España: ¡Me indigna la abstención!

Con el respeto a la autodeterminación de los pueblos, me pregunto ¿Qué ganará España con la abstención además de garantizar el triunfo de la derecha más ortodoxa?

Bien contundente han sido los golpes que la sociedad capitalista ha recibido en los países de nuestra América cuando el pueblo, de forma espontánea se volcó con fuerza a elegir las opciones que nunca tuvieron posibilidad de triunfo. Hugo Chávez Frías en 1.999 subió como la espuma, sin maquinaria electoral, sin dinero, sin nada más que la rabia y la indignación del pueblo venezolano, que apostó a el coronel que tuvo la osadía de intentar una sublevación en contra de los gobiernos y partidos que trataban de asfixiar la república en las recetas neoliberales, de ese triunfo, es cierto, no se cambio el poder económico, pero se empoderó la fuerza soberana del pueblo en el poder político y desde ese poder, aun cercado por el poder económico, ha comenzado la transformación hacia la conciencia socialista y la enfrenta al capital como ley fundamental, se rescatan a diario los derechos pisoteados, se construyen los nuevos sistemas de educación, salud, alimentación y vivienda, se transformó por una constituyente el poder legislativo.

Por la participación en la farsa electoral, por años controlada por las mafias de los partidos tradicionales, se pudo lograr dar un golpe mortal a la sociedad de los burgueses, en un camino pacífico que ha marcado la huella para revoluciones que hoy se desarrollan en varios de nuestros países centro y suramericanos.

Abstenerse es no participar, es dejar el campo libre al enemigo, Creo que se debería buscar la mejor opción: elegir lo que nos represente, generar un movimiento político que asuma la indignación, que proponga las medidas revolucionarias contra el neoliberalismo y el capitalismo que ahoga al pueblo y demostrar que el poder político pertenece a la mayoría y sus propias ideas.

El poder político de los neoliberales y mercaderes capitalistas no desaparecerá porque los indignados llamen a la abstención en las elecciones venideras. No elegir entre las ofertas que ellos nos acostumbran ofertar si es el camino, pero debería crearse la posibilidad de otra elección que haría temblar, eso si, a todas las estructuras ya fracturadas de un imperio capitalista en crisis y conmoción social.

Probablemente ya no exista tiempo para esa otra alternativa, probablemente ninguna de las ofertas capitalice de forma verdadera las necesidades de cambio, seguramente todas son parte del mismo juego, que falta que haría un coronel atrevido en nuestra amada España.

España tiene el derecho supremo de tomar su decisión, así como yo la de exponer mi criterio, el triunfo inminente de la derecha es una sentencia a próximos años de crisis más severa, a más medidas contra los pueblos del estado Español. España está sumiendo su lucha y su conciencia seguramente generará las respuestas que hagan falta para dar el gran salto ante la arremetida de un estado en contra de todo su pueblo.

Si la abstención fuera la mayoría, y si se reconociese entonces el poder a la mayoría que no votó, si se reconociera el triunfo y se tuvieran que desconocer el resultado minoritario de las que si votaron, entonce otro gallo cantaría. Aunque gane la abstención, el poder político quedará en manos de quien sacara más votos. El no voto, no tiene poder de decisión.

Gane quien gane, perderá el pueblo, seguirá la lucha y se avanzará con más fuerza hacia la nueva España que está obligada a nacer. Gane quien gane, definitivamente me indigna la abstención.

Venceremos y viviremos!

brachoraul@gmail.com


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Raúl Bracho


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