Mefistófeles, que queriendo hacer el mal producía el bien

—"El sentido neoliberalismo-conservador busca aislar a los pueblos, separarlos, levantar murallas entre ellos. El imperialismo no ha visto nunca con buenos ojos, y las fuerzas del capital multinacional. Estados Unidos recuerda con melancólica añoranza en que, disgregados y divididos los pueblos en pequeños Estados, eran ellos el único poder que los unía y resolvía sus diferencias".

Mostrando un entusiasmo por el lenguaje desacostumbrado entre los economistas senior del Fondo Monetario Internacional, pregonando su medicina y su saco de trucos y ardides a gobiernos y pueblos de Nuestramerica, el Caribe y África. Esta dimisión es una liberación inestimable, porque con ella ha dado el primer gran paso hacia ese lugar en el que algún día espero poder lavarme las manos de lo que, es la sangre de millones de personas pobres y hambrientas. La sangre es tanta, que fluye en ríos. También se reseca y se endurece sobre toda mi piel; a veces, tengo la sensación de que no hay suficiente jabón en el mundo que me pueda limpiar de las cosas que hice en su nombre.

A partir de ahí, Budhoo exponía su argumento y acusaba al Fondo de emplear las estadísticas como armas "letales". Proporcionaba datos exhaustivos de cómo, siendo él un empleado del Fondo a mediados de los años ochenta, había participado en lo que se podía considerar como "negligencia estadísticas" para exagerar las cifras recogidas en los informes del FMI sobre Trinidad y Tobago, un país de gran riqueza petrolífera, con el único fin de dar la apariencia de que su economía era mucho menos estable de lo que en realidad era. Budhoo señalaba que el FMI había aumentado (hasta más del doble) la magnitud de una estadística fundamental que medía los costes laborales en el país para que éste pareciera tener un nivel de productividad pésimo, aun cuando, según decía, el Fondo disponía de la información correcta. También aseguraba que, en otro caso, el Fondo "ese inventó literalmente de la nada" unas supuestas (y cuantiosas) deudas pendientes del Estado caribeño.

Estas "flagrantes irregularidades", que, según Budhoo, fueron deliberadas y no el resultado de unos simples "cálculos descuidados", fueron asumidas como ciertas por los mercados financieros, que no tardaron en clasificar el riesgo de Trinidad y Tobago como inaceptable y cortaron la financiación que hasta entonces recibía el país. Los problemas económicos del archipiélago caribeño —desencadenados por la caída de los precios del petróleo, su principal exportación— no tardaron en clasificar el riesgo de Trinidad y Tobago como inaceptable y cortaron la financiación que hasta entonces recibía el país. Los problemas económicos del archipiélago caribeña —desencadenados por la caída de los precios del petróleo, su principal exportación— no tardaron en transformarse en calamitosos, por lo que se vio forzado a pedir ayuda al FMI para que lo rescatara de la situación. El Fondo exigió entonces que aceptara lo que Budhoo describió como "la más mortal de las medicinas": despidos masivos, rebajas salariales y "la gama completa" de políticas de ajuste estructural. Él calificaba el proceso de "bloqueo deliberado (recurriendo a subterfugios) de una línea vital de suministro económico para el país" con el fin de conseguir "la destrucción económica de Trinidad y Tobago, en primer lugar, y su conversión posterior".

En su carta, Budhoo. Ponía de manifiesto que su denuncia no se limitaba únicamente al trato dispensado por unos cuantos funcionarios de la organización a un país en concreto. Tras la publicación de aquella carta, el gobierno de Trinidad encargó dos estudios independientes para investigar las alegaciones y descubrió que estaban en lo cierto: el FMI había inflado y fabricado cifras, lo que había repercutido en un serio perjuicio para el país.

Sin embargo, incluso después de haber sido sustanciadas de aquel modo, las explosivas alegaciones de Budhoo acabaron por desaparecer sin dejar prácticamente rastro alguno; Trinidad y Tobago es un conjunto de pequeñas islas situado frente a las costas de Venezuela, y, a menos que su población se traslade en pleno hasta la Calle 19 de Washington para asaltar las oficinas centrales del FMI, lo tiene muy difícil para captar la atención mundial. En cualquier caso, eso sí, la carta llegó a convertirse en una obra de teatro titulada Mr. Budhoo’s Letter of Resignation from the I.M.F. (50 Years Is Enough) que se estrenó en 1996 en un pequeño teatro del East Village de Nueva York. La producción obtuvo una crítica sorprendentemente positiva del New York Times, que elogió su "creatividad inusual" y sus "golpes de inventiva". Aquella breve reseña teatral es la única ocasión en que el nombre de Budhoo se ha mencionado en ese periódico.

¡La Lucha sigue!



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Manuel Taibo


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