La crisis económica y la construcción de la alternativa socialista

Escribimos este texto sobre la actual crisis económica cuando apenas han pasado algunos días del 20 aniversario de la caída del Muro de Berlín; un hecho histórico inolvidable. Refiriéndose al mismo, el historiador marxista inglés Eric Hobsbawn escribió en esos días: “Estrictamente hablando, la caída del Muro apenas demolió la creencia de que el socialismo de corte soviético- era una forma factible de socialismo”, aunque luego agrega que “como fue la única tentativa de realizar el socialismo, en la práctica su fracaso desanimó a los socialistas como un todo, a pesar que una gran parte de ellos hayan sido críticos del sistema soviético”. (1)

En ese mismo artículo el escritor del Siglo de los Extremos dice correctamente que: “la caída del Muro significó la desestabilización de la geopolítica mundial, en pro de una única superpotencia los EEUU, por lo que en consecuencia el mundo se tornó más inestable y peligroso”. Y refiriéndose a la crisis económico financiera de un año atrás Hobsbawm la define como “el Muro de Berlin del capitalismo”, y que “en ese aparente revés capitalista esta la posibilidad de de la rearticulación del pensamiento de izquierda en bases más realistas”. (2) idem. (los resaltados son nuestros)

En ese breve reportaje Eric Hobsbawm ha introducido temas fundamentales que están en debate para los socialistas revolucionarios y que podemos resumir en dos cuestiones que trataremos brevemente de desarrollar en este artículo. a) La magnitud de la crisis económica y la actual situación de la misma; si es como dicen la mayoría de los economistas burgueses que ya se ha superado o como opinan importantes economistas marxistas se trata de una crisis más global que seguirá profundizándose y tendrá nuevos episodios; b) la política de los revolucionarios ante la crisis y la construcción de la alternativa socialista en este nuevo período histórico en el que hemos entrado como consecuencia de la crisis.

La “recuperación”

Los economistas burgueses y muchos de los responsables por dirigir la economía de los países hablan, con distintos niveles de euforia, que ya se comenzó la recuperación. En el caso de nuestro país el Ministro de Hacienda Guido Mántega y el propio Lula que se muestran exultantes.

Esa recuperación podría ser en “V” como es el caso de países como el Brasil donde la recuperación es rápida, o en “U” -una recuperación más anémica- como sería el caso de los EEUU y Europa donde ha estado el epicentro de la crisis

Sería de necios negar que gracias a las fabulosas intervenciones estatales de tipo keynesianas que hicieron los gobiernos de las metrópolis, la crisis que comenzó como crisis financiera, tuvo una relativa contención. Sería también de necios negar que muchas grandes empresas –un sector considerable de las grandes multinacionales en primer lugar- han recuperado la tasa de ganancia gracias a reestructuraciones, fusiones, ajustes y lo despidos masivos. Esto ha sido consecuencia de que la clase obrera ha hecho resistencias parciales a la crisis y no golpeó contundentemente a los capitalistas. Aunque en todo caso, las más altas tasas de lucro están -tanto en Brasil como en EEUU- en los bancos, en este último país en los bancos de inversión.

Estamos lejos de tener una visión de la economía mundial catastrofista y mecánica de esta crisis. Pero rechazamos la lectura que los economistas burgueses hacen por ser absolutamente parcial y coyunturalista. Los capitalistas tienen que transformarla en una verdad absoluta ya que es su fundamento imprescindible para recuperar la confianza en el mercado y para que el sistema funcione. Pero hay otros indicadores muy concretos de las grandes dificultades; por ejemplo mismo en los EEUU, a pesar de que se habla de un pequeño crecimiento de la economía, el desempleo ha seguido aumentando alcanzando este último mes la cifra record.

