Concertación: ¿de bloque político a tropel en desbande?

Deshilachada y parapléjica, coadyuva con la derecha legislando en beneficio de las grandes concentraciones de capital, abandonando y traicionando al mundo del trabajo y a los trabajadores.  

LOS CONCERTACIONISTAS HONESTOS (en verdad son muchos, pero están en las bases, no en las cúpulas) reconocen que los guarismos informados  por la última encuesta de opinión respecto del accionar y aceptación del Presidente Piñera y su gobierno -difuminado ya el efecto “Fénix 2”-, les sorprendieron.  Dicho en palabras simples: no esperaban ese mazazo.

El 53% de aceptación ciudadana, luego de haberse esfumado el vapor mediático del rescate de los mineros, y a pesar de las gaffes y equivocaciones diplomáticas cometidas por el Presidente, tanto como sus balbuceantes medidas laborales, es una cifra nada despreciable. Por el contrario, ella debe tener más que satisfechos a los moradores de La Moneda, así como seriamente preocupados a aquellos dirigentes de la Concertación que son honestos consigo mismos (supongo los habrá)..

Concuerdo con el historiador Alfredo Jocelyn-Holt, quien entregó una lapidaria opinión respecto del futuro del bloque opositor, ya que de sus declaraciones al quincenario The Clinic se deduce que la derecha bien podría permanecer en el gobierno más allá del año 2014; ello, merced a las continuas equivocaciones y desencuentros que caracterizan a la Concertación, conglomerado que muestra evidentes fraccionamientos internos y, siguiendo la línea humorística de algunos dirigentes de la izquierda no parlamentaria, pareciera tener un claro “síntoma de autopsia”.

La inacción política, así como la falta de ideas y ausencia de programas que interpreten las necesidades de la gente, la desmovilización de los engranajes partidistas, el alejamiento de sus directivas respecto del Chile real, las corruptelas, el familisterio galopante, las disensiones internas, el fraccionamiento que se observa in crescendo y, finalmente, las traiciones a sus propios principios (aquellos que le dieron vida y honor luego del histórico Plebiscito de octubre de 1988), han llevado a la vieja Concertación hasta las puertas de un valle de lágrimas llamado ‘debacle’.

Y si el mazazo que les propinó la última encuesta a los concertacionistas fue grande, mayor aún ha sido la saga de incoherencias políticas llevadas a efecto por conocidos dirigentes de ese bloque en el Congreso Nacional. Tales ‘patinazos’ han ido de la mano con el entreguismo de un líder sindical que decidió transformar su organización en una correa de transmisión de la tienda política a la que pertenece, traicionando a sus propios representados, en un acto que resulta imposible no llamarle vomitivo. Ese acto fue el que efectuó Arturo Martínez, eterno jerarca de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), y socialista renovado…tan renovado que no sólo perdió el color, sino también el rumbo y la vergüenza.

Es que la comedia del reajuste ANEF (el zarandeado 4,2%) dejó a nuestra "clase política" binominal (Derecha y Concertación) más en cueros aún. Ese acuerdo transversal para aprobar el proyecto del oficialismo estaba estructurado, a espaldas de la ANEF (Asociación Nacional de Empleados Fiscales), desde el domingo 12 de diciembre. Fue "cocinado" por las presidencias de los cuatro partidos políticos de la Concertación, junto a Cristián Larroulet, Felipe Larraín, Camilo Escalona, y al ya mencionado Presidente PS de la CUT, Arturo Martínez.

Como había 22 diputados pareados y 3 derechistas ausentes, la votación en la Cámara dependía de 95 diputados, pero aparecieron votando sólo 87 (44 a favor del 4,2%, y 43 en contra). Faltaban 8 diputados, todos de la Concertación, pero sólo se notó la salida de la sala del Presidente del PS, Osvaldo Andrade, que lo tuvo que hacer al percatarse que la votación quedaría empatada a 44 con su voto, optando entonces por dar cumplimiento a su palabra empeñada ante el inefable dirigente de la CUT, Martínez, y en claro beneficio del gobierno.

Hubo dos votos-sorpresa que al cruzarse se anularon (la pro UDI, Marta Isasi, votó NO y el ex PDC, Pedro Velásquez, elegido con ayuda de la izquierda en Coquimbo el 2009, votó SI).

