Esta vez no lo acompaño en su decisión con Colombia, señor presidente

Otra vez la Piedad Córdoba y su combo. Anoche no quise ver la reunión pública de nuestro presidente con la fulana “comisión (colombiana) por la paz” pues presentía el desenlace. Un colega escribió aquí en Aporrea sobre el tema y tiene total razón. Recuerdo que la Piedad se pronunció en contra de la posible reelección de nuestro presidente. Ahora retorna como caballo de Troya y logra su propósito colombianista. Esa gente solamente quiere proteger sus intereses y no le importa para nada lo que aquí suframos por los problemas que nos llegan de esa “hermana” república. ¿Qué de positivo logramos con la ayuda de Chávez para la liberación de los famosos rehenes que tantos dólares nos costaron? Nada, ellos salieron favorecidos y nos pagaron con la ingratitud santanderiana de siempre. Ahora usted, respetado presidente, vuelve a caer en contradicciones de política exterior y ordena el retorno de nuestro embajador. Esta vez no lo acompañamos. Usted, con su aguda inteligencia militar, debe saber que el reptil Uribe no dará marcha atrás con las bases militares gringas. Usted se contradice una y otra vez. Le dijo a Samper que no habría mediación posible con Colombia hasta que el lacayo rectificara. Pues no rectifica, no se comunica con usted y le sabe a caca lo que usted piense. Le pidió a la ex canciller Mejía para que mediara en el conflicto. ¿Quién lo entiende, ilustre presidente? Olvídese de la Gran Colombia y la completa unión suramericana, esa integración la podemos lograr con varios países y no con todos, no es posible, es un sueño. Ya vio como opinó el cura paraguayo respecto al tema de las bases en Colombia, se hizo el loco y siguió su camino. Lula, el gran traidor de la izquierda del sur también adoptó una posición tibia.

Honestamente, señor presidente, estoy sumamente molesto con sus vaivenes de política exterior, al igual que millares de compatriotas. Le cuidamos la frontera a Colombia. Le subsidiamos la gasolina para volver ricos a unos pocos vivos. Salen toneladas de alimentos furtivamente por nuestros estados fronterizos y dejamos de proveer a nuestra gente. Les aceptamos sus hijos sin documentos en nuestras escuelas y se los graduamos con mucho gusto porque no somos mezquinos. Le perdonamos a la rata de Uribe que haya violado nuestro territorio con el caso Granda. A usted lo llaman narcotraficante y colaborador terrorista con las Farc. Y usted pone la otra mejilla y le repite la otra y le da de nuevo la anterior a la otra. No mi estimado líder, hasta aquí nos trajo el rio. Mantenga su palabra, sea firme en sus convicciones y no vacile ante esos ladinos mensajeros de Uribe para favorecerles en el intercambio comercial. Estoy muy decepcionado. En las próximas elecciones para diputados a la Asamblea Nacional y para la presidencia seguiré votando rojo pero mi corazón se tiñe de gris. Con los gringos pasó igual. Por un apretón de manos del Obama usted se emocionó y repuso al embajador Álvarez y continúa señalando al imperio por su intromisión en el golpe de Honduras y por asesino de masas como en Irak, Afganistán y etc. Son contradicciones que le pueden costar muy caro en su credibilidad ante los venezolanos a la hora de votar.

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Efraín José Granadillo


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