La Tecla Fértil

China busca anular a Trump y a Putin, sobre economía global latina y Europea

La China y la Unión Europea, buscan los modos para confrontar a los estados Unidos en cuanto a la temática de los aranceles y, el gigante asiático viene moviendo sus fichas para lograr reducir los aranceles a los productos extranjeros y lograr un comercio más equilibrado con la Unión Europea. Según un estudio realizado por Baker&McKenzie, en el primer semestre del año las inversiones chinas en EEUU bajaron un 92%, respecto al mismo periodo del 2017, y gran parte de estos flujos de inversión se han trasladado a Europa. En concreto, en Suecia han crecido un 236%, en Francia se han multiplicado por cinco, han subido un 78% en Alemania y se han cuadruplicado en el caso de España.

Como se suele decir, no hay mal que por bien no venga, de manera que algunas empresas europeas pueden beneficiarse del enfrentamiento comercial que ha generado Donald Trump. Hace unos meses, el Gobierno chino anunciara la rebaja de aranceles a 187 categorías de productos importados, principalmente alimentos, medicamentos y bebidas alcohólicas.

Compañías como Danone y Nestlé se están viendo beneficiadas. Tampoco le puede venir mal a la farmacéutica Sanofi, que además gira al alza con fuerza. En cuanto al sector del lujo, es China el mercado que está llevando en volandas las cuentas de compañías como LVMH y L’Oreal. También podríamos ver a los chinos cambiar su Nike por unas Adidas. La Bolsa española está bastante floja, pero no creemos que sea momento de malvender.

Aunque parezca que Donald Trump viene sembrando el caos, observamos un conjunto de sugerencias para acelerar el mercado en sus dos niveles, el arancelario y comercial, lo que demuestra que estas medidas son bien intencionadas para lograr el uso correcto de los recursos, como es sabido, Estados Unidos de Norteamérica ha aplicado aranceles a las importaciones de paneles solares, lavadoras, acero y aluminio

El asunto de fondo, es la transferencia forzada de tecnología y a la larga, luego de la estabilidad, ir disminuyendo los aranceles que debe tener un objetivo claro y revolucionario. Se debe revisar los acuerdos del tratado transpacífico. La protección de los productos viene reforzada por un acuerdo emblemático y un nivel de exigencias forzadas que debe intervenir sobre las importaciones.

¿En que podría parar todo esto? Paul Krugman, uno de los especialistas en economía, señala que sí, esto, se convierte en una guerra comercial generalizada, donde el comercio mundial podría hundirse en un Setenta por ciento.

Hay cifras exactas computables que le dan cifras conducentes a esa realidad. Habrá alteraciones y la incertidumbre durante el proceso de reconfiguración de la economía mundial. En el aspecto global, todo provocara una guerra proteccionista, en última instancia, en una guerra de represalias y, el país que no tengas municiones comerciales, quedara empobrecido, sencillamente, porque sus importaciones son menores.

incluso para un país con enormes déficits. Cualquier economista sabe que la forma más efectiva de reducir un déficit comercial en un país que se aproxima al pleno empleo, es una recesión. Es de suponer que ese no sea el objetivo de EEUU, pero podría ser el resultado de la incertidumbre creada por sus políticas.

La gran pregunta, tal vez, sea cómo deberían responder los otros actores a la agresión de La Casa Blanca. A Trump le gusta el conflicto. Podría no responder a las represalias, como lo haría una persona normal. Al mismo tiempo, solo las represalias podrían convencerle de cambiar de rumbo.

Las medidas que podría tomar China es impulsar las inversiones extranjeras excluyendo a Estados Unidos, dejando en la mano de la Administración Trump volver a abrir la puerta a las negociaciones ya que fueron los que cerraron la puerta al inicio. El problema para China puede venir en los niveles de importación en los que se mueve actualmente sin importaciones con respecto a Estados Unidos, que se situaron en 130.000 millones de dólares en bienes el año pasado. Otra alternativa que puede ser beneficiosa para China seria no ser tan agresivo a las actuaciones que ha iniciado EEUU, lo que ocasionaría un menor impacto en su economía.

Es probable que China tome represalias en ciertas áreas contra las importaciones estadounidenses y los intereses comerciales en China, pero es poco probable que lo haga de manera agresiva o explícita para infligir la misma cantidad de daño a las empresas estadounidenses o invitar a represalias adicionales de Estados Unidos.

