Tomen otro rumbo los gobiernos de España

Pase la Salud Pública a un segundo plano en materia de medidas de protección colectiva

La responsabilidad de los mandatarios públicos es preservar la Salud Pública. Pero si la contumacia en preservarla no produce los efectos esperados en casi un año, es preciso ceder en medidas opresoras empeñándose en proteger la Salud Pública, y abandonar al instinto de autoprotección individual la respuesta al microbio causante del estrago. Es patética y ya ridīcula la impotencia de los gobiernos cuya carga hacen recaer exclusivamente sobre la población presuntamente irresponsable, frente a la fatalidad. Ya están virtualmente instituidas la mascarilla y la distancia social. Ahora lo que debe hacer la Salud Pública es estar preparada para todo lo que no está ya en sus manos por sí misma preservar. Lo que debe hacer es allegar partidas del presupuesto necesarias para afrontar la necesidad de coyuntura prolongada de la enfermedad objeto de epidemia. Lo que ha de tener la Salud Pública son los médicos, el instrumental y el personal sanitario indispensables para lo extraordinario; relegando el gasto social de otras partidas a un segundo término. Hasta en las guerras, mientras mueren miles de combatientes en el campo de batalla, la vida sigue, las tiendas, las fábricas, los despachos funcionan... cuando pueden.

Den muestras de inteligencia en momentos difíciles, que es cuando la verdadera inteligencia, más allá de la charlatanería, se pone a prueba, los gobernantes a todos los niveles y los propios especialistas que tienen una visión estrecha circunscrita a la enfermedad en sí misma, pues son ellos los que exigen concentrar toda la atención en ella. Dejen que sea cada persona la encargada de evitar lo que su instinto le aconseja evitar, y déjense de aplicar medidas que no hacen más que empobrecer cada vez más a las gentes sin recursos, provocar otra clase de enfermedades, desesperación y suicidios, sin conseguir absolutamente nada, porque quítenselo de la cabeza: este virus tiene todas las trazas de estar manipulado y solo cuando sus manipuladores lo deseen aparecerá el remedio o la vacuna eficaz... Si, como se divulga araíz de que el Premio Nobel de Química 2020 otorgado a las bioquímicas Emmanuelle Charpentier, Gerente de la Unidad Max Planck para la Ciencia de los Patógenos de Berlín y Jennifer Doudna, profesora en la Universidad de California en Berkeley en la división de Bioquímica, Biofísica y Biología Estructural por el desarrollo de un método para la edición genética que permite "reescribir" el código de la vida, demostrando que podían "cortar" cualquier molécula de ADN en un punto determinado, lo que permite modificar el código genético de cualquier ser vivo, incluido el de nuestra especie.... Si esto es así y no hay porque dudar de una Ciencia bioquímico tan avanzada, ¿por qué denigrar la causa de quienes creemos en planes como éste, pero también en la perversa de quienes se han adelantado eventualmente, modificando genéticamente el virus de la pandemia con fines entre incontrolables y perversos?



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Jaime Richart

Antropólogo y jurista.

 richart.jaime@gmail.com      @jjaimerichart

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