Es obsceno, por decir lo menos, alentar ilusiones sobre un sistema en agonía

No será posible hacer sobrevivir al Capitalismo

"Es, pues, evidente que la burguesía ya no es capaz de seguir desempeñando el papel de clase dominante de la sociedad ni de imponer a ésta, como ley reguladora, las condiciones de existencia de su clase. No es capaz de dominar porque no es capaz de asegurar a su esclavo la existencia ni siquiera dentro del marco de la esclavitud, porque se ve obligada a dejarlo decaer hasta el punto de tener que mantenerlo, en lugar de ser mantenida por él. La sociedad ya no puede seguir viviendo bajo su dominación; lo que equivale a decir que la existencia de la burguesía es, en lo sucesivo, incompatible con la de la sociedad2" Marx-Engels
 
Hasta ahora muchos filósofos se han dedicado a “renovar” palabrerías sobre el mundo... de lo que se trata es de transformarlo. Ha de saberlo Myung-Hyun Lee del Comité organizador para el Congreso Mundial de Filosofía, cuando afirma que “…espera tener reflexiones renovadas sobre la naturaleza, alcances y funciones de la Filosofía en una era de creciente multi-culturalidad, globalización y tecnificación científica 3 ”. Si tal “era”, como parece, se refiere a la “era” del Capitalismo es lógico y urgente convocar a pensar el futuro, lo nuevo, lo diferente… lo opuesto a esta máquina de crimen y devastación que amenaza a la humanidad con destruirla y destruirlo todo. Ojalá que “renovador” no signifique “resucitador”, que “reflexiones renovadas” implique búsqueda de lo nuevo y no implique cirugía cosmética gatopardista de filósofos especialitas en “renovar al mudo” para renovar sus contratos. Porque es absolutamente cierto que, sin triunfalismos ni simplismos, urgen praxis renovadas (y renovadoras) revolucionarias, para que quede claro, de una vez por todas, que lo único nuevo, posible, es el Socialismo. El salto cualitativo de la humanidad que se pertenecerá a sí misma y no a los explotadores. ¿O estarán planeando otra “tercera vía”?

La historia de todas las sociedades hasta nuestros días es la historia de las luchas de clases

La agonía del Capitalismo, aun prolongada, es tan irreversible que no es posible, ni para los filósofos más complacidos, con los mejores intentos, imaginar o encontrar un solo argumento honesto que pueda defender la historia, los hechos concretos y los estragos de un sistema económico y social basado en la corrupción y el robo. Lo que alguna vez fue un sistema con fuerza revolucionaria capaz de sacar al mundo del periodo medieval es hoy un sistema decadente que sólo es capaz de sobrevivir a fuerza de esclavizar, explotar y degenerar a la especie humana. Y para sobrevivir el Capitalismo invertirá cuanto tenga a mano así ponga en riesgo la existencia misma del planeta. Así tenga que comprar filósofos que lo alienten en su lecho agónico. Uno no pude ser ingenuo. “Lenin y Trotsky, por el contrario, decían que no existe la crisis final del Capitalismo, en el sentido de un colapso automático del sistema. Si se le deja a su merced, el sistema capitalista siempre encontrará una salida, aunque con un coste terrible para la clase obrera y la civilización humana.4

Nos amenaza la barbarie con su “lógica” modelo imperio: si el Capitalismo no tiene salida nada tendrá salida. Hay que recordar a Irak. A los filósofos burgueses les gusta soñar con la “paz” de las reformas sin sobresaltos. Se ilusionan, o quieren ilusionarnos, con la idea de un Capitalismo humanizado sin esa “violencia” de los “resentidos sociales”, sin odio de clases, sin divisiones entre “hermanos”. Se hacen fantasmagorías con la reconciliación de las clases. Hacen fraseología sobre la “paz” social, sin perder o frenar la productividad ni la rentabilidad burguesa, con cambios “humanistas”, poco a poco, graduales y sin aspavientos… retóricos del reformismo, la inconsistencia teórica y política, la crítica a los métodos revolucionarios y la defensa de la “democracia burguesa” sin importar su grado de putrefacción.

