"Tenemos que regresar a casa, pacíficamente, a jugar con nuestros hijos, hacer el amor y no la guerra durante un mes y, después, podemos ver quienes son los soberanos de este mundo."
El extravagante festival de inauguración presidencial estadounidense de los “150 millones de dólares” no puede ocultar la actual profundización de la recesión económica mundial, y tampoco las derivaciones alienadas cancerosas o las peligrosas contradicciones beligerantes de un posible fascismo mundial en camino. La horrenda masacre de Gaza de niños y mujeres inocentes, donde se utilizaron armas sofisticadas de la tortura y la agonía humana, era una especie de pararrayos político para desviar la atención pública mundial, lejos de las verdaderas causas del genocidio de Gaza y de más atrocidades en el futuro. Además, la experiencia histórica indica que, durante todos los ciclos económicos de depresión, existe una tendencia hacia las guerras mundiales; en latencia, una pesadilla para el sistema. También en todo el mundo tienden a estallar posibles revoluciones sociales anti-capitalistas y los eslabones más débiles de las cadenas imperialistas metropolitanas empiezan a erosionar y a romper.
Actualmente, más que durante el mes pasado, la corrupción, la especulación y la quiebra son moneda corriente, la crisis se agrava inexorablemente; en todo el planeta quiebran los grandes bancos, diferentes sectores del mercado mundial se derrumban y el crecimiento económico se estanca, poniendo en peligro apocalíptico no sólo grandes economías como las de Japón y EE.UU., sino también y de hecho, el orden mundial entero.
El presidente electo Barack Obama no tenía nada que decir con respecto a la masacre de Gaza, llevado a cabo por su fiel aliado del Oriente Medio, debido a que dos presidentes estadounidenses no pueden expresar sus opiniones de clase simultáneamente. Sin embargo, lo que es válido para Poncio no era válido para Pilato: con referencia al presidente Chávez de Venezuela, antes de que se efectuó este show tan opulento, al unísono, tanto Bush como Obama cantaron la misma vieja canción del terrorismo.
El Día de Inauguración, 20 de enero de 2009, la inherente recesión estructural no se dejó impresionar por la "monarquía” aristocrática feudal estadounidense, es decir, por las fiestas militares e industriales hasta la saciedad de la base de la clase social del nuevo presidente democrático. No participó en ese enorme pan et circenses, por el contrario, mientras que las celebraciones estaban en plena marcha, en Wall Street, y en otras partes, los mercados bursátiles se redujeron progresivamente y todos los bancos más grandes sufrieron graves pérdidas.
El sitio Web de los Socialistas Mundiales (WSWS) resumió este fiasco de la siguiente manera:
"El Dow Jones cerró con una baja de 4 por ciento, perdiendo 332 puntos para situarse por debajo de la marca de 8000 a 7949. También fueron muy por debajo el Indice Standard & Poor's 500 (-5,3 por ciento) y el Indice Nasdaq Composite (- ,8 por ciento). El Dow y S & P se encuentran ahora en mínimos desde hace dos meses, en gran medida borrando el rebote que le siguió a la elección presidencial de noviembre, donde los mercados anticiparon un paquete de estímulo de la administración Obama. "El optimismo de que el gasto del gobierno reactiva la economía [ha] evaporado", informó Bloomberg News. ".
http://www.wsws.org/articles/2009/jan2009/econ-j21.shtml
Pero esto no fue todo:
"El sector financiero tuvo el mayor éxito ayer, con el S & P 500 cerrando el 17 por ciento a su nivel más bajo en 13 años. Bank of America cerró el 29 por ciento más bajo, Wells Fargo perdieron el 24 por ciento, JPMorgan Chase disminuyó un 21 por ciento, y Citigroup disminuyó 20 por ciento. El banco con sede en Boston, State Street, el más grande gerente de dinero institucional a nivel mundial, cayó 56 por ciento después de que anunció $ 6,3 mil millones de pérdidas no realizadas en su cartera de inversión, chocando a los analistas financieros que habían considerado las operaciones financieras del State Street entre los más seguros del mercado".
En Gran Bretaña y en el continente europeo los principales bancos sufrieron pérdidas similares, fueron sacudidos por la crisis sistémica estructural del capitalismo mundial.
Lo que esto significa para los trabajadores metropolitanos, la Comisión Europea nos lo dijo sin ningún tipo de flores: desempleo en los 16 países que utilizan el euro, que podría alcanzar el 10 por ciento a finales de este año. Por supuesto, esto ya está siendo acompañado por los despidos, y muy pronto por la reducción de los salarios, de prestaciones sociales y por la subida de los impuestos para rescatar al Estado capitalista y sus respectivos jefes de la clase dominante.
En realidad, de lo que el imperio Murdoch no nos informa, como en el caso de la ex-potencia mundial, la Unión Soviética, es la posible disolución, la desaparición de los Estados Unidos de América en el contexto histórico de la globalización. Para obtener una idea de esta posibilidad histórica, Christopher Ketcham, ... que no es marxista, sino que es un serio escritor de Vanity Fair, GQ, Harper’s y otras revistas, ... nos dirá en su próximo libro de las razones por las que considera que "Los Estados Unidos deben acabarse".
http://www.counterpunch.org/ketcham01202009.html
Hace más de un siglo, en su magnífico trabajo "El Capital", Karl Marx nos explicó la razón principal de la actual situación mundial volátil 'transrevolucionaria’. Es sólo la fuerza de trabajo concreta del ser humano vivo la que produce ganancias, plusvalía y acumulación de capital. La tecnología muerta, en forma de máquinas y computadoras no produce ni un centavo de verdadera plusvalía. Lo que Marx ha llamado la ley tendencial de la evolución de la composición orgánica del capital ahora se está convirtiendo en la espada de Damocles que cierne encima de capitalismo mundial. Basta dar una mirada a lo que se produce mayormente en el mercado mundial, para descubrir el talón de Aquiles del imperialismo corporativo. Computadoras y máquinas de guerra no consumen, no realizan capital ni plusvalía. Destruyen y matan. Producen masacres, My Lai, Sharpeville y Gaza. Estamos entrando en un modo de producción de armas de destrucción masiva, de la destrucción de capital, de la mano de obra, de las posibles guerras mundiales, de la posible aniquilación de la vida en el planeta Tierra.
Esto es lo que más de dos millones de trabajadores de Estados Unidos tienen que tratar de detener en Washington. La próxima vez, tendrán que marchar a Washington para celebrar su victoria de clase, el fin de un modo de destrucción, de genocidio, tortura, masacres y terrorismo.
De hecho, a partir de entonces deben regresar a su casa, pacíficamente, para jugar con sus hijos, para hacer el amor y no la guerra durante un mes y, después podemos ver que son los soberanos de este mundo. Esto es mucho más fácil decirlo que hacerlo, de verdad, si esto sería posible organizar a escala mundial, entonces no sería necesario hacerlo en primer lugar. Sin embargo, tememos que la emancipación humana en la tierra tomará otro camino, un camino que nuestros amos han tomado durante milenios, el mismo camino el cual ahora están eligiendo por nosotros en Gaza y en otros lugares.
Para nosotros, aquí en Venezuela, la conciencia de clase para erradicar todos los modos de producción, es decir, la destrucción humana, lógica, científica, filosófica y sabiamente, tiene que ser superior a todo lo que la burguesía jamás hizo, pensó y superó. Si esto aún sería posible, sólo las estrellas titilantes podrían decirnos.
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