Las angustias de Chávez, poder popular o nada

Ya es hora de que cada uno asuma sus propias responsabilidades; es una sinvergüenzura contrarrevolucionaria que pusilámines y perezosos esperen cómodamente a que el Presidente se entere y actúe. Ya es hora de que algunos personajes con poder oficial hablen de política, de socialismo, den la cara con su nombre y apellidos y corran riesgo por nuestro proceso.Roy Chaderton Matos[1]

En muchas oportunidades he sostenido que cada "Aló Presidente" se convierte en una escuela de formación ideológica y de gestión. Cada “Aló Presidente” aporta elementos para esta importante actividad de fortalecer nuestro niveles de conciencia y observar cómo evolucionan  (o involucionan) las políticas públicas. En las últimas ediciones del programa Chávez  ha hecho énfasis en su función contralora y al darse cuenta que las políticas no caminan al ritmo que reclama el proceso; las angustias y molestias se asoman  muy rápidamente.

Esta edición 349 no fue distinta; Chávez estuvo centrado en algunos puntos y  en una parte del programa volvió a retomar el caso de
la empresa maderera creada recientemente y bajo el control de la CVG. Cuando Rodolfo Lanz era enfocado por la cámara, se percibía la angustia y preocupación de este camarada, porque supongo que él también observaba la angustia del Presidente. Por ratos se veían a los ministros tomar apuntes que uno supone quedan luego en los cuadernos porque las críticas y autocríticas son las mismas y los problemas son igualmente los mismos.

Chávez manifestó muchas preocupaciones y angustias pero dos o tres (en mi opinión) han debido retumbar en la cabeza de de los ministros. Chávez advirtió que la idea de conformar empresas, no es si, el objetivo del proyecto. Manifestó,  para argumentar esta idea, que este reto no responde simple y sencillamente a la producción de mueble u otro bien. El objetivo ha de estar  centrado en la formación del hombre nuevo y justo  cuando explicaba el alcance del objetivo; el Comandante  hizo referencia a un pensamiento del Che y volvió repetir una recomendación que ha hecho cientos de veces, sobre la necesidad de estudiar los temas y problemas que están en el centro de las políticas públicas. Este objetivo  tan simple y fácil de darle sentido y contenido a los proyectos no ha penetrado aún en la cabeza de nadie y vemos por ahí una gran cantidad de empresas que pueden terminar resultando una gran carga para el Estado y la revolución, porque carecen de rostro y corazón. Su creación o conformación han de ser piezas claves del proceso de conformación de las comunas, pero están como huérfanas sin que en ellas la participación.

En talleres y encuentros en los cuales se intenta discutir el tema, uno oye que las cosas no avanzan por falta de una legislación o existencia de un “vacío jurídico” que impide ponerle corazón, rostro y sentido a esos proyectos socioproductivos. Es una razón o “justificación” que está convirtiéndose en una enfermedad o en una flojera institucional descomunal.

El otro aspecto relevante de este "Aló Presidente", que en nada se distancia del anterior, toma sentido en su insistencia en el tema de la comuna y la falta de una sistematización de esfuerzos institucionales e interinstitucionales para darle definitivamente salida a una línea política. La construcción de las comunas es un espacio para la coordinación de políticas y Chávez sugirió, que cada acción ministerial debe estar conectada con esa política.  Es posible que haya muchas comunas decretadas en el país pero su existencia no va más allá de una decisión que se registra en un papel con un territorio o Consejos Comunales identificados pero sin poder ni capacidad para trabajar en lo sustantivo de un proyecto como este.

Chávez se vio en la necesidad de emplazar a sus ministros ante el país para hacerle saber que conoce de las deficiencias. Pidió nuevamente (¿Cuántas van ya?) su apoyo para hacer las cosas que hay necesidad de hacer y en sus tiempos,   porque hacerlas ayuda en el avance  de la revolución. En el curso de esta intervención, Chávez soltó otra frase en la cual se resume parte importante de su preocupación y que sin lugar a dudas, es la clave más importante de este proceso. Chávez dijo PODER POPULAR O MUERTE y no deja de tener mucha razón en la alerta.

Cabe esperar ahora que los ministros y funcionarios en cada uno de los niveles de gobierno entiendan esta necesidad, porque la frase que en una oportunidad dijera Fidel Castro, de un Chávez alcalde de todos los pueblos de Venezuela y haciéndole seguimientos a las instrucciones que da a los funcionarios, no parece ser un evento saludable para la revolución.

evaristomarcano@cantv.net


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Evaristo Marcano Marín


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