La nueva burbuja según Roubini

Es importante escuchar lo que opina Nouriel Roubini profesor en economía en la Universidad de New York. Roubini -un economista burgués que no se acerca al pensamiento marxista-, se hizo famoso por pronosticar la crisis que estalló el pasado año alertando en forma sistemática sobre la misma. En un reciente artículo del Financial Times (6/11/09) reproducido por la Folha de São Paulo titulado “Cuanto mayor es la burbuja actual, mayor será su inevitable estallido”, Roubini explica que se ha creado una nueva burbuja; (sería la tercera después de la de la informática y la de las hipotecas). Una nueva burbuja con la que el capital se está reproduciendo con altas tasas. “Al mismo tiempo en que las economías americana y global iniciaron una recuperación modesta, desde marzo los precios de los activos vienen subiendo vertiginosamente, en un alza grande y sincronizada”. “Son los activos de alto riesgo de todo tipo, -"carry trades"-, participaciones, precios del petróleo, energía y commodities-, un estrechamiento dos "spreads" de alta rentabilidad y alta clasificación y un aumento mayor todavía en activos de mercados emergentes (sus acciones, obligaciones y monedas)”. Roubini señala que “los precios de los activos de alto riesgo vienen subiendo mucho y más rápido en comparación de sus fundamentos”.

Si bien Roubini dice que esa recuperación de activos de alto riesgo es en parte movida por “mejores condiciones económicas”, lo que está por detrás de esa alza masiva que alimenta la burbuja de activos es “la debilidad del dólar americano”. Como consecuencia, los “inversores” toman préstamos en dólares con intereses muy bajos (préstamos a intereses negativos, que pueden llegar a 10% o 20% negativos al año), para comprar activos de rentabilidad mayor y otros activos globales. “Cada inversor que juega ese juego de alto riesgo parece un genio -mismo que solo navegue en una burbuja inmensa-, yá que los retornos totales han estado en la faja entre 50% e 70% desde marzo”. “En la práctica se transformó en una negociación común, -usted compra el dólar para adquirir cualquier activo de alto risco”.

Rubini pronostica que: “esa burbuja va a estallar un día, llevando al mayor estallido ya visto, generando el colapso coordinado de todos esos activos de alto riesgo”. Y da varias razones; sea porque el dólar no puede caer a cero, o porque puede haber una fuga movida por el miedo a un repique recesivo, o un riesgo geopolítico como sería un choque EEUU e Israel con Irán. Y termina afirmando que “si bien ese proceso puede no ocurrir por algún tiempo, ya que el dinero fácil y la liquidez global excesiva todavía podrán elevar los activos, cuanto más se prolongue y cuanto más crezca la burbuja mayor será el crash”.(…) “La Reserva Federal y otros responsables por la política económica, parecen no tener conciencia de la burbuja monstruo que crearon. Cuanto más tiempo permanezcan ciegos, más dolorosa será la caída”.

El Brasil es uno de los platos más apetitosos de este capital ficticio; aquí entran masivamente gracias a las altísimas tasas de interés – siguen siendo de las más altas del mundo- y también porque el real este altamente sobrevaluado en relación al dólar. Nuestro país sigue siendo extremadamente dependiente del capital internacional y al mismo tiempo un plato apetitoso para el capital financiero especulativo gracias a la alta tasa de interés y la sobrevaluación del real. Así la economía aparezca con indicadores positivos, el país es extremadamente dependiente de estos capitales y sufre la sangría del pago de la deuda pública que consume más del 30% del presupuesto. 

La tibia medida de tasar la entrada de capitales por parte del Ministro de Hacienda no ha dado ningún resultado. Esta situación solo podría ser resuelta si se bajaran drásticamente las tasas de interés y si se aplicasen un estricto control de cambios y la nacionalización de los capitales y depósitos. Pero por el contrario, el gobierno brasilero no hace nada de esto; sigue favoreciendo a los grandes banqueros, las multinacionales y el agro negocio. Por eso, cuando estalle la nueva burbuja va a sentirse en el país, y entonces se terminará con la idea de que el Brasil ya está afuera de la crisis. 

La finacierización como componente de una crisis global del sistema

Este agudo análisis de Roubini no hace más que confirmar el que han hecho los más serios economistas marxistas como Jorge Beinstein y Françõis Chesnais, que consideran como algo inmanente o estructural a esta fase de de decadencia de la acumulación capitalista, la primacía del la financierización o sea del capital especulativo.

