Fortaleza japonesa

El terremoto de magnitud 9 y el subsiguiente tsunami que destruyeron parte del las áreas industriales de Japón no serán obstáculo para su recuperación económica. Los japoneses han demostrado a través de la historia su constancia y compromiso con su pueblo y los valores éticos y morales que los hacen identificarse con sus empresas como si fuesen los dueños de las mismas. Solo basta echar una mirada atrás, luego de los bombardeos atómicos sobre Hiroshima y Nagasaki que fueron ataques nucleares ordenados por Harry Truman, Presidente de los Estados Unidos, el 6 y el 9 de agosto de 1945, y pusieron el punto final a la Segunda Guerra Mundial, dejando en total ruina no solo estos lugares, sino toda la economía japonesa.

Los productos japoneses veinticinco años después de la segunda guerra mundial, comenzaron a competir con los del mercado norteamericano, dejando perplejos a los gringos, quienes abismados por tal situación comenzaron a indagar y cuando descubrieron a quien se debió tal impulso quedaron locos, porque no fue sino un norteamericano, olvidado por ellos (Edward Deming), quien guió a los nipones en esa travesía, implementando sus 14 principios que fueron la sustentación de la denominada Calidad Total y que luego ha servido de referente para los grandes planificadores y expertos en gerencia; principios estos que deben mantener no solo las empresas, sino también las instituciones públicas para ser realmente eficientes, teniendo como soporte principal la consideración del máximo recurso de toda institución, que no es otro que sus trabajadores, además: el jefe debe ser justo y comprensivo; asignar recursos para cubrir necesidades a largo plazo en vez de buscar rentabilidad a corto plazo; búsqueda constante de problemas existentes en el sistema a fin de mejorar los procesos permanentemente; tomar medidas inmediatas en cuanto a imperfecciones, necesidades de mantenimiento, malas herramientas, u otras condiciones inadecuadas para la calidad; estimular la comunicación eficaz en dos vías, que eliminen temores en toda la organización hacia los jefes y puedan ser escuchadas las propuestas de todos los trabajadores; entre otros elementos.

Para nadie es desconocido que actualmente los productos japoneses son de una calidad incomparable, y para muestra un botón, los vehículos Toyota. Los nipones han pasado por cosas peores y ya estamos viendo como el gobierno de Japón ofreció canalizar dinero público a los bancos de las zonas que azotó el sismo en apoyo al crédito que pudiera necesitarse para la reconstrucción de las empresas. Tales recursos contribuirán a que los bancos de la región tengan capacidad de satisfacer un aumento previsto en la demanda de crédito para ayudar a sus coterráneos a financiar su reconstrucción. Muchas trasnacionales y empresas locales están pensando establecerse en otras áreas estratégicas, pero estoy seguro que en muy corto tiempo volverá Japón a mostrar el esplendor en su economía y calidad de vida; ejemplo muy digno de seguir.


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Reinaldo Silva


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