09-12-25.-Oscar Figuera sostiene que debe construirse una opción política diferente a las encabezadas por Nicolás Maduro, por un lado, y María Corina Machado por el otro, para darle al país posibilidades de desarrollo con respeto a la soberanía del país.

Militante del Partido Comunista de Venezuela, conocido como PCV-Dignidad, indica que no debe permitirse que en nombre de la defensa de la soberanía nacional se sacrifique el respeto a los derechos humanos, políticos y sociales.

“La lucha contra el imperialismo no puede llevarnos a perder de vista el papel que cumplen gobiernos como el de Nicolás Maduro que con una política fraudulenta hablan de socialismo, hablan de revolución, hablan de bolivarianismo, mientras están pisoteando y masacrando los derechos del pueblo”, sentencia Figuera.

En la legendaria sede del PCV, en la esquina de Cantaclaro en la parroquia San Juan de Caracas, conversamos con Oscar Figuera sobre la coyuntura política que se ha vivido en 2025.

-El 2025 ha sido un año marcado por la incertidumbre e inestabilidad. ¿Cuál es el balance que hace como diputado? ¿Qué es lo que más destaca en términos políticos para el país?

-Como diputado tendría que decir que la Asamblea Nacional realmente es un espacio de irrespeto al propio derecho de ser diputado a lo que es un acto de voluntad popular. Un espacio donde cualquier opinión disidente no se respeta. Se llega al extremo, que un diputado de la oposición que nosotros llamamos colaboracionista, en un punto donde se aprobó un acuerdo sobre Irán, hizo una referencia a los derechos de la mujer y se llegó a exigir que se sacara su intervención del acta, que no se mantuviera. Eso es un derecho del diputado, a esos extremos se llegan.

“En mi caso no tengo derecho a palabra. Entonces, yo lo que hago es ir a la asamblea para abstenerme en la aprobación de puntos, que generalmente no conocemos, no sabemos cuál es el contenido de las leyes. Lo hago para que quede registro de que no hay unanimidad. Cuando ahí se vota algo por unanimidad es porque generalmente yo no estoy, por alguna razón”, indicó Figuera.

Sostiene que “la Asamblea Nacional es un espacio de control, de legitimación de política, de violación de derechos, de aprobación de leyes exclusivamente en la línea que el Gobierno quiere presentar como avance de democracia, que son en la práctica restricciones de libertades democráticas”.

“Recientemente aprobaron normas que llevan a un control social de la población, teniendo en cuenta una realidad que es la amenaza extranjera, pero que en vez de empujar hacia la democratización interna, lo que les está permitiendo es construir instrumentos de mayor control interno”, dijo Figuera.

La amenaza externa

Agrega que “la amenaza externa creíble y tangible termina siendo usada por el gobierno de Nicolás Maduro, y por todas las instituciones del Estado venezolano que están bajo su control, como justificación para profundizar la represión, para profundizar el carácter autoritario del gobierno, para continuar violando los derechos humanos, los derechos sociales, para continuar destruyendo el salario, las prestaciones sociales, los derechos de los trabajadores, o sea, para seguir en suma, violando la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela”.

“Podríamos decir que una de las características de este año es la continua violación y profundización de la violación de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, la profundización del carácter autoritario del gobierno ilegítimo e ilegal de Nicolás Maduro Moros”, sentencia.

-¿Por qué usted dice que es ilegal?

-Ilegal porque aquí hubo un proceso el 28 de julio del 2024, donde no hay unos resultados que podamos conocer. El CNE no terminó de cumplir sus funciones. Se sustituyó su rol por otros instrumentos del Estado que no tenían por qué validar unos resultados inexistentes y, por tanto, Nicolás Maduro es un presidente de facto que se juramentó el 10 de enero sin que se dieran unos resultados del Consejo Nacional Electoral. Eso lo hace ilegal.

-¿Por qué dice que es ilegítimo?

-Es ilegítimo porque el rechazo masivo de la sociedad venezolana, de la población venezolana sigue creciendo, incluso en un contexto tan complicado como el que estamos viviendo, donde debiese haber una unidad patriótica frente a la amenaza de agresión.

“Incluso en este escenario, no hay en torno al gobierno de Nicolás Maduro, ni en torno a él, un proceso de unidad nacional, como la dicen ellos o patriótica, como la denominamos nosotros, frente a las amenazas de agresión interna. Entonces es ilegal e ilegítimo”, reafirma Figuera.