En la campaña para demostrar que lo que está pasando ahora, lo que está diciendo y haciendo el presidente norteamericano, ya lo predijo en su día la candidata demócrata. Dos semanas antes, en uno de esos debates, aseguró que, si Trump llegaba a La Casa Blanca, su objetivo sería dinamitar la estructura de la OTAN porque era lo que le había pedido Putin al candidato republicano. Es exactamente lo que ha ocurrido ahora: fue la obsesión con la que se bajó Trump del Air Force One en Bruselas y que ha repetido con pesadez en cada una de sus apariciones públicas, también cuando se reunió el lunes con Putin en Helsinki. Durante la campaña, lo que decía el ahora presidente sobre el muro con México o sobre lo que iba a hacer en Corea del Norte nos parecían delirios de un rico que jugaba a ser político. De un tipo anodino, aburrido de su vida, que se había metido en la carrera presidencial más por entretenimiento que por convencimiento. A quienes avisaban que Trump era mucho más inquietante de lo que pensábamos no les prestamos demasiada atención y ahora estamos en un estado de perplejidad continuo

Los años de Trump no son suficientes para acostumbrarse. Cada vez que llega a una cumbre internacional o mantiene un encuentro bilateral, la comunidad internacional se echa a temblar por lo que pueda decir o hacer. Le da igual las agendas, el protocolo, los tiempos, la educación, el discurso.

No mide las palabras, no se preocupa si ha humillado a la Primera Ministra británica o a sus socios de la OTAN. Trump es una apisonadora que ni escucha ni ve. Ni siquiera a su propio equipo, ni a sus propios servicios de inteligencia. En su reunión con Putin no tuvo reparos en decir que creía antes al presidente ruso que a la investigación que determinaba que hay indicios suficientes para afirmar que Rusia interfirió en la campaña electoral. Quedan dos años de Trump. Quienes me leen por aquí saben que sigo esa cuenta con precisión. Así que todavía hay tiempo para más sobresaltos.

Los países a nivel mundial deben tomar las previsiones y disminuir las amenazas en escala. Viene una ralentización del crecimiento económico en el mundo y, quienes podían controlarlos es Muhammad Gadafi y Hugo Chávez Frías, hoy victimas del gran Imperio, uno asesinado vilmente y, nuestro presidente inoculado y envenenado para originarle cáncer, al igual que hicieron con otros presidentes, quienes superaron un punto de la enfermedad. Le tocara a Donald Trump, revisar esto.

El proteccionismo, no es bueno para nadie. Necesitamos analizar los daños del FMI en América Latina y sus consecuencias, necesitamos, por esto, profundizar el sistema multilateral, lo que significa modernizar La Organización Mundial de Comercio OMC.

Las Reformas que deben hacerse es para dinamizar y simplificar la economía para que los productos, les llegue con facilidad al pueblo, lo que implica ampliar las fuerzas aliadas.

Estados Unidos de Norteamérica, descenderá a una crisis constitucional, no como lo piensa el mundo por la caída del Capitalismo, esto, es un relato de fábula. No hay punto medio donde quedarse. Trump reclamara a la Clinton por las muertes de soldados estadounidenses en Irak y Afganistán, viene una gran alianza de Vladimir Putin y Donald Trump sobre las tierras del Mar Caribe hasta el Escudo Guayanés, no dejarán que China tome por Asalto el Salto Ángel y saque de allí, las grandes pelotas de oro que tanto resguardan las filas del indigenismo y que lo comprendieron sus ancestros.

Lo mejor, es ir a los Estados profundos de una economía versátil., Asumir la fuerza del liderazgo e ir a una verdadera política comercial de pares, en este sentido hacer crecer el mundo financiero.


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Emiro Vera Suárez

Profesor en Ciencias Políticas. Orientador Escolar y Filósofo. Especialista en Semántica del Lenguaje jurídico. Escritor. Miembro activo de la Asociación de Escritores del Estado Carabobo. AESCA. Trabajó en los diarios Espectador, Tribuna Popular de Puerto Cabello, y La Calle como coordinador de cultura. ex columnista del Aragüeño

 emvesua@gmail.com

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