No pocos filósofos andan por el mundo sembrando, todavía, la desconfianza de los sentidos, las mayéuticas mercantiles de sus metafísicas fetichistas, sus idealismos como demiurgos fatalistas y la “subjetividad” como fábrica del cosmos sospechoso… por mencionar unos cuantos. Todo para sostener la alienación en sus modalidades más estrambóticas. Todo para mantener vivas las palabrerías rentables usadas como credo “ilustrado” que ayuda a esconder la miseria, la degeneración y los muertos en un sistema devastador y corrupto por definición. Los ricos pagan por eso fortunas.

¿Qué es lo nuevo? ¿Qué es lo renovado? Habrá que ver en este Congreso cómo se elude el “novedosismo” de los filósofos con aspiraciones prestidigitadoras.¿Será que quieran algunos hacer pasar por “renovada” la producción actual en un mundo en crisis de sobreproducción donde sólo puede comprar el 20 % de los habitantes… será que nos presentarán una solución renovada al problema del Trabajo y el empleo, los sueldos, las condiciones laborales, serán, acaso, ideas nuevas para relaciones obrero-patronales justas, des-alienadas? ¿Se renovarán los servicios, la agricultura y industria manufacturera? ¿Se renovará algo en materia de explotación de materia prima y mano de obra? ¿Hay algo renovable en el Capitalismo? Ya veremos qué defienden los filósofos burgueses. Lo tienen difícil, ni duda. En cualquier caso todo lo que pretenda hacer sobrevivir al Capitalismo y hacer sobrevivir las ilusiones sobre alguna forma de sobre-vida burguesa deberá ser debatido a la luz de los datos más concretos sobre la realidad económica, política e ideológica de la humanidad a estas horas. Toda filosofía alienada que pretenda pasar por encima, debajo, al lado, indiferente o mística respecto a las calamidades más desesperantes que explotan y esclavizan a la humanidad, acompañará irremediablemente al Capitalismo hasta la tumba… y se irá con él. Nueva sería un filosofía actualizada y potenciada al servicio de la transformación del mundo en manos de los trabajadores. Nuevo sería un sistema social capaz de emerger dialécticamente de las fuerzas organizadas hacia el socialismo con los trabajadores del mundo unidos. Por ejemplo.

Un Filosofar renovado sólo es posible si se pone en claro que el sistema capitalista no es eterno. Que el pensamiento fabricado a su servicio caduca y languidece. El desempleo ahora es una perspectiva que asedia y representa la moralidad de los explotadores. Las burguesías creen todavía que pueden convencer a los trabajadores de que el sistema de "libre empresa" es el único y mejor sistema posible, precisamente cuando miramos cómo fallece. Inventan incluso Congresos de Filósofos y, a veces, alquilan a poetas famosos para organizar y amenizar las charlas más complacientes con el “mercado neoliberal”. Como en México con Octavio Paz. El Capitalismo será incapaz, según pase el tiempo y según maduren las luchas en su contra, de satisfacer incluso las necesidades más básicas, es decir, empleo, salario digno, hogar, educación y salud, jubilación, control de los ecosistemas… El Capitalismo se desplomará de un momento a otro, en unos meses, en unos años, su muerte es inexorable. Fenecerá por una suma de factores no milagrosos. Lo nuevo en el horizonte de los pueblos es el Socialismo. Hay que ayudar, colegas filósofos, a hacerlo visible.

Los Filósofos deben pensar en lo costosa que es para la humanidad la agonía del Capitalismo. Es decir deben pensar cómo piensan los trabajadores del mundo unidos. El Capitalismo ha desarrollado la economía mundial anárquica y de guerras internas que prepara las condiciones para una recesión devastadora. Tarde o temprano. La agonía del sistema capitalista como las epidemias, adquirirá un carácter más general y severo, irá de un continente a otro a la velocidad de la luz, devastando comunidades, regiones y países enteros. Esa es la imagen de una agonía en un espejo del mundo no muy lejano. ¿Se quedaran sin palabras los filósofos?