-Si eso que usted dice es verdad… ¿Por qué en estas condiciones el gobierno se mantiene? ¿Qué le ha hecho falta a las voces opositoras, al movimiento popular para generar un cambio en el país? ¿Qué impide que estas cosas sucedan?

-Nosotros hablamos de un cambio democrático. Es un cambio con base en la Constitución, debe ser un cambio que aspiramos sea en paz. Siempre hay violencia en las confrontaciones políticas que se disputan el poder, pero aspiramos que sea en paz para que nuestro pueblo, además del sufrimiento que tiene hoy, no llegue a un momento de caos total, de violencia generalizada.

“Nosotros podríamos decir que apostamos por una salida democrática, pacífica, popular, donde el pueblo tenga un protagonismo y donde la Constitución sea referente obligatorio de este proceso”, sentencia.

Fuerza y división

-¿Qué ha faltado?

-Hay que reconocer que el Gobierno ha hecho una política para dividir al movimiento social, al movimiento popular y a los actores de izquierda. Una política represiva, una política de persecución, una política de terror, una política de amenaza. El año pasado avanzamos en el esfuerzo de construir el Frente Democrático Popular y toda nuestra acción -que fue en el marco de la Constitución y la legalidad- tuvo una respuesta hostil.

-¿En qué se refleja esa afirmación que usted hace?

-Enrique Márquez preso, secuestrado, sin siquiera saber hoy de qué le acusan. Sin derecho a la defensa. Por ejemplo. También está el caso de María Alejandra Díaz que tuvo que asilarse en una embajada e irse del país. Juan Barreto lo secuestraron en su casa y no le permitían salir. A mí se me vituperaba, acusándome de agente de la CIA de manera permanente en la medios del Estado.

Destaca que el movimiento sindical también “ha sido agredido”, lo que complica la acción ciudadana.

“Sindicalistas y otras corrientes organizaron una actividad para el jueves pasado (04/12/2025), se trataba de un encuentro nacional donde se iba a presentar una proclama y lo que hicieron fue, una semana antes metieron presos a dirigentes de la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV) que eran parte de ese esfuerzo. Metieron preso al presidente de la Federación de la Construcción. Los secuestraron, porque más que presos son secuestros realmente, hay que decir la palabra real”, sostiene el diputado ante la Asamblea Nacional.

Indica que esa política termina por inhibir las acciones de los activistas: “Eso produce terror en muchos sectores”.

“Hay quienes mantienen la línea de acción, pero hay otros que empiezan a reflexionar en este momento sobre su seguridad. El gobierno ha utilizado la herramienta de la persecución, del terrorismo, de la represión para golpear los procesos de acumulación de fuerzas, de unidad, de articulación que desde distintas corrientes del movimiento obrero, del movimiento político, del movimiento de los trabajadores se han intentado en el transcurso de estos últimos dos años”, afirma Oscar Figuera.

Aparte del accionar desde el poder destaca que “las diferencias sobre cómo analizar la realidad y asumirla han producido una dispersión inmensa de todas las corrientes que nos oponemos a lo que es la política y la actuación del gobierno encabezado por Nicolás Maduro”.

“Es la propia división de las corrientes democráticas, unida a la política de terror del gobierno y de persecución, lo que ha impedido que se consolide un esfuerzo de encuentro y de construcción que permita presentar una opción distinta a los dos polos del desastre nacional”, reflexiona el integrante del Buro Político del Comité Central del Partido Comunista de Venezuela.

Donde están los polos

-¿Quienes representan esos dos polos?

-Para nosotros los dos polos son el que encabeza Nicolás Maduro y el otro es el encabezado por María Corina Machado que pide la intervención militar en el país. Ninguno de los dos son salidas que le sirvan en el pueblo venezolano. Hay que construir una opción que sí le sirva. Debe ser democrática, popular, constitucional, electoral.

-¿Cómo se construye es opción?

-Hay que convocar unas nuevas elecciones presidenciales, porque si el CNE no dio los resultados, si ese proceso no concluyó, y si hoy ya eso no es creíble, hay que convocar unas nuevas elecciones.

-¿Ese proceso puede ir más allá de la izquierda? ¿Va más allá de la visión marxista leninista del PCV?

-Lo que nosotros hemos dicho, es que debemos trabajar por la más amplia unidad más allá de la izquierda.

