae por su propio peso, pues bien sabemos los venezolanos que Juanito Alimaña Guaidó llama a convocatoria en Caracas, y la gente ya ni lo acompaña, que va a estar entonces yendo a manifestar en Milán; cuarto, cuando leo que me colocan agrediendo a alguien en una marcha de Juanito Alimaña Guaidó, me da estupor, escozor, porque me veo como un trabajador del Aseo Urbano indefenso, sin guantes, sin cascos, sin botas, sin tapabocas, sin protector visual y descamisado, recogiendo con las manos descubiertas la basura de un contenedor desbordante de desperdicios.

Es evidente que el granuja Alberto Federico Ravell y los infiltrados que utilizó intentaron:

1) Mal poner a mi nombre la Revolución Bolivariana de paz que ordena y cumple Maduro, para hacerme daño.

2) Buscar de alguna manera una reacción adversa del Gobierno italiano en contra de la revolución, utilizándome como chivo expiatorio.

3) Que realmente se susciten manifestaciones en Milán en contra de la revolución, que amerite la intervención de las autoridades italianas; disturbios de los que yo sería el único responsable.

4) Que se realicen marchas en apoyo de Juanito Alimaña Guaidó, sabiendo que aquí nadie lo toma en cuenta y cada vez está más solo en Venezuela y el mundo.

En fin, ese pseudo periodista y los infiltrados buscan que cualquier acción que se podría suscitar con esa falsa información, apunten hacia mí como culpable, al tiempo que pretende algún pronunciamiento del gobierno italiano que, por cierto, está suficientemente claro en que lo del autoproclamado es un mamotreto sin ningún fundamento legal en Venezuela y el mundo.

De hecho, en las primeras líneas del fake news del pasquín La Patilla me señala como "representante de Nicolás Maduro en el país europeo", con la intención evidente de que, ante una situación que le sea adversa a la revolución, el Presidente de la Paz se vea afectado por mi supuesto mal comportamiento.

Pero el caco Alberto Federico Ravell debe saber que "águila no caza mosca", por lo demás, más bien me siento orgulloso de que me haya mencionado como representante del presidente Maduro en Italia; en esa dirección trabajo y le presto servicio a todos los venezolanos en Milán sin distingo de ideologías ni colores de partidos políticos.

Y hago toda esta aclaratoria, no por mí, sino en función de mantener en alto la transparencia diplomática de la revolución bolivariana como proyecto de paz que nunca van a enlodar los infiltrados que siguen atacando la revolución, arremetiendo en contra de los verdaderos cuadros revolucionarios; en mi caso, más bien le pido al bandolero de Ravell que escriba otra nota en mi contra, pero en la que inmiscuya al Gobierno de los EEUU, para ver si me gano la mayor y más grande distinción que puede obtener un verdadero revolucionario, un revolucionario de corazón: La sanción gringa. Y que se publique en todos los medios que conforman la canalla mediática nacional e internacional.

No soy un hombre de envidias, pero en realidad confieso que me siento envidioso, cuando veo que el imperio norteamericano sanciona a un funcionario del Gobierno de Maduro y no me otorgan a mí ese honor…Ojalá algún día me tome en cuenta…Y en eso tal vez me pueda ayudar el bandido Alberto Federico Ravell, ladrón de ladrones.

PD: Cuidado con los infiltrados y las elecciones de la Asamblea Nacional que se avecinan…Estos personajillos, muchos de los cuales han sido expulsados de las instituciones por conspiradores, penetran camuflados de rojo a los grupos chavistas de Whast App, para sembrar cizaña, dividir, mal poner, agredir a camaradas, sobre todo, si se trata de cuadros revolucionarios, compañeros que tienen como objetivo concienciar, trabajar y sembrar el proyecto revolucionario desde donde se encuentren. Por ejemplo, hay un grupo llamado Con el Mazo Dando, donde van probando, pulsando los análisis de los participantes, para precisamente evitar a los infiltrados y las informaciones intrascendentes, tendenciosas, pero hay otros que no tienen supervisión y denuncian sin pruebas a Gobernadores, Alcaldes, y si por alguna circunstancia, un participante pretende hacer una observación o alguna aclaratoria, arremeten en contra de él. Son grupos evidentemente penetrados por la oposición. No descarto entonces que ahora cuando se acercan las elecciones de la AN, se reactive la canalla mediática en conjunto con los infiltrados buscando confrontación entre los mismos chavistas, a través de esos grupos y de cualquier otro medio que les sea posible. Periodistas que hacen el trabajo sucio como ese que hizo Ravell en mi contra, entrevistando o procesando información de gente de la peor calaña, que injuria, calumnia, aunque de mi pueden despotricar lo que quieran, pero no yo no le permito a nadie desde el Consulado que represento conspirar contra el presidente Nicolás Maduro. Eso, dicho sea de paso, quisieron hacerlo en mi presencia, pero ya esas personas no están. No pueden estar. Si quieren conspirar, que conspiren desde la oposición, no desde el propio chavismo.



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Gian Carlo Di Martino

Politólogo, profesor, abogado. Ex-Alcalde de Maracaibo. Cónsul de Venezuela en Milán - Italia.

 giancarlodimartino2017@gmail.com      @gcdimartino

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