La guerra desatada por el genocida Netanyahu contra el pueblo iraní; al parecer y por los resultados; lo que ha permitido es poner a la intemperie sus debilidades y en duda sus presuntas potencialidades para contener cualquier asonada misilistica a su país. En pocas palabras dejo al descubierto sus alardeadas corazas. Hasta el payaso que funge como presidente de los Estados Undidos, salía en su auxilio sin pestañear. Ahora al percatarse en el campo de los hechos por los garrotazos recibidos, no sabe cómo enmendar la plana, llamando a un posible llamado a la paz. Ahora pide cacao frente a unos iranies envalentonados y decididos a jugárselas en el campo de batalla y con una popularidad por el suelo, en su país en los más recónditos lugares del mundo, rechazan la guerra y su intromisión como tonto útil en la acometida por el genocida de Israel. El sionismo luego de esta flagante derrota, quedó débil, con una moral por el suelo y Trump bajo este panorama no le ha quedado otra opción, que hacer un llamado a arreglar y a un alto al fuego; está por ver que este llamado tenga cabida en el campo de los hechos. Lo que esta gente ignoraba era que Irán, en silencio, sin mayores aspavientos se venía preparando para estos escarceos bélicos y lo más fidedigno que lo demostró en el campo de los hechos, no en el campo de las especulaciones. A Iran le asiste todo el derecho de tener su bomba atómica; tiene enemigos jurados que lo tienen atosigado y por lo tato tienen que defenderse. Todos los presidentes de Estados Undidos han caído en las redes guerreristas de Israel, un país que se alimenta del conflicto y de las guerras, sin reparar su costo, arrastrándolo a guerras que no les corresponde, utilizándolos como escudo. En el reciente conflicto de Israel contra Irán, en un comienzo observamos a Trump, viendo los toros desde la barrera, al final cuando se mete en la candela, se percata, que su intromisión había sido un revés ante el poderío y respuesta bélica de Iran. Un país como EEUU debe construir su política exterior basada en principios y no en tenderle la mano a regímenes asesinos y criminales como el de Netanyahu.
Esta guerra no ha terminado. Todo apunta a que puede estallar de nuevo. Ahí tenemos que Gaza continua bajo el azote criminal del sionismo. No han dudado un ápice en detener este genocidio brutal. A los Estados Undidos no hay que creerles absolutamente nada. Nuestro país está ahí, a ojo avizor siguiendo de cerca todos estos acontecimientos.
Luis Roa