Filosofar con los pies en la tierra, en la historia y en sus cambios. Ya tiene doscientos años de historia del Capitalismo, ya dejó su sello en todo el periodo y afectó a las relaciones entre las clases y a la conciencia de cada clase. Una historia de sangre, obscenidad y guerras, un periodo de lucha de clases tormentoso, que cambió decididamente la historia de la humanidad y puso en riesgo grave la supervivencia de la especie humana… varias veces. Esta agonía es lenta hay que ser cautos, ya otros alguna vez defendieron la idea de la crisis final del Capitalismo. Pensaron que el Capitalismo colapsaría, “automáticamente” debido a sus propias contradicciones sin tomar en cuenta que papel trascendental deben jugar las luchas campesinas y obreras en ese cambio. Por eso es de importancia extraordinaria lograr que el Capitalismo sea derrocado por la clase obrera. La historia no se resolverá mágicamente sólo porque existan más pobres, más crisis o más rebeldías… es falso aquello de “cuanto peor mejor” la historia podrá cambiar porque la lucha de clases nos permite entender la necesidad de la organización, la conciencia socialista y la construcción de una dirección correcta hacia la revolución permanente. Y no hay de otra.

El Capitalismo agoniza y la autoridad que disfrutaron los filósofos en otro tiempo se desvanece exponencialmente porque, entre otras razones, muchos pensadores han sido incapaces de entender su composición de clase, la han escondido o traicionado o han sido veleidosos que se niegan a entender que “todo lo que sube tiene que bajar”. La dialéctica de la historia. Porque muchos filósofos dejaron de cultivar la pasión por la verdad en el seno de las mejores luchas humanas y se abandonaron a los escarceos más mercenarios con la burguesía. La explotación ha aumentado en todos los países, los capitalistas anhelan extraer toda la plusvalía posible a los trabajadores… esa es la base de la producción capitalista y eso genera injusticias, crímenes, hurto degenerado y un malestar creciente que refleja un síntoma de la debilidad patente y latente de todo el sistema.

Los Filósofos han de tomar posición porque la agonía del Capitalismo entró en una fase de destrucción vigorosa, marcada por las guerras y un periodo de gran inestabilidad y entró en un largo periodo de declive, que no sigue una línea recta. Hay periodos breves de recuperación y tiene sus peculiaridades. El Capitalismo tiene bajo nivel de desarrollo de la producción, una gran burocracia estatal y crisis destructora de las fuerzas productivas. El futuro del Capitalismo es la pobreza, la deuda, el hambre y el analfabetismo, una caída del nivel de vida. Todo esto confirma que el Capitalismo se encuentra en un declive manifiesto de maneras diversas. “La prolongación de la agonía del Capitalismo, amenaza con socavar la cultura y la civilización humana, o incluso el futuro de la humanidad. La tecnología que puede ser una amenaza para la existencia de nuestras especies (la guerra química y biológica, ingeniería genética, energía nuclear…) está en manos de multinacionales irresponsables; la destrucción del planeta por la sed de beneficios de los monopolios; la degradación del medio ambiente —el aire que respiramos, el agua que bebemos, la comida que comemos— se lleva a cabo en nombre del beneficio. Las desenfrenadas actividades del imperialismo provocan una guerra tras otras. Todos estos fenómenos —tomados en su conjunto— ponen un gran signo de interrogación no sólo sobre el futuro de un sistema socioeconómico que ha logrado sobrevivir a sí mismo, sino también sobre el futuro de nuestro planeta5. Y muchos filósofos, trabajadores de la filosofía, no se atreven a tomar su lugar al lado de los trabajadores.

