Estrella y guatanero

En este momento no recuerdo el nombre del chamo que escribió un artículo de prensa desde EEUU en el que señalaba-palabras más palabras menos- que la Historia será bien severa con los que han manejado la plataforma comunicacional del Presidente Chávez y la Revolución Bolivariana de Venezuela, por lo mal que la han manejado.

Particularmente pienso que el único que logró entender su rol como moderador de programas televisivos para proyectar y defender el Proceso fue el Presidente Chávez. Para él nunca hubo ni un segundo de pérdida para hablar de su gestión y hablarle al pueblo. Es más. Él en innumerables oportunidades se quejó de la ineficiencia de esa plataforma comunicacional. “A nuestra gestión los medios privados y todos sus artilleros nos caen encima con nuestros errores. Pero nosotros nada hablamos de las miles de cosas buenas que hacemos. Nuestros criticadores implacables anda en jet y nuestros medios andan en burro”.

En este momento recuerdo con profundo respeto al finado colega Arístides Bastidas, autor de la columna la Ciencia al día que durante muchos años se publicó en El Nacional de antes, cuando dijo “El periodista que domine el discurso del pueblo tiene al chivo de la Comunicación social agarrado por las barbas”. Por cierto Arístides Bastidas solía decir que decidió escribir sólo de ciencia porque podía hacerlo sin censura.

Como periodista de televisión estoy convencido que la única manera de llegarle directo a la psique del receptor es darle importancia a sus problemas, dolores y frustraciones así como a sus éxitos, virtudes y bondades. Con un discurso sencillo, popular, directo, sin rodeos y sincero. Sin vedetismo. Sin voces engoladas, metálicas y estridentes. El pueblo no engola su voz para decir sus vainas. La autenticidad es una marca de fábrica de todo buen moderador de programas de televisión. Chávez era un auténtico del carajo. Era de una sola pieza en físico y en televisión. No como nuestros moderadores audiovisuales que se creen estrellas de Hollywood y unos grandes cacaos. Deberían tomar el ejemplo de Chávez. Cómo sería de arrecho Chávez como comunicador audiovidsual que los de la MUD ya no encuentran como imitarlo. Mientras que los responsables de la comunicación revolucionaria no terminan de entender que el discurso y el estilo del leguaje de Chávez es lo mejor para llegarle directo al alma del pueblo.

Toda la vida criticando el formato de la televisión cuartorepublicana y resulta que los que manejan la televisión en la V han caído en el mismo peo: vedetismo, engolamiento de voz, moderadores muñeco e torta y moderadores Barbie. En las televisoras privadas se observan muchas lolas implosionadas, trapos de marcas y muchas gente plástica. Pensar que en los barrios y urbanizaciones de Venezuela hay hombres y mujeres agraciados por naturaleza y con talento en cantidades industriales que fácil trabajan en la pantalla chica y arrojan excelentes resultados de comunicación. Otra vaina. Siempre son los mismos invitados. No hay sabor de pueblo en la pantalla chica. Por eso los programas de entrevistas se tornan latosos, pesados y falto de interés. Y cierro con estos: Cuatro amas de casas hablando de economía en estudio de TV “encienden” más televisores que dos "caracomunes" hablando del dólar paralelo.

Hay que ir con las cámaras de televisión a los barrios, cubrir sus problemas, resaltar su desempeño y entrevistar a los personajes. Hay que hacer full exteriores, programas interactivos. Hay que utilizar el lenguaje del alma popular. Basta de personalismo y protagonismos enfermizos. !Coño! Entendamos de una vez por todas que la estrella principal de la Revolución es el pueblo; lo demos somos un hatajo de guataneros.


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Américo Hernández


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