Los medios de prensa, ya que fue muy visible, centraron en el Presidente del PS la responsabilidad de la aprobación del 4,2% que, por el alza en el monto de los bonos, fue en realidad cercano al 6% promedio. El problema es que el gobierno de Piñera se había comprometido con la Confederación de la Producción y el Comercio a no dar una señal de reajuste que excediera el 4,0%, lo que explica en parte el aparente contrasentido anterior.

Los partidos de la Concertación designaron con apuro  a quienes serían los "diputados faltantes" en la votación: tres de la derecha PDC (Jorge Burgos, Eduardo Cerda y Jorge Sabag); Ximena Vidal y Orlando Vargas del PPD, Abel Jarpa del PRSD; Juan Luis Castro, el ex Presidente del Colegio Médico, y Osvaldo Andrade, del PS. Los medios de prensa, todos, pauteados por la TV, La Tercera y El Mercurio, sólo han reparado en Andrade como el "malo de la película".

En el fondo, todo esto ha sido una gran tragicomedia de equivocaciones, traiciones, guiños e hipocresías, con muchos parlamentarios concertacionistas inadvertidos -o desinformados-, que se tomaron en serio la oposición al 4,2% y la convocatoria a una Comisión Mixta de senadores y diputados. Entre ellos, el diputado Pablo Lorenzini quien, furioso con Osvaldo Andrade, declaró que todos los democristianos habían votado NO al proyecto gubernamental de reajuste, lo cual es falso de falsedad absoluta, como fácilmente se puede comprobar recurriendo a la página web de la Cámara de Diputados y revisar la votación final.

El país asistió a una representación teatral orquestada y dirigida por la sociedad Gobierno-Derecha-Concertación, la cual mantuvo durante 10 días detenidas las labores de la Administración Pública para, finalmente, pagar casi todo el reajuste solicitado vía BONOS (subieron estos de $150.000 a $215.000), con el propósito –tal como se señala líneas arriba- de dar una respuesta mediática a la CPC, y no afectar las ‘pedidas’ que harán pronto los trabajadores del sector privado, quienes tomarán como base el reajuste de marras (es decir, el ‘oficial’ 4,2%, pero en realidad el reajuste fue del 7,8% promedio, calculando esos $18.000 mes con salario promedio de $425.000 en la Administración Pública).

La ‘comedia’ del duopolio y el gobierno contempló encendidos discursos contra el reajuste enano  de casi todos los 44 concertados presentes, de los cuales, con regla de cálculo, votaron 43 para que "justo-justito" se aprobara el controvertido reajuste. ¡Pero, si hasta el propio Osvaldo Andrade se despachó un discurso 'revolucionario' criticando el proyecto del gobierno  (habló para la galería, obviamente), a sabiendas que ya estaba decidida la aprobación donde él era parte del juego

Aquí  se dio una vez más aquello de “una mano lava a la otra, y ambas lavan la cara”. Viejo adagio que en materias políticas tiene larga sobrevida.

En  artículos anteriores he expuesto el tema del ‘familisterio’, asegurando que en nuestro país la verdadera democracia no existe al interior de los partidos, ni tampoco en el poder legislativo ni en los gobiernos. La democracia es entendida por la mayoría de los chilenos (amansados ya por el tintineo demoledor de una prensa servil) como el simple derecho a sufragar en algunas elecciones…y punto. La conspiración contra las libertades esenciales del Hombre y del Ciudadano ha sido todo un éxito para los dueños de la férula, gracias al trabajo asociado de la Alianza y la Concertación.

El vergonzoso capítulo de la acción parlamentaria en la discusión del reajuste al sector público es una muestra más de lo que alguna gente ha venido expresando desde hace años: existe un entramado familisterial-comercial-económico entre muchas de las actuales ‘autoridades públicas’, lo que permite a esas familias tener representantes en  gobierno y oposición para, de ese modo, asegurar la teta que les entrega no sólo leche sino también chocolate caliente y café express.

Tomemos sólo un caso para ejemplificar lo dicho. Echémosle una rápida mirada al accionar de un destacado miembro del Partido Demócrata Cristiano, del ala derechista de esa tienda, el señor Clemente Pérez Errázuriz, ex presidente de METRO S.A., bajo cuya presidencia se nombró Gerente General a doña Camila Merino (actual ministra del trabajo), esposa de un alto ejecutivo de LAN (por tanto, asociado a la familia Cueto y, por cierto, en una u otra medida, a la familia Piñera Echenique).

