Disolviendo la problemática colombo-venezolana. Las cinco comisiones estratégicas bilaterales

Actualmente estamos pasando la página. Los tiempos de guerra están quedando atrás. El impulso de un proceso de reestructuración y rediseño de las relaciones bilaterales entre Venezuela y Colombia evidencia la voluntad política por superar los problemas diplomáticos y comerciales comunes.

Hemos visto como se ha incrementado la intensidad en los niveles de cooperación entre ambos gobiernos a partir de la presencia del canciller Maduro en la toma de posesión del gobierno del nuevo mandatario colombiano y posterior encuentro presidencial en Santa Marta, Colombia. Pareciera que se está augurando las posibilidades de disolver la problemática histórica existente entre ambos pueblos.

En ese sentido, el esfuerzo mancomunado de los gobiernos le está develándole al mundo una “nueva forma de gerenciar la diplomacia” la cual se puede denominar: “Diplomacia Interactiva”, en donde los actores principales del conflicto participan directamente en la búsqueda de soluciones para disolver de una vez por todas la problemática planteada.  

Recordemos que las relaciones políticas y comerciales se venían deteriorando, y los diversos problemas que la componen afectan de igual manera a ambas sociedades (pobladores fronterizos, empresarios, comerciantes y gobiernos fronterizos).

Las consecuencias del antagonismo político-ideológico, exacerbado en los dos últimos años, ha hecho mella en los niveles de intercambio comercial que históricamente favorecía a Colombia, de hecho, para el 2008, por cada dólar exportado por Venezuela importaba 5,34 dólares desde Colombia, y para el primer trimestre de 2010, las exportaciones industriales colombianas a Venezuela habían caída en 85% con respecto al año 2009. De igual manera, se intensificó el contrabando y aumentó el desempleo fronterizo de los dos lados de la frontera. 

Ante ese panorama, las máximas autoridades ejecutivas y legislativas de ambos países han decidido abordar la problemática existente en su justa dimensión: en lo político, lo económico, lo social, la seguridad y lo jurídico. Esto permite afirmar que las actuales relaciones diplomáticas y comerciales entre ambos países se está rigiendo por el principio holístico, es decir, en donde la coordinación y la integración se combinan para identificar las oportunidades, amenazas y diferencias, y así avanzar en función de alcanzar un nuevo tipo de relaciones bilaterales.

El tratamiento de la problemática existente vista como una totalidad, es el objetivo central de las cinco comisiones presidenciales, donde en este primer momento, están planeando la manera como interactuarán ambos países para tomar las medidas al respecto. Asimismo, se están determinando los participantes, los objetivos, las metas y los escenarios ideales.

Sin embargo, en un segundo momento, deberán estudiar los cursos de acción, proyectos, programas y políticas adecuadas para ir reduciendo o cerrando las brechas que permitan disolver definitivamente problemas comunes entre ambos países. En un tercer momento, deberán determinar los recursos necesarios que ambos países requerirán para cada una de las actividades específicas acordadas, para cuándo se necesitarán esos recursos y fuentes de financiamiento. Y finalmente, un cuarto momento, que sería la fase de implementación y control, que es donde se determinarán los actores políticos, económicos y sociales responsables de la ejecución de los proyectos y actividades acordadas, cuándo deberá hacerse, y asegurar que las asignaciones de recursos sean ejecutadas con base en lo proyectado y produzcan los efectos deseados por ambos países.

Todo esto exige un “esfuerzo colectivo” entre las autoridades competentes de ambos gobiernos, así como de las comunidades, grandes y pequeños empresarios, gobierno municipales fronterizos, entre otros para impulsar unas relaciones que tienda a estabilizar las relaciones diplomático – comercial entre ambos países. 

Es una nueva etapa en el proceso de integración que tiene que ahora retroalimentarse de buena voluntad, esfuerzo colectivo y fundamentalmente de honestidad. Es un tipo de relaciones que va acorde con las exigencias de la sociedad colombo – venezolana y que como consecuencia beneficiará a la región latinoamericana.

Desde hace mucho tiempo, las comunidades, empresarios, militares, campesinos, mujeres, estudiantes y otros esperaban este esfuerzo unitario. Un sueño histórico que se había convertido en un reto perenne, pero que ahora desde idealismo se está pasando al pragmatismo. ¡Pareciera que el sueño histórico se está convirtiendo realidad¡

Aunque queda mucho camino por recorrer, hay que felicitar el esfuerzo conjunto de ambos gobiernos por frenar, en un primer momento, el deterioro que venía mostrando las relaciones bilaterales de ambos países. Asimismo, hay que apostar al mejor escenario futuro para que veamos una nueva realidad que ayude arrojar mejores estadísticas en las relaciones político-comerciales.

(*)Econ. Diputado (Parlamento Andino)

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Andrés Giussepe(*)

Doctor en Gerencia, Especialista en Política y Comercio Petrolero Internacional y Economista de la Universidad Central de Venezuela. Secretario Nacional del Movimiento Profesionales de Venezuela.

 agiussepe@gmail.com

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