Origen del SARS-CoV2 fumea por los lados de Fort Detrick

El miércoles, 26 de mayo 2021, el Presidente Biden, ordenó a la Comunidad de inteligencia, en especial a la CIA, un informe completo -en 90 días- que arroje «una conclusión definitiva» sobre los orígenes del virus. La pregunta inmediata que nos hicimos fue: ¿Por qué a la CIA, si los EEUU cuentan con importantes centros de investigación científica? De la CIA, y demás agencias de inteligencia que le secundan, siempre es pertinente conocer la opinión de quien fuera uno de sus directores, hablamos de Mike Pompeo, quien durante una conferencia que dictara en la Universidad A&M de Texas en abril 2019, confesó explícitamente: «Yo era director de la CIA. Mentimos, engañamos y robamos… Teníamos cursos de entrenamiento completos".» Si bien, la audiencia presente en el auditorio le aplaudió a rabiar y se cansó de reírse hasta más no poder; en las redes sociales, las críticas contra el pillo y mafioso Secretario de Estado en ese entonces, subieron su tono.

Se trata –ni más ni menos- de las mismas agencias de inteligencia, que ejecutaron la guerra bacteriológica contra la Cuba Revolucionaria en los años 80 y que, durante décadas, emprendieron agresiones bacteriológicas del Gobierno de los Estados Unidos que afectaron de manera significativa la salud del pueblo cubano. Así quedó evidenciado, en el juicio que se le hiciera en los propios EEUU a Eduardo Arocena, cabecilla de la organización terrorista Omega 7, quien confesó: que el virus del dengue hemorrágico, fue introducido en la Isla a través de grupos afines de origen anti cubano radicados en los Estados Unidos. Curiosamente, antes de dicha agresión bacteriológica, a toda la tropa radicada en la base militar estadounidense de Guantánamo, le fue aplicada una vacuna para protegerla contra el Dengue-2, como muestra de la articulación entre los terroristas y el ejército gringo, y fue por ello que en la Base Naval, no se registró un solo caso de afectación por la enfermedad, mientras que en el resto de la Isla se registraban un total de 116.143 enfermos hospitalizados; de los cuales, alrededor de 24 mil pacientes sufrieron hemorragias; 10.224 sufrieron shocks por dengue en algún grado y 158 personas fallecieron como consecuencia de la epidemia, entre los fallecidos –destacan- 101 niños y niñas. Brandon Turbeville, periodista de investigación sobre temas de salud, economía y derechos civiles de Carolina del Sur, autor del libro «Codex Alimentarius, el fin de la libertad en materia de salud», escribiría en ese entonces: «Existen evidencias de que en las instalaciones de los laboratorios de bioquímica en Fort Detrick, se han llevado a cabo pruebas para la utilización del dengue como arma biológica, ya en 1942. Es de conocimiento general, que en la década de los años 1950, la CIA se asoció con Fort Detrick para estudiar la fiebre del dengue y otras enfermedades exóticas para su uso como armas biológicas.» Curiosamente, el Tercer Reich o los nazis, se plantearon también, usar mosquitos como armas biológicas en contra de la URSS. Estudiaron, llevar a territorio enemigo mosquitos infectados de malaria; pero, los nazis no pasaron del límite de sus intenciones como sí lo hizo, el Gobierno de los EEUU. Otra agresión bacteriológica del Gobierno de los EEUU contra Cuba, tuvo que ver con la fiebre porcina africana, introducida en la Isla por las bandas terroristas anti cubanas, como lo reflejó Newsday, diario de Long Island, New York, en su edición de enero 1977, que informó: «Se sabe por propia admisión, que en los momentos en que se produjo en Cuba el brote de la fiebre porcina africana, 1971, la CIA y el ejército de Estados Unidos estaban experimentando con venenos, toxinas mortales, productos para la destrucción de cosechas y otras técnicas de la guerra bacteriológica.» Al respecto, refería Fidel: «El Fuerte Detrick, de 1.300 acres, situado en Maryland, emplea 2.500 civiles y 500 militares. Su trabajo específico, es el desarrollo de distintos medios para la guerra biológica. El papel que desarrolla la base en la guerra biológica, es similar al que desempeña Edgewood en la guerra química… Compartimos la convicción del pueblo y albergamos la profunda sospecha de que las plagas que han azotado a nuestro país y especialmente el dengue hemorrágico, pueden haber sido introducidas en Cuba por la CIA.» (Discurso pronunciado por Fidel Castro Ruz, Presidente de la República de Cuba, en el acto central con motivo del XXVIII Aniversario del asalto al Cuartel Moncada, celebrado en Las Tunas, el 26 de julio de 1981). Lo único certero, y que quedará como evidencia para la historia de la humanidad es que el Bioterrorismo de Estado es política de los Estados Unidos y es utilizado como mecanismo para intentar «torcerle el brazo», palabras de Barack Hussein Obama, a aquellos gobiernos y pueblos que se resisten a cumplir con los mandatos de la potencia imperialista de los Estados Unidos.

