Crónicas catalanas
18 O: LA UE Y EL GRAN CAPITAL CONTRA CATALUNYA
Ayer se producía una de las grandes manifestaciones de las que se hacen en Barcelona: 200.000 personas exigiendo la libertad de los presos políticos Jordi Sánchez y Jordi Cuixart, los Jordis. Hoy se producía otra manifestación de partidarios de la unidad de España un kilómetro más allá, en la misma Diagonal: 2.000 personas clamando por la cárcel a Puigdemont y los Jordis. Y, además, no dejando pasar a los coches que no gritaran "¡Viva España!". Dos cifras, dos mentalidades que expresan lo que hoy es Catalunya.
Y ¿qué dice a ello Europa? Manuel Valls, exprimer ministro "socialista" de Francia, ha respondido que no le parecía que España se hubiera excedido en el uso de la fuerza "porque no ha muerto nadie". No, por suerte, el hombre de 73 años que fue a votar y le dió un ataque al corazón ante la brutal carga de policía, salió ayer del Hospital.
Y ¿qué dice el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Junker? Tampoco quiere el luxemburgués que Catalunya se independice "porque si permitimos que Catalunya se independice, también otros lo harán y no tengo ganas".
Pero la cosa va más allá del orden y del impulso que puede representar la República Catalana para Flandes, Escocia y otras naciones europeas hoy bajo algunos Estados europeos. Como dice la filósofa catalana Anna Quintanas, "lo que más incomoda de este movimiento social que ha ido germinando en Catalunya y que cada vez es más seguido con curiosidad por muchos ciudadanos europeos, es que se convierta en un modelo de empoderamiento que llegue a ser imitado, que su fuerza política se convierta en viral".
Hoy debatiendo la situación con compañeros decíamos que Catalunya lo tiene mal con Europa. Su lucha va a contracorriente de las últimas elecciones en España, en Alemania, en Austria... La Unión Europea mira hacia otro lado y hace caso omiso a mamporrazos o a presos políticos en España, lo mismo que hace con los refugiados en elñ Mediterráneo. Rajoy es "uno de los suyos". El PSOE y su joven estrella Sánchez, hoy ha dicho que hay que aplicar el artículo 155 ante "el movimiento reaccionario y regresivo" de Catalunya.
En efecto, el ejemplo de Catalunya choca con los grandes intereses geoestratégicos del capital, sus partidos, sus políticos. Las grandes compañías bancarias, de servicios y algunas industriales, más de 800 ya, han traslado la sede de Catalunya a otros puntos de España, particularmente a Madrid. Es una presión política y psicológica brutal. Sólo quieren una cosa: la rendición, la marcha atrás de todo el proceso de creación de una República.
El gobierno Rajoy sigue en su ultimátum, apoyado por todos esos partidos, Estados e instituciones del Capital. ¡Viva el Stato quo! El "último plazo" acaba mañana a las 10. O bien Puigdemont renuncia diciendo NO a la proclamación de la República, o se empezará a desarrollar el 155. ¿Y qué significa la "aplicación del 155"? Nadie lo sabe, es la primera vez que se hace esto. Pero ya se anuncia que pueden intervenir los Mossos, la policía catalana; también el departamente de Enseñanza, sobre el cual se han lanzado graves acusaciones de "adoctrinamiento" y "odio" contra España; se intervendrá aún más Economía. Es decir, se anuncia que se pueden sustituir, y quizás detener, todos los Consellers y nombrar en su lugar funcionarios fieles al rey y al Gobierno de España. Incluso se especula si algún departamento, como Economía, puede ser llevado desde despachos de Madrid.
El apoyo de fuera tardará. La opinión pública europea va sintiendo cada vez mayor curiosidad y hasta simpatía por este movimiento sin precedentes. Amnistía Internacional condena al Estado español y pide la libertad de los dos Jordis, considerándolos presos políticos. Sí, es verdad. Pero el grueso del trabajo lo tienen que hacer los catalanes y catalanas. Lo saben y por eso la movilización crece ante cada dificultad. Puigdemont mañana parece que no cederá al chantaje.
Alfons Bech
18 de Octubre de 2017
