La tradición española es, por un lado, un catolicismo militar, armado por el poder político e interpretado de modo sui generis, con un Dios implacable, como es lo militar, muy lejos del mensaje evangélico que no precisa de intérpretes y tutores para el ser humano sencillo y común, muy semilar al Calvinismo. Por otro lado, tradición es el absolutismo monárquico de siglos. Por otro, el caudillismo o su amenaza. Y siempre, el caciquismo. Y en consecuencia, una patológica propensión a llevar siempre la contraria al adversario político cuando existe un modelo democrático en teoría, pero mucho menos en la práctica.
Véase cómo se gestionó con gravísimas penas de cárcel para los políticos catalanes, una iniciativa más metafórica que otra cosa, exponente de una aspiración muy extendida, habida cuenta la negativa de los sucesivos gobiernos a recurrir a lo previsto en el artículo 149º-32, de la Constitución para consultas populares vía referéndum, sin depender de sondeos de opinión hechas por Agencias más o menos confiables. Modelo que, salvo unos cuatro años de régimen republicano a mediados del siglo XX, sólo cuenta con los 45 años a partir de la desaparición del último caudillo.
España, políticamente hablando está lógicamente retrasada, y no es posible que una nación se civilice a marchas forzadas. Los rasgos de la población en general, poco exigentes frente a la también tradicional prepotencia de las clases sociales superiores, no se modifican fácilmente sino con el paso de mucho tiempo.
En todo caso, más o menos de media España, gobierne el partido político que gobierne, en ningún caso es capaz de conciliar su ideología con su opuesta, por muy razonable que sea una propuesta; ¡qué digo!, es incapaz de pactar. Más, es incapaz de dialogar. Ese popular "no estoy de acuerdo", es una talla inimitable en Europa, del carácter hispano. Y al hablarse de idiosincrasia hispana, ha de pensarse en el talante que predominó siempre y predomina en Castilla, pues las Comunidades periféricas, en general, son de un talante marcadamente distinto, diríase mucho más europeo…