En el exterior gobierno de Piñera es visto como “la tortuga en el poste”

 


No sólo en Chile se repudia el accionar de este gobierno en materia educacional, sino en todo el continente. Piñera y su ministro del interior pasaron ya a la Historia Patria como fanáticos impulsores del neoliberalismo totalitario y “represores salvajes”, lo cual está a un milímetro de distancia del asesinato y del genocidio. En el exterior hay preocupación por el futuro de esta “democracia débil” chilena.  

“LOS ÁRBOLES NO dejan ver el bosque”, reza el conocido adagio, y la verdad es este que acierta plenamente, pues hay ocasiones en las que otras personas instaladas en las afueras del bosque tienen la posibilidad de observar el panorama en extenso y, en ese contexto, su opinión resulta tanto o más certera que la de aquellos que viven en la densidad de la floresta.

Las inefables opiniones vertidas por distintos dirigentes políticos respecto de los últimos acontecimientos acaecidos en Chile forman parte del adagio anterior, ya que no de otra forma puede comprenderse por qué en el país aún existe un 30% de ciudadanos que continúa mirando el bosque con visión alterada por el fanatismo, los intereses personales o, simplemente, la ignorancia.

A contar del inicio del siglo veinte y primeras décadas del actual, sólo dos gobiernos han sido abiertamente repudiados por las sociedades de naciones latinoamericanas. Esas administraciones son: la dictatorial encabezada por el genocida Augusto Pinochet, y la que hoy tiene a Sebastián Piñera como primer responsable y a Rodrigo Hinzpeter cual cínico y soberbio Kapo de los lodazales de Buchenwald y Auschwitz. Quiéralo o no, la derecha chilena es consciente de que su “propuesta político-programática” es rechazada en el país y en el exterior, así como detestable encuentran los países vecinos la apología al clasismo, a la represión y a la dependencia que muestra toda administración conservadora.

Una prensa independiente y libre hasta el tuétano es lo que mayormente disgusta al actual ministro del interior, el sionista/neoliberal (*) Rodrigo Hinzpeter, pues tiene claro que le resulta ímprobo intentar siquiera rebatir los argumentos libertarios que esgrime el 80% de los chilenos, ya que los suyos escapan de cualquier análisis  puesto que son innegablemente totalitarios, ajenos a la República y enemigos de la soberanía popular. ¿Quién puede mostrar la existencia de ‘soberanía popular’ al interior de una empresa? Así es como ven a Chile estas autoridades actuales.  Para ellas no somos un país, menos aún una nación, por ningún motivo una república…somos simplemente una gran mesa de negocios, una empresa en todo su ancho. Ellas (las autoridades) actúan como dueños, y nosotros deberíamos ser los obreros.

Pero, los ‘hijos de los obreros’ (siguiendo el hilo de pensamiento de la derecha), se tomaron las calles y salieron a exigir calidad y gratuidad en la educación. Había que darles su merecido. La derecha entonces ordenó a sus ‘servicios de golpes y macana’ entrar a escena y apalear todo aquello que se moviera. ¿Hubo violencia desmedida, fuerza en exceso, o, como se dice por estos lados, ‘los pacos se fueron al chancho’?  Parece que no solamente se ‘fueron al porcino” sino, además, demostraron los policías que ellos no obedecen a la autoridad civil, se mandan solos, se mueven solos y transitan más libres que gotas de agua cayendo de las nubes. ¡¡Peligroso!!, porque los Carabineros nunca se han distinguido por ser, precisamente, muy cuerdos, equilibrados ni inteligentes.

En el  exterior las alarmas se encendieron ante la posibilidad de que Sebastián Piñera –ante su indiscutida incapacidad para manejar asuntos políticos de envergadura- abra puertas al fascismo y al golpismo permitiéndoles reinstalarse en este rincón del subcontinente. Fue así, entonces, que la mismísima O.E.A. solicitó al gobierno la entrega de explicaciones respecto del comportamiento que la policía (y el Ministerio del Interior) tuvo la tarde de aquel 04 de agosto. Sin duda, internacionalmente, la cuestión ha pasado de color castaño a oscuro, ya que el diario más pro yanqui y conservador de nuestra América, El Mercurio, el día 06 de agosto pasado, destacó la noticia en primera plana en su edición ‘online’, y con síntomas de escándalo.  

http://www.emol.com/noticias/nacional/2011/08/06/496579/comision-de-la-oea-pide-informacion-al-gobierno-por-violencia-del-pasado-jueves.html  

