¡Qué bonita está La Guaira!

Casi tres años sin visitar a La Guaira y la encontré bastante agradable. Se nota que Carneiro ha continuado metiéndole no una mano sino las dos, corazón, trabajo y cojones.

No conocía el Terminal de Pasajeros. Es una obra de vanguardia, funcional y alegre. Nada que ver con los anacrónicos y cochinos edificios de los gobiernos cuartorepublicanos, que más que Terminales de pasajeros semejan cárceles de pasajeros. Un pelo más arriba de Caraballeda, en la parte más alta, vi una moderna cancha que parece un una gaviota en pleno vuelo; techada, con estructura moderna y sistema de alumbrado modernísimo. Le pregunté a una señora qué cosa era y me respondió "es una cancha deportiva volada que no sirve también para reuniones de trabajo de la Comunidad". En ese mismo barrio había una batería de cisternas surtiendo de agua potable al pueblo. Y más abajo obreros de mantenimiento de la Gobernación aseando calles.

En compañía del Sargento Guzmán, mi pana, y jefe de seguridad del Gobernador Carneiro y su familia y de la residencia oficial del Mandatario, conocí la Sala de Usos múltiples y salón de recibo, donde por cierto estaba reunida una comisión de técnicos del satélite Simón Bolívar. Se trata de una Sala súper moderna, amplia, cómoda y bien equipada. Por cierto Guzmán antes de mostrármela, me dijo en son de broma, "vamos para enseñarte la cancha de bolas criollas que construyó mi General García Carneiro. El Gobernador no estaba en casa. En ese momento se encontraba en reunión de trabajo en Infravargas. Aproveché para saludar al personal de cocina y apurar un guayoyito, dosis repetida en la Sala de Usos Múltiples.

Después Guzmán me mostró el mantenimiento y cuido de Playa Grande, urbanización donde está enclavada la Residencia Oficial del Gobernador y que está reconocida como zona opositora. Guzmán fue comisionado por el Mandatario para mantener aseada esa localidad. Misión que comprende asfaltado y señalización de vías, mantenimiento y cuido de plazas, parques y jardines, control de escombros de construcción, recolección y disposición final de la basura, embellecimiento de fachadas y paredes de espacios públicos. Todo ello lo hace Guzmán con ayudo de toda la plataforma de gobierno que conforma el gabinete de Carneiro. "No se puede descuidar el área donde vives ni donde trabajas porque eso forma parte de la felicidad". Le dijo el Gobernador a Guzmán cuando le comisionó esa misión.

Me desplazo por el anillo vial citadino de La Guaira, otrora dolor de cabeza de conductores y peatones. Y lo noto fluido y rápido. Eso gracias a la construcción de Elevados construido por Infravargas y al respeto de carga y descarga del transporte colectivo.

Traté de almorzar en el restaurant del hotel Mar Azul, de Macuto. Pero me dispare de la silla, como un resorte cuando vi los precios. ¡Coño! Una rueda de atún, un millón de los de antes. Del salto aterricé en El Mosquero, donde degusté un par de corocoros, con un delicioso papelón con limón, friito y en frasco bocón... Aunque la remodelación aplicada por el gobernante váguese aún se conserva. Lo note un poco descuidado en el mantenimiento y cuido. Pregunté las razones y me dijeron que eso era responsabilidad de la Alcaldía.

Hoy La Guaira es otra para bien. La gente ya no se desplaza por calles y avenida, con esa carga dolor y de tragedia producto de las dos vaguadas. Hoy va tranquila, con cara de vivir viendo. ¡Claro que falta mucho por hacer! Pero hoy la inversión privada ha regresado porque Vargas ha recuperado su condición de destino turístico, porque hay mejores servicios públicos. Vi muchos negocios franquicias, Farmatodo, entre ellas. No vi indigentes ni Niños de calle. Muchos funcionarios de cuerpos de seguridad controlando y resguardando el orden público.

En el fondo me siento regocijado por el cambio positivo aplicado por el Gobernador Caneiro en Vargas porque me cupo el honor de formar parte del equipo que inició esa noble; pero difícil cruzada. Recuerdo cuando pasamos por Mare Abajo en la primera campaña y al ver aquel cuadro de miseria, en que vivía el pueblo, expresó:

"No es posible tanta disidida. Cómo es posible que un pueblo a orilla de playa viva sumida entre tanta pobreza. Ya voy a iniciar un trabajo para construir una moderna autopista playera, un plan de viviendas y el fortalecimiento de las redes de agua potable y servidas". Y así fue. Hoy aquello es un enjambre de viviendas nuevas y una moderna vía.

TINTERO

Después le cuento lo demás. Por ahora solo me resta comentarles que el Sargento Guzmán, quien cuando chamo fue medalla de plata en cuatro panamericanos y le cayó a coñazo limpio a los cubanos, cuando le pregunté y cuánto gana por ese trabajo de Playa Grande, me respondió: "Ni un fisco. Lo hago por ayudar a mi General y a la Revolución".



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Américo Hernández


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