Hace falta que los filósofos como trabajadores del pensamiento eleven la calidad de su trabajo y contribuyan a desarrollar el Socialismo. Hace falta que los filósofos entiendan el Socialismo Científico desde, sus propias luchas como trabajadores de la filosofía y contribuyan a expresarlo en el seno de las luchas obreras y campesinas del mundo entero para que se beneficien con las mejores herramientas de la ciencia filosófica. No habrá Socialismo capaz de llegar automáticamente a la victoria. Es necesario un método y su correcta aplicación, será necesaria la orientación marxista a cada momento y una organización, desde abajo, capaz de inspirar y desarrollar la confianza más garantizada entre las masas luego de haber fraguado con la praxis una experiencia y una dirección inteligente, audaz, creativa y no sectaria. Pero un método revolucionario implica, sin oportunismos, muchas cosas, según se den los momentos y las circunstancias… según se presente el correlato de fuerzas en conflicto. No se debe tener miedo a ninguna herramienta consensuada desde abajo y pertinente con un programa revolucionario ni en el parlamento ni en la insurrección. Hay que ser muy dúctiles en la organización y muy rigurosos en los principios científicos del socialismo.

El Socialismo sólo teórico es ridículo y peligroso. El método revolucionario que puede llevar al proletariado a la conquista del poder no puede despreciar ninguna herramienta pero ha de estar atento evitar toda solución que no asegure la construcción concreta del poder en manos de los obreros y los campesinos y la organización del partido revolucionario nuevo.

Es preciso entender y explicarnos entre todos, con la máxima claridad, de qué manera, en qué terrenos, con qué alcances, riesgos y posibilidades se presenta la lucha de clases a cada minuto. Es inexcusable construir la solidaridad revolucionaria de las masas, romper toda esperanza en la supervivencia del Capitalismo, toda ilusión sobre el arrepentimiento de los explotadores "democráticos". Es imprescindible la educación de cuadros de filósofos revolucionarios, es indeclinable la crítica dialéctica y científica contra la “cultura” burguesa, el “arte” burgués, la opinión publicada por el stablishment en sus mass media, el “sentido común” (es decir la moral burguesa), aprovechar lo mejor para superarlos y es absolutamente necesario ser capaces de mostrar, un temple y una disciplina implacables y creativos para encontrar, hombro con hombro, al lado de los trabajadores, una solución razonada para cada problema que se presente a la construcción del Socialismo. Es preciso trabajar al lado de las capas más combativas del proletariado y aprender a mirar críticamente, con su sensibilidad, las condiciones objetivas de la lucha de clases y corregir lo que sea necesario para recuperar el desarrollo de la humanidad. De lo contrario el filósofo será un inútil a la revolución.

Una clave para los filósofos es contribuir con los trabajadores del mundo a dar el “salto cualitativo” hacia la construcción de un partido desde abajo, partido alegre, entusiasta, fresco, renovador que inspire confianza entre personas solidarias y comprometidas, entre compañeros que debaten diferencias y fortalecen fraternalmente sus coincidencias… un partido pleno de futuro con estrategias y tácticas, capaz de plantear perspectivas con firmeza teórica y prueba práctica. Un partido dispuesto a mejorar las condiciones de vida con una economía ideada, planificada y controlada por los trabajadores mismos. Un partido como el que, hasta hoy, no se ha visto.

Si el sistema todo ha de transformarse, así sea con ritmos que aun no conocemos, elijamos que se transforme hacia lo mejor posible. No repitamos los errores. Ni los horrores. Preparémonos eludir todas las ideas y prejuicios que no colaboren a construir la seguridad en nosotros mismos y nuestra independencia del ser y pensar burgués agonizante. La conciencia de las masas, en más de una actividad, puede transformarse en 24 horas si las condiciones nos lo exigen. Pero eso no ocurrirá milagrosamente. Y ningún filósofo comprometido con la humanidad, en serio, puede hacerse el sordo. Nuestro desafío mayor radica en mirar el terremoto con antelación y preparemos, confiando en nuestras propias fuerzas, para sobrevivirlo mientras ideamos la creación de un mundo mejor. Socialista pues. En última instancia, la viabilidad de cualquier sistema socioeconómico que podamos crear, dependerá de que seamos capaces de impulsar los medios de producción. De que estén en manos de los trabajadores. Si logramos controlar eso, con un programa socialista, habremos dado un paso vital.

