Respecto a Alberto Nolia

Otra cosa que ni respeto, ni comparto de la Revolución

Y a propósito de mi artículo anterior, no me imaginé que después de las más de 3000 lecturas que tuvo, tuviera que hacer otro más tan rápido. Muchas veces se ha repetido que el Comandante Chávez dijo que había que ser autocríticos dentro de la Revolución Bolivariana. Pero, y hay que admitirlo, ni cuando él estaba presente, esas palabras se hicieron realidad. En mi anterior escrito, recordé como sacaron durante un tiempo a Walter Martínez de su espacio "Dossier" y las presiones que, en apariencia, él recibiera del Ministro de Comunicación de entonces, el angolés Yuri Pimentel (y lo dije a propósito, porque ese señor no nació en Venezuela). En esta nueva etapa del Proceso "que está pésimo", con Nicolás Maduro, ha pasado exactamente igual. La primera víctima fue Mario Silva García, pero no me atrevo a pedir su regreso por comportarse en los últimos tiempos como un hombre soberbio quien no aceptaba que compartía responsabilidades en su espacio, primero con Eileen Padrón y Néstor Francia y luego, con Jorge Amorín, quien dejó de aparecer en menos de 4 meses, cansado quizás de su condición subalterna en "La Hojilla".

Pensé que era motivo de celebración que llegara entonces a ocupar su espacio un periodista, nada complaciente, de verbo ácido y duro como pocos, como Alberto Nolia. Pero, nos duró poco la alegría. Ahora, resulta que lo vuelven a sacar porque "alguien" instalado "en un nivel político más alto" (¿?) no acepta que Nolia le de "hasta con el tobo" a los diputados "nuestros", aquellos que buscaron nuestro voto con ansias y ahora se desentienden de sus electores, que aprobaron esa mamarrachada de la "Ley Contra los Ilícitos Cambiarios", como si "ilícito" fuera un sustantivo y a los funcionarios de la Guardia Nacional, que le roban sus armas adquiridas legalmente a los ciudadanos honestos que buscan defenderse de los hampones. Y eso que no Nolia no mencionó las actitudes que toman desde soldados hasta Generales que pisotean el uniforme todos los días, cuando permiten el contrabando de extracción de gasolina y alimentos venezolanos hacia el territorio colombiano...

No se le perdona a Nolia que criticara a los fiscales ineptos de nuestro inservible Ministerio Público, que esconden expedientes o que no son capaces de actuar para que no quede impune el asesinato de Danilo Anderson. No se tolera que Nolia esgrima verdades, opiniones y análisis en su espacio, ni que tenga en Twitter 37.241 seguidores que solo esperaban oír el verbo ácido que nunca tuvo realmente Mario Silva García, y que solo vino a manifestar en una conversación sabrá Dios con quien, acerca de Cilia Flores, Diosdado Cabello y otros personajes cuestionados dentro de la Revolución Bolivariana.

A ese personaje oscuro del "nivel político más alto" le hartaba que Nolia llamara a las cosas por su nombre, que en las últimas noches mencionara su empeño de que se le confiscaran los bienes al apodado por él, "Bobomán" responsable del desprestigio del "periódico de los Otero": "El NAZIOnal". Detestaba que Nolia hubiera criticado a nuestra estúpida justicia "de las dos Luisas" en su desaparecido periódico "Los Papeles de Mandinga". Odiaba que Nolia dijera que el Gobierno fuera incapaz de desarmar a los malandrines que amenazan nuestra seguridad personal a diario y que se empeñaba en desarmar a los honestos, inspirado en un proyecto de "Primero Justicia". No quería que repitiera la conseja de los malnacidos que salen fuera de nuestro país a malponerlo como hacen María Corina "La Malinche" y el candidato fracasado de los ojos brotados, "hijo de apá y mamá" que nunca se dedicó a trabajar y a quien le dieron por regalo la candidatura como diputado en un estado que no conoce.

Pero, este fenómeno al cual nos vinimos adaptando desde antes de la muerte física del Comandante Chávez se parece más a las prácticas bestiales de los gobiernos de la infame Republiqueta que nos tocó vivir y de cuyas consecuencias, tardaremos demasiado en salir. Las más ilustres víctimas de tal costumbre fueron Luis Tascón quien murió ignorado sin que se pronunciaran discursos patrióticos ante su féretro y el propio General Alberto Müller Rojas, ante quien se dijeron esas piezas de palabrería hueca, después de que el entorno de alacranes del cual nunca se pudo desprender Chávez buscara la manera de alejarlo definitivamente.

¿Que será lo que sigue?. Sencillo, convertir a los medios del Estado en simples difusores de palabras más o menos complacientes sin que se puedan o quiera hacer eco sus gerentes del malestar que siempre sentimos al ver que los ideales son traicionados. Pero, no todo está perdido, porque ningún Ministerio tiene poder para callar lo que siempre se oculta, las "cosas que los dueños de los medios comerciales no quieren que sepamos" y que decimos en Aporrea.org. Aquí tiene su medio ideal de expresión desde quienes escribimos desde nuestras casas o los cibercafés hasta hombres de respetado nivel intelectual como los dos Robertos, Luis Britto García y Vladimir Acosta. Seguirán oyendo nuestras voces a pesar de los Yuri Pimenteles, tan parecidos a los Pedro Pablo Alcántara, que se mueren de ganas por aplacar a los medios de difusión popular. No van a poder, ni siquiera tapar los Papeles que Mandinga guarda tan mal, que hasta Alberto Nolia los descubre.


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Roberto Arenas


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