Que vaina tan jodida

Nuestra América, enero de 2015                                         

Que desilusión más grande la de Simón Bolívar, pensó que su muerte podría contribuir para que cesaran los partidos y se consolidara la unión  y sucedió y sigue sucediendo todo lo contrario, el número de partidos, descoordinados y hasta enemistados entre sí, aumentó y sigue aumentando y, por supuesto, la tan anhelada unión, hasta el día de hoy, sigue siendo un disparate. Que vaina tan jodida, le fallamos a Bolívar.

El  padre Camilo Torres también lo dijo: “Para realizar la unión de los revolucionarios debemos insistir en todo lo que nos une y prescindir de todo lo que nos separa”. Al parecer se entendió que había que insistir en lo que nos separa y prescindir de lo que nos une. Que embarrada, que desatino, le fallamos a Camilo.

“El pueblo unido jamás será vencido” dicen unos, “La unidad tiene carácter estratégico” dicen otros, “La unidad es parte de victoria” dicen otros más: Palabras, palabras, palabras… Qué tristeza ver cómo vamos, nosotros mismos nos engañamos.  

Un viejo revolucionario de manera juguetona señalaba: lo que puede estar ocurriendo es que como se dice que el objetivo de la lucha es “tomarse el cielo por asalto” y eso puede no ser del agrado de dios, a lo mejor hemos sido castigados al igual que los constructores de la Torre de Babel. A aquellos le desbarató dicha torre y les confundió las lenguas para que no se les ocurriera construir otra igual, a nosotros nos desbarata cualquier intento de construir la unión y nos confunde la mente y el corazón para que no alcancemos  la victoria popular.

Así es, sobre la dolorosa división que nos está matando cualquiera puede imaginarse que se trata de un castigo, lo cierto es que la causa debemos buscarla en la carencia de madurez política, el sectarismo, el egoísmo, el burgués que llevamos por dentro. Compañeras y compañeros de lucha, reflexionemos, tenemos que ser capaces de superar tales debilidades, tenemos que aprender a reconocernos y entendernos entre nosotros mismos. Es una vergüenza continuar divididos, confundiendo  y desalentando a nuestro pueblo, facilitándole las cosas a los opresores. La unión es imprescindible para realizar nuestro sueño de paz. No hay quien no lo sepa: ¡El pueblo dividido siempre será vencido!

Hermanas y hermanos revolucionarios, patriotas, demócratas, gente buena de Colombia: es urgente la realización de un amistoso encuentro nacional con presencia  de delegadas y delegados de todo tipo de organización cuyo interés supremo sea la construcción de la unión por la conquista de la paz verdadera, es decir, la creación de una patria libre, con seguridad económica, política y social para todas y todos, y todo esto en armonía saludable con la Madre Tierra. No nos compliquemos en cuanto a la escogencia de delegadas y delegados, por  lo que éste evento significa  simplemente se requiere de personas con experiencia y sabiduría, personas  inspiradas en el amor, la verdad, la solidaridad y la sencillez; personas que así como Sócrates comprendan que “quien no empieza por el amor no sabrá nunca lo que es la filosofía”: la filosofía de la vida humana, la filosofía del buen vivir.

                                  ¡AMANDO VENCEREMOS!



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Julián Conrado

Guillermo Enrique Cueter, popularmente conocido como Julián Conrado, es un cantautor revolucionario, nacido el 11 de agosto de 1954 en Turbaco, Colombia. El vallenato es el género musical que más utiliza para relatar una especie de crónicas históricas, llenas de poesía, sobre las injusticias por las que atraviesan los pueblos del mundo, en especial, el pueblo colombiano a causa del imperialismo y la plutocracia mundial. Actualmente se encuentra detenido en Venezuela, atrapado en un limbo judicial, nada claro, por lo que, varios movimientos sociales y políticos se han solidarizado con su causa.


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