Filósofos del mundo, no todo se reduce a la economía. Claro que no bastará con transformar los medios y la propiedad privada sobre ellos, habrá que transformar las formas en que nos relacionamos, las relaciones de producción, para desaparecer de nuestras vidas y cabezas la imagen del “patrón”, del “dueño” del sistema que nos exprime, nos inhibe, nos amedrenta, nos silencia y nos frena la creatividad… derrotar toda alienación, desaparecer todo autoritarismo en las aulas, las fábricas, las sobremesas y las sábanas…y junto con el cambio de las relaciones impulsar el cambio de la cultura, los hábitos, los gustos… mejorarlos pues para que mejorándolos nos hagamos mejores personas, mejor especie. No es imposible.

Muchos filósofos han sido capaces de absorber, de manera correcta, es decir en la práctica directa, las ideas y métodos fundamentales del marxismo pero muchos han vivido, demasiados años, asilados en los cubículos y los pasillos, en las aulas y en las bibliotecas, como intelectuales pequeño burgueses incapaces de la critica, o de auto-critica, incapaces de poner la ciencia al servicio de la revolución socialista. Muchos filósofos le temen al marxismo sin saber por qué y muchos lo desconocen inexplicablemente. Pero cada filósofo debe saber que la Filosofía no necesariamente atrajo a todo lo mejor de la intelectualidad científica. No están entre las filas de los filósofos los hombres y mujeres mejor preparados dedicados a servir sinceramente a la causa de la Filosofía para transformar al mundo. Hay burócratas y burros cuya ignorancia e irracionalidad traicionan todo espíritu de “amor al saber”. Hay una cantidad no pequeña de filósofos que carecen de formación científica en materia política y carecen de experiencia en las luchas campesinas y obreras que les permitiera adquirir una verdadera comprensión marxista. Una compresión de la Filosofía para transformar al mundo no sólo para contemplarlo.

Cargamos el lastre burgués de un sistema social que también ha sometido a la explotación a muchos filósofos, como a todos los trabajadores… cargamos un lastre ideológico burgués que impide comprender la dialéctica y el papel del filósofo como un trabajador también alienado. Muchos filósofos esconden su ignorancia, su orfandad de método filosófico socialista, tras la palabrería formalista de la “lógica” más conveniente al quietismo de algunas universidades y no pocos centro de investigación. Muchos filósofos sienten que es impertinente, que no les pertenece, luchar políticamente como filósofos concientes de su fuerza de trabajadores organizados. Son individualistas y desconfían hasta del universo. Han sido educados y sometidos, por ejemplo, a los designios del formalismo lógico para las conductas políticamente correctas, los programas académicos laboralmente correctos, la estética decorativamente correcta, la epistemología sin política, sin economía… sin rebeldía, sin lucha de clases. “Tal formalismo es una característica del pensamiento burgués, y sobre todo de los intelectuales formados en la universidad. Es la base de la lógica formal. Este método consiste en la elaboración de una hipótesis más o menos arbitraria, basada en un puñado de datos seleccionados y después se intenta justificar la hipótesis con una nueva aportación de cualquier dato que pueda corroborarla. Este método es conocido por los estudiantes de posgraduado que tienen que defender una tesis doctoral. El aspecto positivo de este método es que a menudo arroja nuevas e interesantes ideas o iluminan las teorías ya existentes. Pero el aspecto negativo, es que pueden llevar a conclusiones equivocadas y arbitrarias, lo que identificamos como sofistería. Por cada tesis doctoral que lleva a nuevo descubrimiento, hay cien que se pueden arrojar al cubo de basura6.