La agresión bacteriológica ejercida por el imperialismo, obligó a las revolucionarias y revolucionarios cubanos a poner énfasis en la creación de una poderosa industria biofarmacéutica (BioCubaFarma) y centros de investigación propios del primer mundo, para la debida atención y protección del pueblo cubano; lo cual, no privó al lunático subsecretario de Estado de los Estados Unidos para el Control de Armas, John Bolton, mayo 2002, quien en un discurso ante la ultraderechista Heritage Foundation, no se privó de acusar a Cuba de tener «al menos un proyecto limitado de investigación y desarrollo de armas biológicas» con fines ofensivos, añadiendo que Cuba había «provisto de biotecnología de uso dual a otros estados delincuentes», en consecuencia, se jactó de emplazar al Gobierno Cubano a cumplir con las obligaciones que estipula la Convención de Armas Biológicas (CAB). Así de insolentes son, quienes se creen los policías del mundo. La misma tónica, que hoy utiliza el Presidente Biden de acusar al Presidente Ruso, Vladimir Putin, de ser un asesino, sin presentar prueba alguna. La misma tónica que también usó Donald Trump, al acusar a China de ser la causante del SARS-CoV2 o Covid-19, sin pruebas que sustenten su afirmación.

Con acertada precisión, el Presidente Vladimir Putin le respondió –acertadamente- al Presidente Biden: «Siempre vemos en los demás nuestras propias cualidades, pensando que son como nosotros», añadiendo: «El que lo dice lo es». Give a dog a bad name, [Cría fama y échate a dormir] dice la conseja popular. Con muchísima razón, afirmaba el Ché Guevara: «No se debe confiar en el imperialismo ni un tantico así… ¡Nada!» Recordemos, que fue el propio Presidente, Donald Trump, quien en rueda de prensa recomendó al público estadounidense inyectarse desinfectante para combatir el SARS-CoV2, lo que trajo como consecuencia que centenares de ciudadanos y ciudadanas estadounidenses (324 casos solo en Texas), fueran diagnosticados de envenenamiento por ingerir lo recomendado por el Presidente Trump y centenares de llamadas que fueron recibidas por el Centro de Control de Envenenamiento, preguntándoles si era correcto ingerir Clorox o productos de limpieza con alcohol. También, es importante rememorar sus negativas al uso del tapabocas y otras desacertadas decisiones, que tan solo intentaban minimizar la pandemia por coronavirus en función de priorizar la actividad económica por sobre la salud del pueblo estadounidense. Eso es historia reciente, tan reciente, que la pésima gestión de la pandemia por coronavirus, fuera un factor decisivo en electores y electoras para no renovar la presidencia a Mr. Trump para un nuevo período gubernamental. Son hechos y sucesos de la historia reciente de esa Nación, que aún pesan sobre la memoria del colectivo estadounidense y que Mr. Biden, aún no logra sopesar con madurez y repite gran parte de los errores de su predecesor.

Prueba de ello, es el resultado del Informe de la Comunidad de Inteligencia, elegante nombre para camuflar a la tenebrosa CIA. Dicho informe, se expresó en una página y media, repleta de medias verdades que parecieran redactadas por un mal periodista, formado en uno de esos cursos rápidos dictados por Mike Pompeo, alias «Mentimos, engañamos y robamos». El Informe, deja en evidencia las contradicciones existentes en dicha Comunidad. Según un resumen -no clasificado- del mismo, cuatro miembros de la Comunidad de Inteligencia afirman con poca confianza, que el virus se transmitió inicialmente de un animal a un humano. Una quinta agencia de inteligencia, cree con una confianza moderada que la primera infección humana estuvo relacionada con un laboratorio. Hay analistas, que no creen que el virus fue desarrollado como arma biológica y la mayoría de las agencias creen que el virus no fue diseñado genéticamente, en fin: «ahí está el detalle. Que no es ni lo uno ni lo otro sino todo lo contrario». Y siguiendo con la cantinflada: «Para mí todas las ideas son respetables aunque sean ‘ideítas’ o ‘ideotas'». Papelote el que han puesto, muy inteligentemente.

