¿Candanga o Burundanga?

Hace tiempo imaginé también, ingenuamente, que el presidente tendría que crear un equipo de gente para recibir mensajes del pueblo, y que este equipo, vistas las proporciones de la demanda, en poco tiempo tendría que ser él mismo casi un ministerio. Ahora estamos viendo algo parecido con lo del Twitter, que ha deparado en una semana en Misión. Pero la verdadera preguntar es: ¿por qué tener que llegar a este tipo de inventos, por qué este tipo de necesidades?

Porque todo depende del presidente. ¿Y por qué todo depende de él?

Porque el Gobierno y su estructura política (o lo que tendríamos que llamar su política de la política) así lo provoca, y luego a ello se somete. Allí, en la nueva Misión, se formará de nuevo la rosca, se llagará tarde o temprano a lo mismo, pues a la base de la solución se encuentran las mismas causas del problema. Pronto veremos nacer el anillo Twitter, o lo que será conocido como otra "falsa red de distribución", a la cual supuestamente los ministerios sí abrirán sus puertas (como si sus propios portales de internet no existieran desde hace tiempo). Pero los ministerios simplemente nunca cambiarán gracias a Twitter, porque funcionan basados en un axioma fatal: que todo cuanto se haga sea por orden del presidente... El resultado: un perro que se muerde la cola, o un gafo que trata de morderse los dientes.

¿Tendrá la Misión Candanga la capacidad de movilizar la atención de nuestras instituciones, la autoridad para seducirlas? ¿Y no terminarán filtrando, censurando "los doscientos" aquellos mensajitos que ya empezarán a ser críticas y quejas a la misma Misión? El problema no es que la gente no puede llegarle a Chávez, sino que las cosas están hechas de tal manera que la gente tenga que llegarle a él.

Twitter no es el problema ni la solución ("la solución de un problema falso es un error absoluto" —o una pérdida de tiempo absoluta—). Lo inútil es creer que uno puede hacer despegar el avión en que se encuentra tirando del cinturón de seguridad.

Chávez es el centro por donde todo pasa a causa de la ineficiencia del personal que ha sido puesto y repuesto por él mismo. Ergo:

Chávez debe cambiar él mismo para que cambie su entorno. ¿Va a venir un inventico a cambiarnos las cosas?

¿Quién dice que Chávez no nos está echando un cuento (el poder del pueblo, el humanismo, la revolución), y por detrás está creando las condiciones —deliberadamente o inconscientemente— para que todo tenga no obstante que pasar por él? Soy el primero en detestar la idea, pero aquí no se trata de creer o no creer, sino de ser racionales.

En fin, frente a este y frente a cualquier problema lo que hay que poner siempre en revolución son las neuronas, pero para eso ante todo hay que evitar que nos echen burundanga.


xavierpad@gmail.com


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Xavier Padilla


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