La nueva burbuja que se ha formado en base a ese masivo aumento de los activos de riesgo, muestra el amplio dominio que sigue teniendo la financierización en la actual fase del capitalismo imperialista. Prueba de ello fue la política del gobierno de Obama que hizo una fuerte inversión estatal para salvar esos activos “sucios”.

Contra aquellos que pensaban y piensan que se trataba de una crisis del neoliberalismo y que era y es posible hacer un capitalismo sin la “ruleta financiera”, el análisis de Roubini no hace más que mostrar que existe una crisis profunda de la economía capitalista que no se puede resolver con medidas reformistas porque se trata de una crisis global.

Como lo ha señalado en muchas oportunidades Chesnais citando a Marx, “la acumulación capitalista en este período de decadencia va creando más contradicciones que hacen que las crisis sean más profundas y con salidas cada vez más costosas”. Las clases dominantes no pueden dar marcha atrás y hacer reformas por los propios mecanismos que el mismo capitalismo ha creado, es decir de la propia financierización que es inmanente a la actual fase del sistema. 

A lo cual tenemos que sumar la crisis ambiental, que para Chesnais y muchos otros marxistas, ha colocado la cuestión en los términos de una “crisis de la humanidad”. La falta de acuerdo entre las principales potencias para la próxima cumbre climática de Copenhague muestra de manera patética como ante la dramática situación de perspectiva de un calentamiento global que puede llegar hasta seis grados, el capitalismo es incapaz de auto-limitarse o auto-controlarse.

Esta lectura de la crisis es importante porque si bien el Brasil y otros países como India o China, aparecen como habiendo superado ya la crisis son parte de una economía mundial cada vez más globalizada y cada vez más en crisis. Mas tarde o más temprano sea que el pronóstico de Roubini se cumpla o sea por las propias contradicciones y desequilibrios y contradicciones acumuladas, el Brasil no va a escapar a la misma.

Esta es una lectura fundamental que tenemos que hacernos los militantes socialistas; no hay ninguna mejora o reforma posible a largo o mediano plazo ni en Brasil ni en ningún otro país; lo que no hace más que reafirmar nuestra estrategia política revolucionaria y nuestro programa.

La alternativa socialista

Esta crisis ha hecho que el capitalismo pierda credibilidad ante las masas. Al mismo tiempo, que los sectores de vanguardia se reafirmen correctamente en que la única salida para la humanidad es el socialismo.

Sin embargo hay un peligro que se ha hecho realidad en este nuevo período mundial. Hay un sector de esta vanguardia que ha convertido en política concreta la propaganda de la crisis actual del capitalismo y de la salida socialista. Ha transformado en política el correcto razonamiento que la crisis del capitalismo solo tiene salida con el socialismo y que solo puede ser alcanzado por medio de una revolución.

Esa propaganda es muy necesaria y muy correcta de hacer para la vanguardia, es decir para ganar a los mejores luchadores y de esa manera fortalecer la herramienta política que luche por el socialismo; en nuestro caso el PSOL. Sin embargo, es un error creer que vía esa propaganda podemos llegar y ganar a las masas.

Al comienzo de este artículo citábamos a Hobsbawn que hablando sobre la caída del Muro de Berlín, -tal vez el acontecimiento revolucionario más contradictorio que ha tenido el siglo XX-, decía refiriéndose al mismo: “como fue la única tentativa de realizar el socialismo, en la práctica su fracaso desanimó a los socialistas como un todo.” Nosotros deberíamos agregar que al ser la única tentativa o modelo de socialismo que vieron las masas, significó también que estas no hayan visto ni vean ahora al socialismo como una posible alternativa.

La caída del Muro facilitó el trabajo de los marxistas revolucionarias para llegar a las masas porque liquidó los grandes aparatos al servicio de la coexistencia con el capitalismo controlados por los partidos comunistas. Y como decíamos, la crisis económica iniciada hace un año – el Muro de Berlín del capitalismo y volvió a fortalecer en la vanguardia al socialismo.

