¡Oh Dios, conseguiremos medallas, en México!

La cosa parece ser que está más difícil que en las olimpiadas de Japón pues, allá fueron deportivas y en México se trata de cosas de políticas de leales y desleales y, además, en ninguna de las dos delegaciones que nos representan está Yulimar Rojas, para mayor desgracia, pero tenemos dos excelentes representantes, uno que vuela en los 100 metros planos y, otro que habla más que un loro viejo y no agarra fiado, lee la mente humana, y usa zapatos de marca.

Así que, roguemos al Señor para que sea con nosotros y, porque lo peor pase, y no se vengan con las manos vacías a seguir hablando uno del otro y, Maduro como zorro de desierto, muerto de la risa por seguir igual o quizás peor que, lo mismo da, sin agarrar fallo.

Según las noticias que se escapan desde allá y nos llegan acá, la cosa comenzó con buen pie, por lo menos firmaron un memorando de entendimiento con la derecha que, por lo que se ve y podemos pensar, a juro van a tener que entenderse, porque de lo contrario como hizo el boxeador que no era del gobierno ni de la oposición, sino de los exiliados y para su buena suerte, Uruguay lo recibió con los brazos abiertos para que tire los golpes que quiera en ese país, sin hablar mucha paja. No así nuestros representantes en México que, nadie los recibirá en ninguna parte si no se ponen de acuerdo y dejan la mamadera de gallos que tienen con el pueblo para otra ocasión, porque muy bueno es cilantro, pero no tanto, caramba.

El jefe de la delegación del gobierno llegó con su pajita roja-rojita en el hombro izquierdo, provocando al otro que tiene la bandera de los Estados Unidos ondeando en su camisa y en cuanto se vieron... se vieron, pero no se saludaron y, un mexicano preguntó, ¿y ellos no se conocen que parecen gringos rancios? Uno del bando de Trump y el otro del bando de Biden y, además son jipatos, como latinos de bocas pequeñas.

Y como ellos, es decir, las dos comisiones, participan en ciudad de México en un diálogo que será encerrado sin tapabocas y sin mirar para los lados como para buscar la seña que no les llegará ni por video llamada y como el país de los gringos les queda cerca, el que quiera brinca para allá que bien recibido será, siempre que hable mal de Maduro y su gobierno y, a cambio López Obrador les ofrece estadía allá hasta que lleguen a la unidad y aprueben los siete puntos que Maduro ha propuesto que lo más que les va a sobrar es tequila, tamales, guacamoles y unas enchiladas picantes como para saltar de alegría o de rabia por dentro y mariachis hasta que el cuerpo aguante sin soltar ni un piche peso.

La orden que se les dio de arriba es sacarle el cuerpo a todo lo que huela o tenga que ver con los Estados Unidos, pero, eso sí, cero medidas económicas que ya fastidian hasta el cansancio y afincarse bien de decir que Venezuela es un país libre, que no es apéndice de nadie, que solo acepta amigos que nos traten bien y no se metan con nuestras vainas, que eso se llama injerencia, que va en contra de nuestra formación social y lo que aceptamos es la intersección de ideas que nos beneficie y nos tome en cuenta con iniciativas prósperas, sin jurungar el capitalismo dentro del socialismo que parece que tenemos.

Y Maduro le explicó a su comisión en privado antes de partir cuando, les entregó el estandarte nacional que recordaran que, somos partidarios fanáticos de la paz sin amparándonos en nadie ni en ambigüedades, solo en Bolívar y Chávez, que, Rómulo y Carlos Andrés Pérez son de otros tiempos como adecos y, que en los demás partidos de la oposición lo que existe son cadáveres insepultos como llamó Rómulo a Jóvito Villalba el margariteño de la oratoria culta y además, les machacó con prudencia, que no se les ocurriera hablar mal de nadie, porque somos el país que ha dado más batallas en este mundo para llegar a ser el país que somos, aunque nos falte muchas guerras por dar que, la económica por poco arrasa con nosotros que todavía nos tambaleamos y por eso iremos allá prestos a luchar por nuestra dignidad de país soberano y, arrecien que Chávez es como Bolívar: un soldado leal de fuertes e incómodos principios que, llegó para quedarse así quieran escamotear nuestro futuro, seguiremos adelante con luz o sin luz, lo más seguro, pero con mucha Historia como bandera por delante.

Y otra cosa que les pidió es que, no vuelvan con las manos vacías que se multiplicaran en Yulimares Rojas: saltando hasta el infinito por una dorada en México que le dé al pueblo en general, el bienestar que espera y se merece, no importa que sigamos tras de la espera como porvenir de esta tierra y nada de emborracharse de caprichos y de pajaritos preñados que de eso los gringos saben mucho.

¿Quién ganará? Se lo contaremos después que el gallo del PCV cante.

 



Esta nota ha sido leída aproximadamente 1444 veces.



Esteban Rojas


Visite el perfil de Esteban Rojas para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:


Notas relacionadas

Revise artículos similares en la sección:
Internacionales


Revise artículos similares en la sección:
Actualidad