24-11-25.-Tender puentes. Esas son las dos palabras que defiende el activista Santiago Arconada y una de las razones que lo suman a la iniciativa unitaria contra la guerra y a favor de una negociación política que el pasado jueves se pronunció en la UCV.
«Quiero tender puentes a mucha otra gente que tiene dificultad para asistir porque interpreta cosas que pudieran tener algún viso de inconsistencia, pero que no son en modo alguno la expresión del espíritu de quienes estamos aquí», subrayó.
-¿Es un acto gobiernero?
-Creo que, para que no resulte ser un acto en el que nuestro enfrentamiento a la agresión militar estadounidense sirva de cobijo al gobierno de Maduro; para que nuestro enfrentamiento digno y contundente a la pretensión de agredir a nuestro país no permita que se cobije la pretensión del gobierno de Maduro de que no ha pasado nada, debemos decir que: con la misma fuerza que reivindicamos la soberanía nacional agredida por la Armada estadounidense, vamos a defender la soberanía popular agredida el 28 de julio de 2024 con el fraude electoral.
-¿Cómo se restituye la soberanía popular?
-Nos metemos en otro tema: en el tema de por qué este acto es bueno. Este acto es bueno porque hay que encontrarse, hay que juntarse. Tu pregunta alude a un escenario tremendo, que es el escenario de la incertidumbre. Cuando solamente tienes como alternativa calártela, porque no hay otra alternativa, te relacionas con eso que te estás calando de manera distinta si hay claridad. Siento que en este tiempo de la amenaza militar fue posible que eclosionara con tanta fuerza la noción de que lo que pasó el 28 de julio fue un fraude, y ya eso es una conquista. Ya no hay ni siquiera la pretensión, por parte del gobierno, de decir que es mentira. No. Es fraude como el de 1952 de Pérez Jiménez contra Jóvito, como el de 1993 contra Andrés Velásquez. Fraude. Me dices «hemos tenido fraude», y sí, hemos aprendido a vivir. Pero una cosa muy distinta es que te relaciones con eso como un hecho histórico consolidado como fraude.
Refiere que «hay gente amiga del oficialismo que, cuando habla contigo en confianza, te dice ‘sí, cuando el pueblo se equivoca, el deber de la vanguardia es corregirlo’. Te están justificando el fraude porque están corrigiendo el error que el pueblo cometió, según ellos, el 28 de julio. Pero eso significa la evidencia de que enfrentarse al hecho del fraude es imposible».
El desafío de unir a distintos sectores en esta coyuntura «es más difícil, y para el manejo de eso hay que tener claridad en que debemos reconocer nuestra propia biodiversidad, las diferentes pieles, diferentes epidermis, diferentes sensibilidades, las cosas que nos duelen a muchos y que a otros les parecen más banales».
Arconada subraya que se debe partir «del reconocimiento de lo que existe para poder cambiarlo», y ya eso será ganancia.
-¿Ve voluntad de diálogo en el gobierno?
-No. Tengo la sensación de que el modo como al gobierno de Estados Unidos se le encarató la situación venezolana, funciona como el sostén de la sonrisa que el ministro de Relaciones Interiores sostenía en su programa. Se les enredó el papagayo, se tienen que regresar y la consecuencia es el fortalecimiento tremendo que eso le representa al oficialismo, que tenemos que llamar forzosamente el gobierno.