Pero esa crisis no ha significado ni va a significar que las masas por sus propios medios avancen hacia el socialismo. Nunca lo hacen de esa manera; como muy correctamente lo reiteraba Nahuel Moreno cuando decía que “el nivel de conciencia de las masas avanza a través de sus propias acciones y experiencias”. De ahí que la política de los revolucionarios sea la de buscar las consignas adecuadas responder al nivel de conciencia y a las necesidades concretas que ellas tienen planteadas para abrir de esa manera el camino de la movilización.

El colosal avance que ha habido en los últimos años en Latinoamérica ha sido gracias a poderosas movilizaciones que no se hicieron por el socialismo sino por reivindicaciones concretas antiimperialistas y democráticas. En estos últimos meses hemos asistido a una gran movilización popular en Honduras alrededor de esas mismas consignas democráticas; el retorno de Zelaya al poder y la Asamblea Constituyente.

Y en donde la izquierda avanzó no fue precisamente planteando el socialismo sino interviniendo en esos procesos reales de lucha antiimperialista y democrática, que tienen sin lugar a dudas un componente anticapitalista. La prolongada resistencia hondureña nos ha dado un gran ejemplo en ese sentido; fue a través de esas consignas que se fortaleció en las masas.

Hoy en día tenemos que sumar como tarea presente también la cuestión ecológica. En este terreno, son correctas las formulaciones marxistas que hoy en día han dado origen al eco socialismo que integra la lucha ecológica a la lucha socialista. Pero al mismo tiempo esa estrategia socialista no puede negar la unidad de acción con todos los sectores que en forma más inconsecuente e incluso dentro de un pensamiento pro capitalista del desarrollo sustentable se plantean el problema ecológico, y proponen medidas parciales que son progresivas. Negar la unidad de acción con estos sectores sería lo mismo que negar la unidad y o el frente único con la burocracia cuando esta levanta reivindicaciones económicas parciales.

El Brasil y Latinoamérica

El Brasil es uno de los puntos más retrasados en cuanto a la lucha de clases de nuestro continente. No por casualidad el presidente Lula está con casi el 80% de aceptación por las masas. Pero al mismo tiempo es parte del mismo todo latinoamericano.

Eso plantea dos cuestiones que están ligadas. La primera es que en nuestro país de ninguna manera podemos renunciar a abrirnos el camino en las masas. que en realidad ya lo hemos abierto. Sería un crimen y un retroceso quedarnos en una actitud de espera con nuestra propaganda socialista. No es por casualidad que el PSOL haya logrado abrirse ese camino. No lo hizo con la propaganda socialista que reiteramos que es indispensable para ganar y fortalecer la vanguardia; lo hizo porqué supo empalmar con sectores de masas a través de ser un defensor de sus reivindicaciones más sentidas y utilizando las grietas y debilidades que abrió el régimen. En concreto junto a las luchas reivindicativas la lucha contra la corrupción que es en nuestro país la fisura más grande abierta y que es sin dudas es parte de una lucha más global contra el mismo.

Y en segundo lugar porque esta tarea de llegar y disputar sectores de masas de esa manera la hacemos con mucha confianza, muy seguros, sin el temor de pensar que estamos “capitulando al régimen”, porque precisamente creemos en nuestra estrategia.

Porque sabemos que por ser parte de ese todo que se llama Latinoamérica la crisis va a llegar, el régimen va a perder más credibilidad y las masas van a movilizarse, con lo que se abrirá una disputa más abierta, más directa por la dirección de las mismas. Pero sin dudas que solo será posible esa disputa si hoy, en la situación actual de relativa pasividad, somos capaces de sostener y profundizar el espacio que hemos ganado en ellas gracias a la política que hemos defendido para construir el PSOL.

(*) Pedro Fuentes es miembro del Comité Ejecutivo y Secretario de Relaciones Internacionales del PSOL. 



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