La oligarquía colombiana es un pelele de los gringos

Muchos acontecimientos en la historia de Colombia no han sido narrados por los historiadores. Han guardado un silencio cómplice y de hacerlo no saldría muy bien parada. Sin ir muy lejos a Francisco de Paula Santander esa misma historia lo coloca en un pedestal que no se merece; tildándolo de "hombre de las leyes", aunque era de clase media, se transformo en un defensor a ultranza del mantuanismo y de ahí no se aparto como fue la de fortalecer los privilegios de esa oligarquía que para 1819 comenzaba a mostrar sus uñas, de ahí la animosidad que siempre mostro contra el Libertador Simón Bolívar. Ese poder omnímodo de esa supremacía colombiana viene de colonia y luego paso a la República y tuvo en Santander su asiduo defensor; quien siempre se intereso en que las propiedades obtenidas en la colonia se respetaran y pasaran íntegramente después a la independencia, frustrando de esa manera las reformas que se requerían para construir una nueva sociedad.

En estos momentos quien dirige los destinos de Colombia es un gobierno pelele a los intereses imperiales que se arrastra solicitando una invasión a nuestro país; lanzando al basurero de la historia; que esos mismos gringos cuando Panamá era territorio colombiano les construyo un canal interoceánico bajo un convenio leonino; años después le arrebataron a Panamá, bajo una "independencia" donde no participo pueblo alguno; es mas se dieron cuenta tres días después de haberse dado la separación. Fue un acuerdo entre cúpulas, la burguesía panameña y el ejército gringo acantonado allí. Otro de los hechos que llenaron de sombras a Colombia fue la masacre en 1929 las bananeras en el Magdalena.

Para referirnos a esa furibunda e incondicional comportamiento hacia intereses trasnacionales, en desmedro de los propios intereses del país tenemos a fuerza que referirnos a la matanza en la zona bananera del departamento del Magdalena; allí funcionaba la empresa United Fruit Company, bajo un desconocimiento casi total del cumplimiento de La Legislación Laboral Colombiana; es mas los empresarios gringos no pagaban en dinero contante y sonante a los trabajadores, sino con vales, para obligarlos a adquirir los víveres o alimentos en los Comisariatos de su propiedad. Esto por supuesto representaba suculentos ingresos a la empresa. Todo se hacia abajo la anuencia y complicidad del gobierno. Ante este cuadro desbastador contra los intereses de los trabajadores; se dan los primeros pasos organizativos de la clase obrera a través de lo Comité de Solidaridad en respaldo a los trabajadores bananeros. En 1924 se dio la primera huelga contra la Tropical Oil Company en Barrancabermeja. En 1927 la huelga del Magdalena , donde se le exige a la United Fruit Companyh respeto al derecho de los obreros; como era pago de seguro, descanso dominical, seguro contra accidentes, supresión de los Comisariatos, pagos semanales y no por quincenas, abolición de los vales y creación de un hospital por cada 400 obreros.. Como era de esperarse el consorcio gringo rechazo de plano todo este pliego de peticiones. Los capitalistas con la creencia que burlarían a los trabajadores con la complicidad del gobierno no les pararon. De ahí que no fueron a ningún dialogo. No quedándole otro recurso que ir a la huelga, que se inicio el 12 de noviembre de 1928, en el cual participaron 30.000 trabajadores; señalando que "LA United Fruit Company, no cumplía con una sola de las leyes de Colombia referente a los tratos y contratos con los trabajadores, declarándose en franca rebeldía, como lo han pretendido hacer muchas otras compañías extranjeras". Todo esto con la mirada complaciente del gobierno colombiano.

Mientras tanto los obreros de la Zona Bananera, redacta este documento donde señala que "si acata las leyes que rigen en el país y hoy al declararse en huelga, lo hacen para reivindicar sus derechos conculcados diariamente por la poderosa United Fruit Company, que ve con indiferencia como el obrero se agota bajo las mas diversas enfermedades, sin que sentimiento humano los mueva a cumplir la legislación obrera que para esos menesteres mantiene el Estado". Más adelante señala que la huelga es el fruto del dolor de miles de trabajadores explotados y humillados día y noche por la Compañía y sus agentes. Esta huelga es la prueba que hacen los trabajadores de Colombia para saber si el gobierno está con los hijos del país, con su clase proletaria, o contra ella en beneficio exclusivo del capitalismo norteamericano y su sistema imperialista.

El día 13 de noviembre el gobierno ultraderechista y oligárquico de Miguel Abadia Mendez (1926 – 1930); en lugar de terciar a favor de los trabajadores, decidió enfrentar a los huelguistas; para ello nombro al tristemente célebre General Carlos Cortes Vargas como comandante militar de la plaza de Santa Marta y Zona Bananera. Ese mismo día las tropas gubernamentales, como unos buenos serviles a los intereses gringos se fajan en el trabajo cotidiano de la empresa. A partir de allí los trabajadores pierden la tranquilidad y el reposo y se abre una persecución, amenazas, prisión y todo hecho intimidatorio contra la población; no cabían dudas de la inclinación del gobierno en favor de la empresa gringa. Posteriormente el gobierno condenaba el movimiento declarándolo ilegal y establecía un Estado de sitio en toda la provincia de Santa Marta, departamento del Magdalena, suspendiendo las garantías y derechos ciudadanos. La alianza de los empresarios gringos con la burguesía era evidente.

