Las elecciones internas en el PSUV y la muerte del pasado

La oposición venezolana trivializo la construción del conocimiento y la teoria sobre el socialismo bolivariano del siglo XXI, que el gobierno revolucionario venia anunciando desde la candidatura en 1998 de Hugo Chávez. No era cosa de creerla, ya que sus estudiosos y científicos sociales lo sabían, lo intuían y lo imaginaban. Pero los conductores y seudos líderes de la variopinta y miope oposición estaban visualizando definitivamente la muerte de sus esquemas de partidos y las formas, las practicadas, las imaginadas y las vendidas democracias que los corono en la cúspide de la inmoralidad y la corrupción. Con el proceso interno, que el PSUV ha creado para conformar, seleccionar y elegir a sus representantes, muestra lo novedoso del sistema y método, y profundiza un modelo democrático participativo que da muerte a la forma tradicional de la escogencia de sus candidatos, que se instauró en el pasado, por parte de los partidos tradicionales que hacian vida política desde la fundación de la república hasta concretar los acuerdos firmados en el Pacto de Punto Fijo. Ahora, se dejan atrás los vicios perversos con fórmulas completamente nuevas, sanas y transparentes.

Todas aquellas fragilidades (erramos o inventamos) que se venian planeando desde 1998 han dejado un sabor, que para muchos era (MAS, Causa R, Bandera Roja, etc.) muy amargo de tragarlo, prefirieron huir que probar el remedio. Hoy, vemos que la dosis lanzada por la rectora y presidenta de la Comisión de Registro Civil y Electoral del CNE, Sandra Oblitas, ofrece poner toda disposición tecnológica y operativa del organismo electoral, para apoyar cualquier proceso electoral interno de los partidos políticos, sean aliados al gobierno como de la oposición, con el objetivo de garantizar y fortalecer las instituciones y la democracia en el país. Esto, pone a los partidos a declarar sus muertes, a preparar sus tumbas y sus entierros en contra de sus propias voluntades. Pero al mismo tiempo, el CNE les ofreces, darle sus actas de nacimiento que otorga la constitución bolivariana. No es un parto forzado, ni un aborto, ni un nacimiento prematuro. Pues, eso se venia creando con la fertilización “in Vitro”, o sea con la constituyente, que luego parió la nueva constitución del 1999. Lo que pasó fue, que los invitados a la boda democrática de la constituyente, testigos, padrinos, cuñados, hasta parientes cercanos se rehusaron a creer y aceptar el matrimonio entre el pueblo y su líder indiscutible, y luego que la criatura nació comenzaron a declararla ilegal, a desconocerla. ¿Y qué tenemos hoy? Un grupo de apátridas que anhelan los clones del norte, con cáncer incluido. Como no llegó a cuajar el clon Pedro Carmona, el resto intenta clonarse a si mismo con métodos ilegales, oscuros y subterráneos. Tal como lo intenta el filósofo del Zulia, armando un peligroso juego de divisionismo territorial por mandato del imperio. Cómo pretenden ser candidatos auto nominándose, sin pasar ni cumplir con la constitución, la ley de partidos políticos, y la elección de base de sus “militantes”. Como dice Mario Silva, ¡¿y a ti quién te eligió?! Creo que esta frase es la cruz para espantar a esos bichos raros antidemocráticos. Todos, debemos repartírselas a cada uno de esos clones autocandidatiados.

Parte de la esencia de la dinámica del proceso, ha sido el aprender y asimilar los errores, evaluar las decisiones, y presentar sus correcciones para hacer avanzar los proyectos y la revolución misma como sistema político, democrático participativo y protagónico. Por otra parte, aprovecho la ocasión para lanzar una propuesta, que espero sea evaluada por los organismos e instituciones del estado venezolano. Debemos crear voces legítimas que representen a los venezolanos que nos encontramos en el exterior. No basta los autonominados o puestos a dedo, eso es el pasado, ya es hora de someternos todos al examen democrático. La constitución nacional establece en sus artículos 62 y 67 el derecho a este principio. Esta sería, una vía para todos aquellos que vivimos en el exterior y seamos cobijados por los beneficios que nos otorga la ley por derecho. Desde el gobierno se debe comprender, que los que salimos, por una u otra razón, no nos encontramos viviendo la gloria de la riqueza ni de las garantías o protecciones que supuestamente gozamos. Asimismo, deben abrirse caminos para que nosotros contribuyamos con nuestra seguridad social. Alguien debe lanzar un salvavidas para aquellos que por muchos años fuimos unos desempleados por la cuarta republica, y comprender los años de dura vida por la que pasamos en el exterior, sean éstas de orden de seguridad social, laboral o jurídica. También aclaro, que no se deben penalizar o exigir pagos previos o cumplir con ciertos requisitos inconstitucionales, solo basta con ser venezolano, aunque eso no amerite eximirnos de las responsabilidades, deberes y derechos que por vía constitucional están establecidas. Son dos propuestas. Todo aquel que le interese puede comunicarse conmigo al: 347-751-5886 o enviarme un e-mail. Para discutir y someter una solicitud formal al gobierno y a la Asamblea Nacional. Unidos haremos la diferencia.


Por ahora, estoy seleccionando el traje negro para asistir al entierro de los partidos, deslegitimados y rechazados por la gran mayoría del pueblo venezolano. Mira vale, qué haces, ¡oye! No me robes las velas… que son para ponerlas en cruz…


magosti00@ccny.cuny.edu


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Miguel Angel Agostini


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