La presidenta Xiomara Castro denunció la manipulación fraudulenta de los recientes comicios del 30 noviembre en Honduras favor del candidato de tTrump, Nasry "Tito" Asfura y contra Salvador Nasralla y Rixi Moncada "en un proceso viciado por amenazas, coacción, manipulación informática del TREP (sistema de resultados preliminares) y adulteración de la voluntad popular".
La presidenta hondureña también condenó la descarada intervención de Trump, quien, según ella, «amenazó al pueblo hondureño» si votaban por la candidata Rixi Moncada, a quien el mandatario estadounidense tildó de «comunista».
Trump dio su apoyo a Asfura e indultó al ex presidente hondureño Juan Orlando Hernández (2014-2022), condenado a 45 años de cárcel en Estados Unidos por narcotráfico.
Las denuncias de fraude están basadas en sucesivos fallos informáticos que han afectado el conteo y la difusión de resultados, a cargo de la empresa colombiana ASD, cuya pinta no es muy conocida.
Trump, -usurpando a distancia el rol de juez electoral- declaró por su cuenta en X que los comicios "fueron íntegros" y que «no hay ninguna evidencia creíble» para que sean anulados; como si hubiera evidencia increíbles.
La intervención de Trump está motivada por su interés de conformar un bloque de presidentes neofascista en América Latina, descartando incluso al derechista Nasraslla considerándolo también «casi comunista», un nuevo invento trumpista.
Sus preferidos son los presidentes de El Salvador, Nayib Bukele, Noboa de Ecuador, Javier Milei de Argentina y el sucesor de la Bouluarte en Perú (tres de ellos montado en graves crisis nacionales); mientras Kast es su opción en Chile; y les siguen en sus preferencias, precisamente por lacayos, los presidentes de Costa Rica, República Dominicana y Panamá, los cuales han apelado a la dócil OEA para intervenir en Honduras
Y mientras Honduras tardó en conocer el nombre del presidente electo, las protestas se adueñaron de las calles y el fiscal general Johel Zelaya, solicitó a Interpol cumplir una orden de captura contra el expresidente Hernández, librada en 2023 por "delitos de lavado de activos y fraude"
Por su parte, la mandataria saliente, Xiomara Castro, en otra concluyente, planteó de esta manera sus valoraciones sobre las descardas intervenciones de su colega estadounidense:
"Los conservadores de Washington han tomado la decisión de aliarse con el narcotráfico, con el crimen organizado y las maras que durante doce años y siete meses operaron con impunidad desde el propio Estado. Esas alianzas buscan restaurar el orden viejo que convirtió a Honduras en un narco-estado, obligó a miles de hondureños a emigrar y pretende impedir que el pueblo avance en su proceso de refundación".
El calificativo solo de "conservadores" resulta suave ante la carga neofascista y criminal presente en el lumpen imperialismo estadounidense, movido en el caso de Honduras, por la afinidad esencial, neofascista y empresarial con Nasry "Tito" Asfura y el narco-presidente Juan Orlando, uno de los grandes propietarios del Partido Nacional.
