Reflexiones sobre la venezolanidad (yo soy venezolana) y nuestra lucha para el Socialismo

En fortuna, mi venezolanidad, mi cultura venezolana petrolera, caribeña-andina, afroespañola-indígena, da lugar a que tenga un espacio de tiempo (vacaciones de navidad) para compartir con quienes quiero, no tanto como quisiera y no con todos los que debería o llevo mas adentro aun. Como tanto como se ofrece y no me alimento como debería, en ritual decembrino compartido y colectivo; y pienso, primeramente en nuestro socialismo bolivariano y hereje que respeta todas las fiestas católicas, en tanto las fiestas me permiten re-ver todo lo que pasa: un presidente imperialista Premio Nobel a la Paz Imperialista hecha Guerra, todos y todas los secuestrados, retenidos, juzgados o convertidos y convertidas en mercancía politica por alguna u otra opción, o estrategias y tácticas políticas-bélicas, tanto en nuestra América, como en otros países bélicos o víctimas de estos otros, el desplome real de las Naciones Unidas como espacio internacional diplomático internaciones dramáticamente constatados mundialmente en Copenhague “2012”. El consumismo de todo tipo que nos arropa, nos arrastra, nos emborracha y nos envilece ciertamente: los excesos, las incoherencias, las muertes, las carencias, y aun así todos los logros de la gente de a pie, valiente y luchadora en todos los países, espacios poblados del mundo, aun en medio de guerra, el terrorismo, la inseguridad, la miseria,el derroche, el orden opresor-represor, el ordenamiento y el sojuzgamiento individual y colectivo , viven y nos dan ejemplos todos los días.

Me encuentro ahora en Mérida andina turística Suya-ULA, rodeada de raíces y raicillas de lo que es mi vida, desde la niñez, adolescencia, estudios universitarios, amores desamores y tránsitos hacia la lucha política, desde la casa, desde el marxismo leninismo, la izquierda, por un comunismo-socialismo en aquellos tiempos, creyendo siempre en los poderes creadores del pueblo, siempre antiimperialista, latinoamericanista, internacionalista, y luego desde la perspectiva consciente del materialismo histórico, regionalista y ecologista por unos años. La máquina del tiempo que te tropieza de pronto con los hijos de tus panas de la adolescencia o los vecinos de la calle donde ya no vives hace muchos años. Se va la luz a cada rato -ahora las plantas de luz, las linternas, las velas se sobrevaloran (pero tenemos un satélite en el espacio)- , hay violencia subrepticia, matraqueo policial día y noche, hay tensión, mucha montaña, bella luz de las mañanas, ritmos decembrinos, olores de campo que aun impregnan la ciudad universitaria y llena de ventorrillos de colitas y ropa interior colombiana en lo que antes fueron cafés.

He tenido tiempo para leer, libros, revistas y leer en Internet (cuando hay luz en las noches, el día es para los amores de familia y amigos) las páginas, revistas y blogs pendientes durante el año, los locales, nacionales, regionales, internacionales, las bases de datos FAO, WTO, UICN, ecolex, Unión Europea, RAPAL, etc...Consigo las opiniones variadas y diversas de nuestra excelente cartelera virtual de la venezolanidad política: aporrea.org, documento magnifico para los arqueólogos-políticos del futuro en apoyo del discernimiento y explicación de nuestra era política socialista del S.XXI.

Todo ello me ha permitido redimensionar y reafirmar la reflexión para opinar, que seguimos olvidando la perspectiva de lo no urbano, lo no urbanizado, lo no-ciudad. Si hacemos un análisis del discurso de documentos en internet, de los artículos impresos, de la reflexión, opinión, propuesta de cómo debe ser la sociedad venezolana, la cuenta que saco aun es que la lente del desarrollismo petrolero, la impronta progresista- desarrollista-civilizadora de los sesenta y setenta del siglo XX prevalece aun, en la visión de futuro de nuestro imaginario político sobre lo que debemos ser en socialismo. Reflexiones como Sobre la venezolanidad II: La ciudad como principal instrumento socialista ( Martínez, F . Aporrea, 27/12/09) llaman la atención, en su enfoque sobre la ciudad como espacio para la convivencia común, ciudadanos y habitantes de ciudades no son la misma cosa. Y el espacio social no es solamente una ciudad, tal visión si es una ortodoxamente burguesa en lo que a  convivencia social  se refiere, en mi opinión. Es por ello que levanta tanta letra y tinta, encuentros y revistas sobre  teoría de poblamiento, enfoques de desarrollo, criterios de urbanismos en espacios agrarios etc…

La ecología (termino en boca de todos y todas), ciencia para unos, de las que muchos hablan, viajan, y viven a sus costillas en nombre de la humanidad, ahora corre el peligro de ser entendida como la fase superior del ambientalismo (otrora conservacionista), la ecología desde lo urbano y citadino, sigue poniendo, al igual que durante los siglos XIX y XX, la naturaleza en la acera de enfrente. El desafío: adecuar nuestra venezolanidad permanentemente al mundo que se nos abre por la democratización del conocimiento (y su liberalización consecuente), ponernos serias y serios en las categorías de análisis políticos responsablemente e ideológicamente, y debatir, felicitarnos por el intercambio de opiniones comunes o distintas y sobre todo, no caernos a cuentos nosotros y nosotras mismas: somos un país  colonizado, petrolero, dependiente, con un pueblo alegre, ideológicamente aun reprimido por un consumismo sincrético y cultural que conlleva por ello a una lucha política cruenta liberadora y larga, de largo aliento. Nuestra venezolanidad nos ha dado un punto de partida mas allá de cero, y por ello, a estas alturas de nuestra historia, ya no pensamos que el socialismo es es repartir monedas en los barrios, como en la marcha para pedir la mano de la princesa Jazmín en Aladdín de Disney. ¡Por favor!

(*)UBV - Caracas

caquetia@gmail.com  


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Carina Salazar(*)


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