Repugna leer actualmente a Mario Vargas Llosa

En su artículo: “Piqueteros intelectuales” en su tribuna de El País de España, su cuna dominguera, se avalancha sin consideración alguna en contra de los que él llama piqueteros intelectuales argentinos con la sobrada razón de molestia, ya que varios de ellos –entre éstos el director de la Biblioteca Nacional Horacio González- no están de acuerdo con su inclusión como orador inaugural de la Feria del Libro en Buenos Aires que se realizará en esa capital el venidero mes de abril del presente año.

En su furia por tal atropello a su dignidad de escritor laureado con el Premio Nobel 2010, se hincha de histeria que le acongoja su ego inflado de caballero real a la española y, con petulancia bien calculada se va a recorrer los países del Cono Sur con la excepción de Cuba, la que odia culturalmente e inmensamente en los intestinos de su rabia, por no poseer escritores de la talla intelectual de su persona y, con toda la crudeza de su verbo incendiario los proclama escribidores porque, no gozan del visto bueno, particularmente de él, no así el argentino, Juan Bautista Alberti que hace años se reveló contra la guerra que libraba su país con el Paraguay sin importarle su traición, eso lo dice en su artículo.

Ahora examinemos su personaje central:

Por lo que he leído sobre Juan Bautista Alberti estuvo asilado en Montevideo y desde allí apoyó la intervención francesa contra el gobierno de Argentina y, también a través de artículos en varios periódicos de esa ciudad le dio el visto bueno de las acciones militares de ese país contra el suyo. Es digno de mencionar que dejó en Buenos Aires en razón de su exilio a una amante y un hijo de nombre Manuel a quien en su testamento lo nombra legatario como su pariente, es decir, desconoció al hijo.

Estuvo en París unos pocos meses y allí conoció al general José de San Martín y, a finales de 1843 regresó y se radicó en Chile, Valparaíso, desde donde mantuvo contacto con Domingo Faustino Sarmiento, principal jefe de la emigración Argentina en Chile. En Chile, el apreciado personaje de Vargas Llosa, se dedicó a estudiar la constitución de los EEUU, cuyo fin era copiar lo que se pudiera para adaptarla a su país, una vez llegado el momento de sancionarla, pero por una mala traducción interpretó erróneamente varias líneas.

Se preocupó mucho en favorecer el desplazamiento de inmigrantes europeos, especialmente la del norte -como buen apátrida al igual que su alabador.

Algunas de las afirmaciones polémicas del defendido de Vargas Llosa:

“Aunque pasen cien años, los rotos, los cholos o los gauchos no se convertirán en obreros ingleses…En vez de dejar esas tierras a los indios salvajes que hoy las poseen, ¿por qué no poblarlas de alemanes, ingleses y suizos? …¿Quién conoce caballeros entre nosotros que haga alarde de ser indio neto? ¿Quién casaría a su hermana o a su hija con un infanzón de la Araucanía y no mil veces con un zapatero inglés?”. “Tenemos suelo hace tres siglos, y sólo tenemos patria desde 1810. La patria es la libertad, es el orden, la riqueza, la civilización organizados en el suelo nativo, bajo su enseña y en su nombre. Todos estos elementos nos han sido traídos de Europa, desde las ideas hasta la población europea”.

No aceptó el cargo de ministro en su tiempo de su país, pero sí aceptó realizar funciones diplomáticas en Europa y como buen europeo asomado, murió en Francia.

Vargas Llosa, menciona en su artículo a Esteban Echeverría, solamente porque éste era amigo de Juan Bautista Alberti, no por lo del cuento.

Bueno, para buen entendedor no resta mucho que decir en lo adelante sobre el articulista, posiblemente la memoria, se lo llevó por otros senderos, dada su imaginación de escritor forastero de lúcida mente de político fracasado por, “liberal”, “reaccionaria”, enemiga de las “corrientes progresistas del pueblo argentino” y enemigo consumado de lo que huela a revolución, tirando al vacío a un puñado de intelectuales argentinos kirchneristas como él mismo lo dice al comienzo de su artículo y se agarró de Juan Bautista Alberti, para defenestrarlos, pero…

Creo que en verdad el hombre no se merece el honor de ser el orador de la esperada Feria del libro de Buenos Aires y allí se peló la presidenta con el traspié que dio a favor del apátrida y lunático Mario Vargas Llosa.

Gracias a dios que al Che nuestro nos lo dejo intacto sin contaminarlo con su fragancia burguesa, aunque la rabia de su grandeza lo consuma y, no ose comparársele.

estebanrr2008@hotmail.com


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Esteban Rojas


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