Todos los altos funcionarios que han regido al Estado norteamericano, sin duda alguna, han dejado en el perchero cualquier sentimiento de amistad y humanidad hacia los pueblos diferentes al estadounidense. Hacen lo mismo con muchos de sus propios habitantes. Eso no es fortuito, la nación norteamericana ha sido conformada, entrenada y puesta en escena, con la convicción de ser un pueblo escogido. Creen, al igual que los judíos, ser destinados por sus dioses, para someter al resto de los pueblos, asumidos por ellos como inferiores y heréticos.
Junto al credo judío, los calvinistas, luteranos, anglicanos, presbiterianos, bautistas, adventistas, metodistas, pentecostales, católicos y "de los últimos días"; han atacado, ocupado y exterminado a infinidad de pueblos que forman la otra parte perfilada en ese himno llamado "God Bless America". Allí, uno sus versos, por cierto, compuesto por un judío, dice: guíala hacia la derecha con la luz de arriba... este verso, por razones de disimulo, fue luego cambiado a: guíala a través de la noche... En ese lado opuesto a la derecha y también, en esa noche, estamos el resto de la humanidad.
Pero, ya va, no nos engañemos creyendo que sus razones son derivadas de sectarismos religiosos. La religiosidad, el in god we trust de sus billetes, es monetaria, sus dioses bendicen a los ricos. Por eso su templo catedralicio es Walt Street. El resto del mundo son yacimientos o mercados, ocupados con una molesta cantidad de gente inferior que perturban su explotación.
Y por eso, demasiadas veces, se les va la mano. Amenazar a los "aliados" con joderlos si no le besan el trasero, sería suficiente para resquebrajar las vidrieras diplomáticas y las negociaciones políticas. Es un asunto de dignidad, digo yo. Al ofender a un dirigente de cualquier república, se ofende a la nación que lo eligió, así sean polichinelas, como los daneses.
Con excepción de los gobernantes de México, Nicaragua, Venezuela, Cuba y algunas pocas islas caribeñas; los del extremo norte de América, que nunca ha sido una nación y los que están al sur de Chiapas, junto a los de la comunidad europea; dan realmente mucha pena. Esas excepciones, más Asia y África, conforman el ahora "Sur Global". Ellos están llamados a levantar un poderoso dique contra las desigualdades promovidas por ese canalla poder blanco y judío. Ese es nuestro Sur.