El 11 de septiembre: siempre se recordará como un día fatídico para la Humanidad

El 11 de septiembre de 1973 el mandatario de turno del imperio yanqui acabó con el gobierno del presidente Allende en Chile, lo que de inmediato dio lugar a la dictadura del general Pinochet que por 17 años gobernó y ensangrentó ese país que, todavía anda en busca de sus muertos que por miles están desaparecidos y, lo más triste y lamentable políticamente, que sigue en manos de la ultraderecha y su neoliberalismo que lo dirige bien definido y sumido bajo la orientación del gobierno depredador e intolerante que actualmente se esconde en la Casa Blanca.

Veintiocho años después de esa tragedia nada épica, se sucede el desplome de las Torres Gemelas en Nueva York que todavía arden de incomprensión in situ, cuando dos aviones impactaron respectivamente, contra ellas, dejándolas a que en caída libre las succionara alguna mano invisible –bien escondida en lo profundo del subsuelo- que hizo posible que todo sucediera tan rápido que quien haga uso de su razón crítica, no se envuelva con la idea bien estrujada de la peregrinísima oleada de terrorismo que puso a temblar al mundo de rabia infinita y su onda expansiva a los pocos días se llevó sin dolor ni pujo también a Irak, quien no pudo escapar de la invasión y del saqueo a que fue y está sometida por los gringos y sus aliados y de una vez acabó con su régimen como “centro de cooperación del terrorismo y de desarrollar y ocultar armas de expansión masiva”, que con tremenda treta mágica durmieron al mundo, pues, armas que jamás hallaron, porque jamás existieron en toda la trama que EEUU expuso al público a manera de excusa para invadir y desmantelar ese país y, lo han dejado exhausto de su rabia con millones de hombres, mujeres y niños muertos que bien encajan en la conciencia de los EEUU.

Y esa es la bandera que hoy flamea en los corazones de los gringos que fácilmente se dejaron engañar como niños por Bush-hijo y su pandilla de colaboradores inmediatos que planificaron y prepararon detalladamente con la complicidad de la canalla mundial: la más sanguinaria destrucción que país alguno ha sido sometido por las fuerzas imperiales que están al asecho del producto territorial bruto y de la energía mundial que puedan captar o dominar bajo su intervención de desolación.

¿Qué celebran y qué recuerdan con tanta algarabía de sus medios, este 11 de septiembre de 2011? ¿No será acaso su complicidad medio encubierta? Porque muchas cosas de las sucedidas ese 11 de septiembre de 2001 no encajan en las mentes de hombres y mujeres que con lógica no perversa ni complaciente han desandado el camino de las contradicciones que injustamente enmarañan el acto acaecido en la composición del World Trade Center y, de los antojos solapados de los grandes negocios realizados por individualidades de la macolla personalizada que manejaba el poder imperial desde Washington en que ellos sacaron el mayor provecho, valiéndose de ardides mediáticos que todavía mantiene descalzo de entusiasmo a un gran número de la población mundial que, no se ha comido el cuento mal echado que le metieron por los ojos de la conjetura terrorista en aquél entonces y, que hoy le da la vuelta al mundo de intranquilidad y más de perversión que fue la premisa que se escogieron para cometer fríamente todos los desmanes que han realizado desde ese día para acá de implantar la hegemonía imperial, llevándose por delante lo que huela a revolucionario y que no esté atado al “auxilio” de sus políticas económicas y más generalmente de venderle la “atención” apátrida envuelta en enredos con apoyo administrativo de las instituciones mundiales que están a la orden de sus caprichos imperiales.

Y a consecuencia a su subordinación de estrategas geopolíticos se han acostumbrado a vivir de la guerra al terrorismo y, en ese afán de “bandolerismo” mantienen varios focos de ataques en que se hallan prisioneros de su belicismo y en otras regiones optan por la guerra psicológica y “cercanamente” mantienen comprometidos algunos países de la Unión Europea con la OTAN a su disposición a echarles bombas a quien como Libia no ceda a sus deseos económicos y a su insaciabilidad de la energía necesaria de país consumidor de los derivados del petróleo.

Pero, quien quita que un día no bien lejano de este SXXI,: queden al desnudo de tanta complicidad y tras de su 11 de septiembre les salga un 12 que inunde de paz al mundo y sus malas intenciones se le concentren dentro de su mismo Estado y, la cordura inmisericorde como reflexión les plante un Allende que les ilumine las neuronas de la convivencia de sentir y padecer en respuesta de lo que le han hecho a todos los pueblos del mundo con sus barbaridades de sumisión. Es posible que y -¡ojala exista un dios!- que no perdone muy a menudo y así como deja pasar las cosas malas de vez en cuando: conviva y riegue como agua bendita: la justicia social que tanto necesita la humanidad, para su bienestar y asimismo ponga en su lugar a los que se creen los amos del mundo. Ya que el papa lo que hace en Roma es jugar pimpón con la vista.

estebanrr2008@hotmail.com


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Esteban Rojas


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