Las escasas mentes equilibradas y pensantes que restan trabajando en La Moneda, son conscientes de que un nuevo flanco de debilidad se le ha abierto al gobierno merced a los sucesos ocurridos en el último tiempo y, he aquí la razón, la responsabilidad de tamaña desgracia se encuentra en la brutalidad policial, misma que por cierto se desata sólo cuando la autoridad civil lo permite…o lo solicita. No se trata ya de simple inexperiencia en el manejo de situaciones, esta vez el quid del asunto se desglosa de la capacidad de odio, de clasismo y de fanatismo ideológico que caracterizan a Rodrigo Hinzpeter, un abogado que primero es sionista, luego es neoliberal, después es derechista fanático, más tarde es clasista, y finalmente recuerda que es abogado. ¿Chileno? Hum…juzgue usted.

El nivel de aprobación interna –o nacional- que en este instante posee el gobierno de Piñera no supera el 26%. La pregunta es válida entonces: ¿cuál será ese nivel en los países vecinos, y en los del resto del continente, y en el planeta todo? Ya sabemos que en algunos medios argentinos se ha señalado que el gobierno de Piñera en Chile y el de santos en Colombia, son, en el contexto sudamericano, algo así como “un par de moscas en la leche”, vale decir, una disfunción que empaña el nuevo contexto político que muestran las naciones hermanas, donde aparecen gobiernos y gobernantes que se unen en la lucha por humanizar el sistema neoliberal, tales como Hugo Chávez en Venezuela, Rafael Correa en Ecuador, Dilma Rousseff en Brasil, Fernando Lugo en Paraguay, José Fernando Mujica en Uruguay, Cristina Fernández en Argentina, Evo Morales en Bolivia y Ollanta Humala en Perú.

Hay un hecho que ya es imposible cambiar ni tampoco esconder. Después de lo acaecido el día 04 de agosto en Santiago, Concepción y Valparaíso, así como lo ocurrido jornadas más tarde en Plaza Ñuñoa y en la Universidad de Talca, el gobierno de Sebastián Piñera (¿o debería yo decir “el gobierno de Hinzpeter’?) ha marcado su impronta indeleble en las páginas de nuestra historia política: la represión, el totalitarismo y la inmanente calidad bolichero-comercial de su alma.  
 
Pero esta actual administración no nació en La Moneda, fuimos nosotros, los electores, quienes la colocamos allí. Es por eso que desde Brasil me enviaron un correo electrónico señalando cómo ellos ven, analizan y entienden –desde el exterior- nuestra actual situación. Esos brasileños le llamaron a este asunto “La tortuga en el poste”, y así lo explicaron:

“”Un joven está paseando por la plaza de un pueblo y decide tomar un descanso.Se sienta en un banco... al lado hay un señor de más edad y, naturalmente, comienzan a conversar sobre el país, el gobierno y finalmente sobre los Legisladores y similares. 
El señor le dice al joven: 
- "¿Sabe?  LOS LEGISLADORES Y DEMÁS, SON COMO UNA TORTUGA EN UN POSTE." 
Después de un breve lapso, el joven responde: 
- "No comprendo bien la analogía... ¿Qué significa eso?" 
Entonces, el señor le explica: 
"Si vas caminando por el campo y ves una tortuga arriba de un poste de alumbrado haciendo equilibrio, ¿Qué se te ocurre?" 
Viendo la cara de incomprensión del joven, continúa con su explicación: 
- "Primero: No entenderás cómo llegó ahí. 
- Segundo: No podrás creer que esté ahí. 
- Tercero: Sabrás que no pudo haber subido solita ahí. 
- Cuarto: Estarás seguro que no debería estar ahí. 
- Quinto: Serás consciente que no va a hacer nada útil mientras esté ahí......entonces, lo único sensato sería ayudarla a bajar." 
EN LAS PRÓXIMAS ELECCIONES, HERMANOS CHILENOS...... HAGÁNLO BIEN, TRATEN DE QUE NINGÚN ANIMAL SE  SUBA AL POSTE.””

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(*)  El sionismo NO es una raza ni una religión; es una ideología, un sistema de dominación ultraderechista. Se puede ser sionista sin ser judío, pues hay sionistas sajones, latinos, arios, eslavos, etc. El ministro Rodrigo Hinzpeter, políticamente hablando, es un sionista/neoliberal. Y si en estricto rigor no lo es, actúa como tal.

  
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 


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Arturo Alejandro Muñoz


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