¡Señores de la Otan no sean necios!

Poema:

"Bomba atónita, bomba atómica,

tristeza, consolación,

flor purísima de uranio,

desabrochada en el suelo,

del color pálido del helio

y olor de rádium fatal,

lirio mineral carnívoro,

radiosa rosa radical". (Epígrafe. V. M)

Hoy la humanidad no quiere una paz con manchones oscuros de trágica muerte, ni cuerpos calcinados de inocente pueblo...

Hoy los lestrigones de la Otan quieren clavar sus bayonetas contra Rusia, haciendo girar su rostro en guerra nuclear...

¡Señores de la Otan; alquimistas de la guerra! permitan que los extensos campos agirosalados de Ucrania, se transformen en justicia poética, abrazando la paz entre rusos y ucranianos, donde los pétalos amarillos penetren como rayos amables estrangulando para siempre los resquicios la guerra.

¡Dejen que otro verano llegue y no trunquen el verde tallo!... El pueblo, envuelto en única bandera, ¡la paz!

Que las estepas siberianas no se descongelen con las bombas ultrasónicas...

Tolstoy, hoy más que nunca nos exige grandeza, sencillez, bondad y verdad.

Hay un grito trepidante de clamor por la paz mundial. Como misil certero lanzo este verso de Yevgueni Yevtushenko:

"Quise con mi sangre a Rusia

como el tuétano de mis huesos,

quise sus ríos creciendo

y debajo de los hielos".

Dejen que caiga la nieve pura...

No hagan trizas el hielo.

Que en Ucrania, no se calcine el girasol.

Dejen ver el sol...

Que las infames bombas nucleares se queden escondidas para siempre...

Ni un ser vivo calcinado...

Señores sátrapas de la guerra, dejen que el árbol se desnude solo, que los niños pisen el rectángulo de la plaza... que apuesten una carrera...

La humanidad no quiere ver epilépticos esqueletos, ni casas ardiendo, con el combustible sanguinolento

de niños, mujeres y ancianos. Tampoco focos luminosos en la frontera de la muerte.

Que la paz mundial se abra en el campo de los olivos en abanico de vida. Hoy existe un cielo escondido en una ráfaga de necios misiles. Y una lluvia de estrellas tristes, bajo el manto de luceros fríos.

No permitamos que una bandada de pájaros metálicos descarguen sus bombas asesinas.

Templemos la paz a la orilla del río Volga, sintiendo solo el ruido de lanchas en entrepidos barqueros...

¿Quién se apunta para la trinchera de la paz?

¿Tú, gendarme del mal?

¿Quién se apunta para disparar el fusil?

¿Tú, hijo señor gobernante?

¿Quién lanza la paloma?

¿Quién...?

¿Quién quiere besar la barbarie?

¿Quién...?

¿Quién se propone para sellar la paz?

"Y, ¿quién más bien preferiría esperar un poco?"

"¿Quién se ganará el agradecimiento del Imperio?"

Dejen que el verano, el invierno, el otoño y la primavera vengan cogidas de la mano. Que venga una era de paz, amor y felicidad... ¡No sean necios carajo...!, ¡Dejen de joder!

Hoy, la humanidad no quiere arder más en las cenizas de la guerra... No queremos desiertos sin orillas...

"bajo la ciega luz que se desploma

en estériles guerras"...

!Ojalá la humanidad no tenga que ver la aurora asomada en pálido helio,

estampada en un lienzo pintarrajeado con lunas grotescas!...¡Ojalá!

 

 



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Jhon Jairo Salinas

Dirigente Social, Promotor de Derechos Humanos, Activista del Movimiento Social por la Paz en Colombia, Poeta y Escritor.

 jjsalinas69@gmail.com

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