Trump, caso Venezuela

Digan lo que digan los analistas es sospechoso que Donald Trump, a solo horas de asumir la Presidencia de los EE UU, aun no se haya pronunciado abiertamente sobre Venezuela.

Algunos sostienen que la designación del Senador Marcos Rubio, como Secretario de Estado, dejo clara la política del nuevo presidente hacia América Latina y especialmente contra Venezuela, considerando la visión de Rubio respecto al gobierno de nuestro país. Ya Rubio como buen recalcitrante que es lanzo algunos dardos contra países que se estima serán blanco de sus hostilidades, incluyendo el nuestro.

Pero lo que realmente llama la atención es que Trump se mantenga cauto hacia este país y que a pesar de la reciente juramentación de Nicolas Maduro, que genero revuelo internacional, hasta ahora se desconozca la actitud de quien ocupara por segunda ocasión la Casa Blanca. Surgen numerosas interrogantes respecto a la posición del millonario Trump hacia Venezuela y su gobierno.

¿Asumirá Trump una posición completamente distinta a la del 2019 cuando promovió la figura del "autoproclamado" Juan Guaido que termino en el estrepitoso fracaso de la oposición venezolana y en el fortalecimiento del gobierno de Nicolas Maduro?, ¿Apostara esta vez a un plan menos inmediatista y cortoplacista, como el del 2019, para terminar dando la estocada definitiva al chavismo?, ¿Aplicara una política menos agresiva que priorice el intercambio petrolero y comercial sobre las diferencias ideológicas con el gobierno de Maduro?.

Es claro que ni el Trump que asumirá la Presidencia de EE UU ahora es el mismo del 2019, ni la Venezuela de este 2025 es el país que en el año 2019 sus enemigos tenían arrinconado y contra las cuerdas, producto de las sanciones y del desplome de su economía.

Si bien puertas adentro el chavismo ha mermado significativamente su popularidad es notable que la oposición extremista, la que siempre ha apostado a las sanciones, incluso muchos de ellos a la intervención militar internacional (esa que públicamente invoco Álvaro Uribe Vélez), es la que con menos seguidores cuenta. Salvo los desquiciados de las redes sociales que añoran que EE UU y sus aliados hagan en Venezuela lo que en Afganistán, Irak o Libia. Esa "oposición extremista" que hoy esta representada por María Corina Machado y por su fraudulento candidato Edmundo González Urrutia es la que menos gente aglutina.

Una reciente encuesta en Venezuela dejo claro que el 97% de los venezolanos rechazan una invasión al país. Es claro que por mucho descontento con el gobierno de Maduro y por muchos deseos de cambios en el país, a la hora de la chiquita es muy poca gente la que realmente apuesta a que la solución a la situación en Venezuela se resuelva con una invasión o la llamada "intervención militar internacional" a la que el expresidente Uribe recurre.

Sin ser ingenuos sobre lo que se puede o no esperar del imperio que, más allá de quienes lo gobiernen (demócratas o republicanos), siempre apostara a sus intereses, por encima de cualquier cosa, es claro que la cautela de Trump hacia Venezuela indica que actuara muy distinto a como lo hizo en el 2019. Mas allá de Marcos Rubio y de las agencias de inteligencia que no dejaran de seguir considerando a nuestro país como "amenaza inusual y extraordinaria a sus intereses".

Apostamos a que puertas adentro, los dirigentes bolivarianos asuman que la garantía de continuidad de este proceso pasa por el apoyo de la gente. En las circunstancias más difíciles que se han vivido, durante estos 25 años, el apoyo de las mayorías ha hecho la diferencia (golpe de Estado, golpe petrolero, guarimbas, etc.). Hoy la mayoría apuesta nuevamente por la Patria, quienes tienen en sus manos el apoyo a estas mayorías no deben dudar en garantizarle también su respaldo.



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Carlos Luna Arvelo


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