"Preocúpate por tu conciencia más que por tu reputación. Tu conciencia es lo que eres. Tu reputación es lo que otros piensan de ti y lo que otros piensan de ti no es tu problema" (Charles Chaplin).
El título de este artículo, muy soez y nada diplomático, no lo dijo un trasnochado, ni un subversivo. Lo dijo, nada más y nada menos, que el presidente del país modelo para muchos pobladores del mundo. Esto fue lo que dijo, Donald Trump: "Nos están llamando para besarme el culo", al referirse a los países que, tras ser golpeados por los nuevos aranceles impuestos por Estados Unidos, buscan desesperadamente negociar un acuerdo. Eso desató risas entre sus seguidores.
Y utilizando la mofa y la ironía, imitó a líderes extranjeros: "Por favor, señor, morimos por cerrar un acuerdo. Haremos lo que sea, señor".
Eso lo dijo cuando Trump celebró la entrada en vigor de las nuevas tarifas, que oscilan entre el 11% y el 50% para la mayoría de los socios comerciales, y llegan hasta más del 1000% en el caso de China.
El presidente aseguró que los países golpeados por los aranceles "mueren" por negociar con Washington, pero subrayó que su gobierno no tiene urgencia en alcanzar acuerdos.
"No queremos necesariamente hacer un acuerdo con ellos. Estamos contentos de estar así, tomando nuestros 2000 millones de dólares al día, pero ellos quieren hacer un acuerdo con nosotros".
En referencia a la inversión que estaría atrayendo hacia Estados Unidos, dijo: "Vienen los fabricantes de chips, vienen todos. Nunca habíamos visto algo así".
Trump ha instado a las empresas extranjeras a trasladar sus operaciones a Estados Unidos. "Este es un gran momento para mudar su compañía a EE.UU., como lo están haciendo Apple y muchas otras en cantidades récord" y aseguró que quienes inviertan recibirán "aranceles cero" y les pidió que actúen "de inmediato".
Desde que anunció un amplio paquete de aranceles el 2 de abril, se informa que unos 70 países se han puesto en contacto con la Casa Blanca con la esperanza de obtener un alivio. Tras la entrada en vigor de los aranceles de Trump el 9 de abril, sus esfuerzos se volverán ahora mucho más frenéticos. Aunque unidos por un objetivo común, los países están empleando una amplia variedad de estrategias, que van desde regalos hasta amenazas.
Trump ha criticado todo, desde los déficits comerciales bilaterales y las normas de seguridad alimentaria hasta los impuestos al valor agregado, el gasto en defensa y la regulación tecnológica.
Un puñado de países han encontrado una salida al caos apelando directamente a Trump.
Por ejemplo, desde Europa, Úrsula Von Der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, ha dicho que algunos gobiernos han intentado tomar la palabra de Trump al pie de la letra. Si su objetivo es la reciprocidad, ¿por qué no eliminar los aranceles por completo? "Europa siempre está dispuesta a un buen acuerdo", y ha propuesto aranceles cero por cero para todos los bienes industriales, incluyendo automóviles, productos químicos y maquinaria.
También ha sugerido que la UE ya estaba tomando medidas en esta dirección. El bloque, afirmó, ahora se centrará como un rayo láser en el 83% del comercio mundial que se realiza fuera de Estados Unidos.
Trump declaró insuficiente la oferta de la UE y reiteró su postura de que el bloque "se formó para perjudicar realmente a Estados Unidos en el comercio", e insistió sobre las contribuciones excesivamente elevadas de Estados Unidos a la OTAN.
Taiwán ha ofrecido un amplio paquete de aranceles cero, compromisos de no represalias y una mayor inversión en Estados Unidos, mientras se apresura a preparar el terreno para las conversaciones.
Desde Vietnam también se ha propuesto la eliminación mutua de aranceles. Sin embargo, Peter Navarro, asesor comercial de Trump, desestimó la propuesta de Vietnam, acusando al país de subvencionar las exportaciones, desviar los productos chinos y actuar como una "colonia" para los fabricantes chinos. Incluso si se eliminan los aranceles, argumentó, el déficit comercial persistiría debido a "todas las trampas no arancelarias que cometen".
Japón se colocó rápidamente al frente de la lista, y Trump ha indicado que participará directamente en las negociaciones comerciales. Los funcionarios japoneses están elaborando un paquete de medidas que no solo se trata de comercio, sino también de inversión y gasto militar. Es probable que la oferta de Japón incluya más compras de gas natural licuado estadounidense, inversión en un gasoducto de Alaska que Trump favorece, más importaciones de armas y restricciones más flexibles para los productos agrícolas y automóviles estadounidenses, la mayoría de los cuales ya están cubiertos por un acuerdo bilateral firmado por Trump durante su primer mandato.
Trump ha alardeado de un conjunto similar de concesiones por parte de Corea del Sur.
Mientras tanto, el día que Trump anunció sus aranceles, el Congreso brasileño aprobó una Ley de Aranceles de Reciprocidad, que le permite suspender las concesiones comerciales y de inversión, así como revisar las normas de propiedad intelectual que podrían afectar a las empresas estadounidenses.
Desde China, el Ministerio de Exteriores, afirmó que "ignorará" lo que calificó como "juegos de números arancelarios" por parte de Estados Unidos, al tiempo que acusó a Washington de "intimidación y coerción"
"Si Estados Unidos insiste en seguir infringiendo sustancialmente los derechos e intereses de China, China contraatacará resueltamente y luchará hasta el final". La nueva ronda de aranceles y el tono desafiante de Trump marcan un nuevo capítulo en la escalada comercial.
Se dice que cortejar al rey de los aranceles es un asunto delicado. No existen reglas, ni canales claros para contactarlo, ni garantías de que alguien, aparte de él mismo, pueda llegar a un acuerdo. Donald Trump se ha posicionado como el único guardián del comercio con Estados Unidos
Por último, una pregunta, que no es muy difícil de responder: ¿Estarán Nayib Bukele, Javier Milei y Daniel Novoa, entre lo que le besan el culo a Donald Trump?