-¿Cuáles son los límites? 

-Los puntos que acotan ese proceso unitario están en alejarnos de los dos polos responsables del desastre nacional. Ni con Nicolás Maduro y quienes se identifican y defienden el plan de destrucción nacional que él encabeza. Ni con María Corina Machado, mucho menos, que pide una invasión a este país. Vamos a conversar con todo aquel que no se cuadre con esos dos extremos del desastre nacional y esté dispuesto a converger en una salida democrática, popular, constitucional, electoral.

-¿Cuál es la responsabilidad del Partido Comunista de Venezuela de que Venezuela esté en esta situación? Ustedes apoyaron a Chávez y apoyaron a Nicolás Maduro.

-Todos tenemos responsabilidad. Hay unos que tienen más y hay unos que tienen menos.

-¿Pero cuál es la responsabilidad del gallo rojo en esto? ¿Fue un error apoyar a Nicolás Maduro?

-Vista la evolución de la realidad: ¡claro! La historia nos dice que fue un error. En aquel momento nosotros considerábamos que, incluso la condición de dirigente político de la izquierda, salido de la Liga Socialista, había una posibilidad de construcción de un proceso mucho más inclusivo. El se reunió con nosotros y nos dijo: «Yo no soy Chávez, los invito a todos”. Eso fue su discurso inicial, pero luego se hizo más autoritario que cualquier persona y en eso se ha convertido su gobierno.

“Para su segunda elección aquí en el Teatro Cantaclaro le planteamos, que lo apoyaríamos si asumían un compromiso con nosotros. Entonces, fue cuando se aprobó aquel acuerdo de 20 puntos, para enfrentar la crisis nacional, donde ellos se comprometieron en un conjunto de cosas. Nicolás Maduro estuvo aquí, eso fue lo que convenció al partido para apoyarlo. Lo apoyamos sobre la base de ese programa y no fue posible luego avanzar en nada”, justifica Figuera.

Indicó que para las elecciones a la Asamblea Nacional del 2020 ya se planteó “una ruptura y un deslinde con el gobierno”.

“Allí quedó claro que su acción apuntaba a la destrucción del salario, destrucción de los derechos a la sindicalización, destrucción al derecho a la convención colectiva, represión, persecución, autoritarismo, despotismo, compromiso con grandes capitales que expresan los intereses de un capital transnacional y de un capital construido en base a la corrupción”, señala Figuera.

Agrega que en esto “coinciden Maduro y María Corina, que también expresa los intereses de los empresarios, pero de otros sectores del capital. Por esas razones de clase, nosotros no apoyamos a ninguno de los dos sectores”.

-¿Cuáles son las acciones del Partido Comunista en el corto plazo para tratar de avanzar hacia ese cambio que ustedes plantean?

-Estamos coincidiendo con otros sectores en la necesidad de construir una propuesta política frente al país, una propuesta política que no sea ni la continuidad de Nicolás Maduro, en el poder, ni la intervención extranjera. Entonces, eso amerita, de un un amplio abanico de sectores que coincidamos. Eso implica la necesidad de presentar una propuesta política. Una propuesta política donde uno de sus centros es el tema electoral.

-Frente a la amenaza externa: ¿cuál es la posición de su partido?

-Total rechazo a cualquier tipo de intervención extranjera en nuestro país. El problema de la amenaza externa del imperialismo estadounidense, no solamente es contra Venezuela porque viene a aplicar una nueva la doctrina Monroe según ellos mismos lo han señalado.

“Es necesario empujar un proceso de rechazo a la presencia militar norteamericana en el Caribe o de cualquier otra potencia. Hay que condenar todo tipo de acción, de intervención en Venezuela o en otros países”, sentencia Figuera.

Hace énfasis en que “la lucha contra el imperialismo no puede llevarnos a perder de vista el papel que cumplen gobiernos como el de Nicolás Maduro que con una política fraudulenta hablan de socialismo, hablan de revolución, hablan de bolivarianismo, mientras están pisoteando y masacrando los derechos del pueblo y dispuestos a entregarle a los propios Estados Unidos si los dejan en el poder”.

“Ellos no son garantes de la soberanía. El cambio debe ser de forma democrática, popular, constitucional, electoral y también una propuesta contenido soberano”, dijo finalmente el diputado ante la Asamblea Nacional.