Hay filósofos que ignoran lo que es una lucha por sus derechos y desconocen en la práctica lo que significa la solidaridad con quienes luchan por el Socialismo. No ven que se trata del episodio más importante en las centurias más recientes, no ven la dialéctica de la historia, no ven que se muere un sistema asesino y que nace una humanidad conciente y dueña de sus fuerzas… una humanidad que quiere desarrollarse plenamente. Creen que es una “tendencia” un capricho de sectas, una movida de grupúsculos… y no ven que se trata del ascenso de la humanidad.

Muchos filósofos son incapaces de ver que viene a galope tendido, a lomos de la historia, de un continente a otro, la revolución Socialista. Viene bajo la dirección de los trabajadores, con su dirección objetiva y subjetiva. Muchos no la ven venir por que no pueden o no quieren. Pero este Congreso Mundial de Filosofía está obligado a hacerla visible. O será nada.

Es obligación de un Congreso con esta envergadura poner en su lugar las incertidumbres viejas, demostrar lo ocioso que son muchas de ellas y dar lugar a la urgencia de cuestionar esta sociedad producto dialéctico de la historia humana. Es su obligación ¿Hay quién objete? preparar las energías para esos futuros acontecimientos que irán apareciendo según emerja el Socialismo en todo el mundo. Este congreso debe pensarse como espacio para pensar la transición dialéctica plena de contradicciones acumuladas: pensar críticamente la desigualdad social y la insolencia burguesa que vive entre privilegios injustos e ilegales, pensar el costo brutal de la plusvalía, pensar la desfachatez de las jornadas laborales; pensar la inseguridad laboral; pensar el ataque sistemático a las organizaciones de trabajadores; pensar la concentración obscena del capital y el poder degenerado de los monopolios y las empresas. Pensar el papel de los gobiernos parásitos responsables de endeudamientos delirantes, pensar la reducción del gasto público, la defraudación de los sistemas de bienestar, vivienda y salud; pensar la extorsión y el terrorismo fiscal contra los más pobres y el perdón legalizado a impuestos que no pagan los ricos... Pensar las degeneraciones del gusto, la estética de la miseria, la violencia psicológica contra niños y adultos, la marginación y la persecución, la degradación cultural y la mansedumbre por terror cotidiano. Pensar para no quedarse pensando y pasar a la acción de inmediato, pensar como una acción práctica que transforme al mundo de inmediato. Pensar la praxis, en praxis, para la praxis. O sea, pensar en movimiento. ¿O dirán que nada de esto es asunto de la Filosofía? ¿O dirán que son temas tangenciales? ¿Qué es tendencioso, que abordar esos temas politiza la Filosofía? ¿Qué hay que hablar del Ser en abstracto sin hablar del ser humano en concreto?

Este Congreso ha de tener en claro el momento transicional en que aparece y habrá de poner en claro que el Capitalismo no es eterno, ni divino. Que es imperativo comenzar a pensar en colectivo, y sin exclusiones, cómo vivir, trabajar, pensar y actuar de manera diferente sin el peso demencial del Capitalismo y lo fácil que será vivir, pensar, trabajar y actuar sin miedo a la represión, sin miedo la violencia de los empresarios y sus gobernantes pagados para sofocar la libertad de los pueblos. Qué fácil será organizarnos para nuestro bien colectivo si no estamos amedrentados permanentemente. Este Congreso, en horas de transición, deberá abordar el pensamiento hacia el Socialismo y la cronología de la humanidad hacia sus transformaciones más profundas. La Revolución Permanente.