Durante su gestión gerencial, doña Camila fue directa responsable (y quizá ‘ideóloga’) de las ilegalidades experimentadas por centenares de cajeros(as) subcontratados por esa empresa, la que incluso antes de la puesta en marcha del plan Transantiago, ya estaba violando flagrantemente los artículos 183-Ñ y 183-U de la Ley 20.123 sobre Subcontratación. ¿Quién autorizó y aplicó esas ilegalidades? Doña Camila Merino, hoy ministra del trabajo (vaya paradoja, ¿verdad?), quien contó para ello con la anuencia del directorio presidido por Pérez Errázuriz.

Este PDC de extrema derecha sigue siendo, ahora en el gobierno de Piñera, Director de METRO SA. Buena demostración de que la Concertación y la UDI-RN son dos caras de la misma medalla neoliberal. Recibe un estipendio de ocho millones de pesos mensuales por asistir a 3 o 4 reuniones al mes, y es el único concertacionista que ‘sigue vivo’ en el Directorio de esa empresa. En general, dentro del andamiaje del duopolio, la Concertación ha sido siempre  la cara subordinada, pero en el caso de Pérez Errázuriz resulta indistinguible su posición de la de sus colegas ultraderechistas del Directorio de METRO, como por ejemplo, el ex Patria y Libertad Domingo Arteaga Echeverría.

Anotemos, además, que Clemente Pérez Errázuriz está casado con doña Elisa Pérez Vergara, hija del ex ministro del Interior, Edmundo Pérez Yoma , el cual, en el gabinete de Michelle Bachelet fue, por lejos, el concertacionista que más impulsó y defendió la instalación de empresas termoeléctricas en Aysén, y de quién, hace ya un año y medio, el ex embajador de EEUU en Chile –Paul Simons- opinó oficialmente: “Pérez Yoma es un experimentado operador político, destinado a lograr la disciplina y el enfoque de la administración, a veces rebelde, de Bachelet” (cable publicado por Wikileaks).  

Obviamente, el ex embajador se refería a la ‘disciplina y  enfoque’ neoliberales, en beneficio exclusivo de las mega empresas insaciables, como hoy hemos comprobado que son muchas transnacionales.

Desde hace años –con la derecha dirigiendo el coro- se viene tejiendo una densa red económica-familisterial tendiente a estrujar Chile como un limón, pero bajo el disfraz de un progreso sustentado en la democracia…aunque ambos conceptos responden sólo a la definición que los predadores gustan dar. Era fácil, entonces, suponer que en el asunto del reajuste para el sector público tales redes comenzarían a funcionar.

Nuestro país no cuenta con propuestas diversas, serias y abordables en materias políticas de fondo, sino que existen dos bloques que en asuntos de economía, justicia, sociedad y relaciones internacionales, están demasiado cercanos uno del otro, al grado del traslape.. o de la mixtura fatal para uno de ellos. ¿Es algo novedoso todo esto? En absoluto, pues incluso por ‘acta de nacimiento’ es posible dudar de la autonomía e independencia de la Concertación.

Ver: http://www.generacion80.cl/noticias/columna_completa.php?varid=9091

Así, la derecha dura aplicó su máxima perenne: “el dinero es más fuerte”, y aprovechando las ansias de enriquecimiento fácil de muchos dirigentes concertacionistas, los llevó a su redil hasta convertirlos en parte del mismo gallinero.

Pero, al igual que en el arte culinario (donde el vinagre siempre se impondrá  por sobre el resto de los sabores), en política será la derecha quien obtenga los mayores réditos de cualquier alianza, mixtura, sociedad o acuerdo, realizado  con aquellos que un día dijeron ser ‘progresistas’. Estos últimos resultarán finalmente cooptados por el aroma del capital, mientras la derecha saldrá airosa y fortalecida imponiendo no ya una gran parte de sus términos, sino todos, absolutamente todos.

Fue lo que se vio en la “¿discusión?” del proyecto de reajuste…y es lo que Jocelyn-Holt cree que se verá también el año 2014.

arturoalejandro90@gmail.com



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Arturo Alejandro Muñoz


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