Una micro gigante

El presidente Leonel Fernández recientemente calificó de “micro-corrupción” y hechos aislados la corrupción existente en su gobierno y el Estado que dirige.

Los lentes de Leonel no son de aumento, sino de reducción hasta tornar lo gigante en invisible. Con esas gafas todo lo que no le reconviene se torna microscópico.

La corrupción del “opositor” PRD siempre ha sido caótica, aunque muy voluminosa; mientras la del gobernante PLD ha sido organizada como sistema de corrupción de Estado-partido-jefes.

Comenzó en 1996 asumiendo la herencia balaguerista, dado que las alcancías de Balaguer, contribuyeron a la espuria victoria electoral peledeista a cambio de impunidad.

Concebido para financiar al partido, ese sistema devino en oportunidad para enriquecer funcionarios y dirigentes, creando sus propias alcancías y las del “líder” predestinado.

Así surgieron:

-Nuevas redes de empresas formadas al vapor para venderle mercancías y servicios sobrevaluados al gobierno.

-Viejas empresas traficantes de influencias que trasladaron a nuevos destinatarios sus pagos de “peajes”.

-Numerosos contratos “grado a grado” 8sin licitaciones ni concursos) en el área de la construcción y para compra de servicios, materiales y equipos.

-Evasiones de impuestos y del pago de energía a favor de empresas preferidas del régimen.

-Fundaciones y ongs fantasmas, nóminas ficticias, exoneraciones, multi-empleos, botellas, nepotismo…

-Desfalcos de empresas públicas, ventas de bienes del Estado a precio de “vaca muerta” y apropiación ilegal del patrimonio nacional.

- Escándalos de robo al Estado y narco-negocios como el PEME, Sun Land, Barrick Gold, Metro, Quirino, Paya, Agosto, Atiemar…

-Fraudes protegidos en estaciones de gas propano.

-Uso de la policía, la Dirección Nacional Anti-drogas (DNCD), la Dirección Nacional de Investigaciones (DNI) y altos cargos militares para la asociación con la delincuencia común.

-Manejo antojadizo de los fondos de la presidencia y del despacho de la primera dama.

-Clientelismo y sobornos con fondos gubernamentales.

-Escandalosos privilegios en el Congreso, la JCE, la Cámara de Cuentas y la Suprema Corte de Justicia y Ministerios.

-Contrabandos tolerados por aduanas y frontera.

- Múltiples casos como el de Rodríguez Pimentel.

-Depredación consentida de las riquezas naturales.

-Estafas institucionalizadas y criminales como la del desayuno escolar

En todo esto, que tiene un jefe supremo, no hay nada “micro”, individual o aislado.

Por el contrario, estamos ante una gigantesca maquinaria de sustracción de  recursos públicos y “lavado” partidocrático y empresarial-privado. Ante un sistema delincuencial que ha hecho del Estado Dominicano, primero un Estado corrompido y corruptor; y, luego, un narco-Estado.

Realidad imposible de ocultar con recursos virtuales y “show mediáticos”.

Mega-realidad inocultable con la palabra “micro” en contraste con “híper”.

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Narciso Isa Conde


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