¿De quién es la plusvalía en el Socialismo?

Hay realidades que se olvidan, pero no por olvidarse desaparecen o dejan de lacerar con sus miserias nuestras conciencias, que aun no nos pertenecen por entero. Y una de esas realidades crueles, susceptibles de convertirse en tragedias, tal cómo la entendían los griegos en sus nociones de la desmesura; es aquella de si es posible permitir alguna forma de propiedad privada de la plusvalía generada por los sudores y la sangre de un Pueblo tradicionalmente engañado, humillado y explotado, precisamente por los ladrones de la plusvalía.

Es un triste desatino, pensar que nosotros necesitamos dueños privados de la plusvalía; es contradictorio que hablemos de socialismo al tiempo que reactivamos el aparato de apropiación privada de la plusvalía. La propiedad sobre la plusvalía es la que determina sí hay Socialismo o no, independientemente del apellido que se le esté dando al experimento.

Cualquier forma de propiedad privada, sobre la plusvalía del aparato productivo nacional, es capitalismo puro. Sería bueno recordar que el territorio brasilero, cultivado acertadamente, es suficiente para alimentar la población del planeta. Sin embargo el mundo se muere de hambre y de las enfermedades que genera la desnutrición, y hay una sola causa: la propiedad privada de la plusvalía sobre los macro medios de producción mundial en todos o renglones de la economía.

Si la humanidad es no es capaz de superar el Capitalismo mediante la construcción del Socialismo, entonces la Política no solamente es que sería mala, sino que se convertiría en un juego vacuo, inocuo, y profundamente fastidioso. El capitalismo no se enmarca dentro de la concepción humanista, más allá de eso, es contrahumanista. El socialismo por su parte, es la etapa más superada del humanismo. De aquel humanismo repensado por Erasmo, por Tomás Moro, por Pico de la Mirándola entre otros; ese mismo humanismo mortalmente debatido y profundizado por los enciclopedistas, y que encuentra su expresión más alta en el Socialismo científico de Marx y Engels.

Dejar que ciertos grupos de nuestro tripeludo policlasismo se sigan apropiando cómo parásitos de la Plusvalía en algunos sectores de nuestra economía, es un riesgo muy grande que compromete seriamente nuestro anuncio de construcción socialista.

La Plusvalía en el Socialismo es del Pueblo todo, o todo no es más que un juego de tontos, jugando a fortalecer su enemigo histórico: el capitalismo.

tutas13@yahoo.com


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Eduardo Mármol


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