Para eso será necesario un Congreso con Filósofos que no se escandalicen con la transformación que emprenden los pueblos desde abajo y harán falta filósofos que no sean cómplices de la explotación capitalista de la esclavitud o la servidumbre. Filósofos capaces de entender y enriquecer el pensamiento ante el hecho extraordinario de cambiar las monstruosidades del Capitalismo que ni es eterno, ni es inmutable. Que es preciso el cambio y que ya se gestan en las entrañas de la historia los embriones Socialistas que son testimonio vivo, que cambiará, transformará todo hasta en los aspectos más imperceptibles. El Capitalismo entró en una fase de decadencia terminal, que puede durar cierto pro que mientras dure las consecuencias negativas de su sobre-vivencia pesarán sobre la humanidad de manera amarga. Aun con destellos de vida relativa no mejorarán las contradicciones, a cambio se exacerbará el paisaje de degeneración y barbarie. Ya se ven los signos de las fases que amenazan al mundo con catástrofes terribles. Como las hambrunas, como las epidemias, como las invasiones para saquear materias primas y mano de obra.

Este congreso que convoca a pensar de manera renovada lo nuevo deberá estar en guardia contra la tribu mediocre de Filósofos profesionales y aduladores a sueldo, que tratará de llenar con salivas reconciliadoras de clase, cualquier perspectiva de cambio profundo. Es preciso prepararse contra la cooptación del Congreso (si no es que ya está cooptado) por parte de sabihondos de biblioteca que no sólo ignoran el ascenso del Socialismo sino que lo combaten y que combaten, como pueden y donde pueden, cualquier preparación de la vanguardia proletaria, luchan contra la creación y formación de cuadros además calumniar a diestra y siniestra el pensamiento más avanzado que se ha puesto al servicio de la revolución de los pueblos: el marxismo.

Este congreso ha de saber que la muerte del Capitalismo conlleva batallas de tipo muy diverso y también momentos de calma relativa. Calma engañosa siempre. Este congreso, que llama a pensar lo nuevo, es, a su modo, preludio de una batalla nueva y ha de saber que los filósofos del Socialismo no se duermen en la calma, que éste llamado a pensar lo nuevo comporta las tareas de entrenarse, limpiar y velar las armas, convocar y organizar a filósofos nuevos, mejorar todas los medios y modos de comunicación y logística… en fin prepararnos para ofrecernos sin reservas y ganar las batallas próximas. Estar al lado de los trabajadores, como trabajadores, acelerando en lo posible el fallecimiento del Capitalismo, para construir junto a los campesinos y los obreros, la victoria del Socialismo.

Presenciamos un periodo de la historia del Capitalismo lleno de crisis convulsivas sin precedentes, en todo el mundo, eso hace sonar el toque de difuntos por este sistema económico y social de opresión y explotación que la inmensa mayoría de los seres humanos no resiste más. Es este un momento de tránsito donde lo viejo no termina de morir y lo nuevo no termina de nacer… Y ya que, con su deceso, el Capitalismo dejará muchos beneficios a la especie humana ¿por qué no le damos a su muerte, organizados y fuertes, una ayudadita? Al fin y al cabo muchos no derramaremos ni una sola lágrima.



1 The XXII World Congress of Philosophy from July 30 through August 5, 2008 http://www.wcp2008.or.kr/Schedule.htm : For questions about the conference registration and logistics, please contact the ConvEx Korea at wcp2008@convex.co.kr or: ConvEx Korea Inc. Suite B-201 Champs-Elysee Center, Daechi-dong 998-5 Seoul, South Korea, 135-712 Phone : 82-... / 7705 / 7709 Fax : 82-2-557-7708 For questions about the conference content, please contact Professor Eun-su Cho, Secretary General of the Korean Organizing Committee, at escho@snu.ac.kr

2 (El Manifiesto Comunista, Marx y Engels, pág. 50, editado por la Fundación Federico Engels). http://www.engels.org/Frontal/mani.htm

3 “… we hope to have renewed reflections on the nature, scope, and function of philosophy in an increasingly multicultural, globalized, and techno-scientific age”

4 Alan Woods: http://www.engels.org/

5 http://www.engels.org/marxismo/marxis10/6_10.htm

6 http://www.engels.org/marxismo/marxis10/6_10.htm


(*)Dr.

buenabad@gmail.com




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Fernando Buen Abad Domínguez. Rebelión. Fundación Federico Engels(*)

Doctor en Filosofía.

 @FBuenAbad

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