Fue vox populi que la United Fruit Cmpani utilizo no solo sus instalaciones; sino trenes, barcos vehículos, manutención, etc a los oficiales y soldados les prestó todo tipo de atenciones, hasta aguardiente; a sus empleados los apertrecho de armas y municiones, quienes no solo vistieron prendas militares, en aquellos difíciles días, sino que dirigieron armados, tropas regulares.

Pese a todo este despliegue de fuerza, los huelguistas mantuvieron una conducta moderada. La posición de Cortez Vargas, no fue una actitud de dialogo, sino todo lo contrario de arrogancia, persecución y de arbitrariedades. Por otro lado la empresa cedía en algunos puntos del pliego petitorio; pero rechazando por ejemplo la construcción de un hospital. Ante estos rechazos el movimiento obrero agudizo la protesta. En todo esto las fuerzas militares, convertidas ahora en defensores a ultranza de la empresa frutera, se convirtieron en promotores de la anarquía y el caos. Ante este cuadro la represión a la población aumentaba; el gobierno era mas incondicional a la empresa. El 5 de diciembre de 1928 emite un decreto que es firmado por Cortez Vargas, donde establecía que en todo el Magdalena, se disolvería toda reunión que pasara de tres personas y se autorizaba al ejercito que disparara, si creía conveniente; además de prohibir todo transito por las calles. Ese mismo día las autoridades acuerdan una reunión con los trabajadores, en el municipio de Ciénaga, con el propósito de que se escuchase al gobierno en cuando a los avances del decreto de Cortez Vargas.

Los trabajadores se congregaron, para preservar el orden el ejército monto ametralladoras por todos lados apuntando a la multitud. Al leer el artículo 4 del decreto se dejo sentir el malestar dentro de la población presente. Los oficiales ordenan la retirada; el General Carlos Cortez Vargas, borracho sabia a trampa para la que había sido invitada la población; de inmediato dio la insólita y sórdida orden de dispar a mansalva contra los pacíficos e indefensos trabajadores. Los obreros caían al suelo, víctimas de la balacera. Un hecho sin precedentes dado en ese país en la época republicana. El pueblo pedía piedad; pero la soldadesca, algunos borrachos no oían los gritos. Era una multitud de 4000 personas los asistentes. Los espacios comenzaban a llenarse de cadáveres de hombres, mujeres y niños; allí cayeron ajusticiados por su propia patria, en forma vil y cobarde. Es misma tropa que acababa de masacrar a un pueblo se encargaron de saquear al pueblo, tumbaban puertas, derribaban paredes, llevándose comida, dinero y licores como un botín de guerra. Hubo victimas que estaban en el solaz en su propia casa dormidos hasta allí llegaron las balas asesinas

Para esa gran prensa burguesa nacional como internacional, que tergiversa lo que acontece actualmente en Venezuela; echando sobre lo que realmente ocurre aquí todo un balde de mentiras casi a diario. En el caso de los sucesos de la Bananera, sacaron a relucir en relación de esa cadena de hechos sangrientos, pura falsedades, justifica la actuación del gobierno y de las FFAA y al final para completar condena al movimiento huelguístico por subversivo; mientras que en el libro de Cortez Vargas trata de darle un baño de impunidad a estos horribles acontecimientos cometidos en aras de defender a los gringos. Para ello publico el libro (1929), bajo el temor que las generaciones futuras conociesen la verdad; para ello lo escribe con el deliberado propósito de falsear y tergiversar los hechos. El libro es una retahíla de declaraciones, aclaratorias sin valor histórico. Algunas declaraciones bajo amenaza e intimidaciones que solo tiene como propósito ocultar la verdad. No sabe de dónde agarrarse para salvar su responsabilidad y la del gobierno ante la historia; pero no pudo, ni podrá; los hechos fueron tan contundentes que no deja espacio para rubricar su responsabilidad. Hasta el tribuno del pueblo Jorge Eliecer Gaitan, llevo el caso al Parlamento en donde a través de encendidos debates acusa a la empresa frutera norteamericana y al gobierno de la masacre del Magdalena.

García Márquez, oriundo de Aracataca (Magdalena), en su libro Cien años de Soledad; narra los hechos con fina pluma. Esa huelga y esa matanza dejo a lesionadoras recuerdos y lecciones para la clase obrera; salió a flote esa cercanía entre la burguesía nacional y los capitales gringos, contra los trabajadores y puso más en evidencia que lo marcaba y marca los destinos de Colombia es la más rancia oligarquía y todo esto explica ese entendimiento servil entre ambos en aquella fecha y lo que sigue pasando ahora.



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Luís Roa

Licenciado en Administración de Empresas (ULA). Luchador social. Jubilado de CVG Alcasa

 Luisroa519@gmail.com

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