Nada más alejado del método científico. Dicho Informe, que no resiste la más mínima prueba de la verdad, ya que los chismes allí expuestos, no pueden ser comprobados mediante la experimentación científica. Requiere revisar la historia, recordemos el sistema geocéntrico de Ptolomeo, que se impuso desde el siglo II hasta el Renacimiento. A todo lo largo de ese tiempo, fueron apareciendo objeciones, dificultades y problemas, que dicho sistema era incapaz de dar respuestas. La historia es pródiga en información de las «maniobras intelectuales», que hicieron investigadores y hasta la propia iglesia, para mantener de pie a dicho sistema astronómico acorde a los intereses de la iglesia de esos tiempos. Las ideas de Copérnico, eran consideradas «increíblemente ridículas» para la época. No obstante, la terquedad de Galileo permitió hacer realidad que la humanidad alcanzase la verdad -científicamente comprobable- y el sistema de Ptolomeo, se derrumbó tal cual lo está haciendo -hoy en día- la hegemonía imperial de los Estados Unidos.

Ante la persistencia y exigencia de la OMS; China, permitió que los investigadores-científicos de la OMS ingresaran al laboratorio de Wuhan donde –presuntamente- se originó el virus. ¡Mayor muestra de transparencia, inconcebible! El informe final de la misión de investigadores de la OMS, descarta de plano la teoría de la fuga en un laboratorio, calificándola de «extremadamente improbable». Asimismo, señala que los tres laboratorios de Wuhan que trabajan con el diagnóstico de coronavirus y/o con el aislamiento de coronavirus y el desarrollo de vacunas, tenían «instalaciones de nivel de bioseguridad de alta calidad que estaban bien gestionadas, con un programa de vigilancia de la salud del personal que no había notificado ninguna enfermedad respiratoria compatible con la COVID-19 durante las semanas/meses anteriores a diciembre de 2019», así como no se encontró: «ninguna evidencia serológica de infección en los trabajadores a través del cribado serológico específico del SARS-CoV-2». El equipo de expertos de la OMS, concluyó en que el coronavirus –probablemente- surgió en los murciélagos antes de propagarse a los humanos a través de un animal intermedio. Con ello, quedó descartada por un tercero independiente, la hipótesis de Donald Trump, de que el virus tenía un origen o era un «virus chino».

Estimamos, que lo que es bueno para la pava es bueno para el pavo. Y, ahora el grupo de expertos de la OMS ampliado con científicos chinos, debe ingresar a los laboratorios biológicos de Fort Detrick, para indagar sobre las investigaciones llevadas a cabo en ese centro de experimentación sobre el virus del SARS-CoV2 y demás coronavirus. Investigar en sitio, a la paciente cero del coronavirus y partícipe de los juegos militares de 2019, la ciclista estadounidense Maatje Benassi, quien como miembro del ejército de EEUU participó en dichos juegos y durante su participación en el evento sufrió una caída y se levantó con dificultades respiratorias, presunta neumonía. Su hermano, Matthew Benassi, militar de inteligencia del ejército de los EEUU, que había desempeñado labores de investigador en Fort Detrick hasta la clausura del laboratorio, en agosto de 2019, por presuntas deficiencias de seguridad. Asimismo, el equipo de investigadores de la OMS ampliado, debe gozar de las mismas libertades y consideraciones que tuvieron los expertos de la OMS en Wuhan, China. El mundo debe exigirle al gobierno imperialista de los Estados Unidos, seriedad en el tratamiento del asunto sobre el origen del SARS-CoV2. ¡No politizar el tema! Y dejar que la Ciencia, haciendo uso del método científico, logre aproximarse a la verdad verdadera del asunto…

Caracas, 05-09-2021



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Henry Escalante


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